Capítulo 25

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Andrew y Ariana estuvieron haciéndome compañía a partir de ese momento, debía admitir que la chica era muy simpática y bastante agradable.

Con respecto a Andrew se podría decir que ya no me encontraba enfadada con él. Mientras no se estuviera metiendo con mi amiga, estaba bien.

Muchos chicos se acercaban a mí tratando de establecer una conversación, pero por mi parte yo me alejaba y los ignoraba por completo. Su estado no era el más estable, ¿Qué decir? Me aterraba cuando se acercaban demasiado y más si tenían un cigarrillo entre sus dientes o entre sus dedos.

-Es muy difícil para nosotros- Andrew dijo repentinamente cambiando rotundamente nuestro tema de entrevistas de trabajos.

-¿Qué?- dije percatándome de cómo su mirada se perdía entre las personas a su alrededor.

-Es muy difícil estar alrededor de todas estas personas consumiendo y tú no poder hacerlo- farfulló -¡Dios! Es muy difícil- vociferó ¿enojado? -Miren a James- ambas miramos en dirección al rubio, pudiendo notar lo rojo e incómodo que se encontraba. Se encontraba sentado en la orilla de la piscina con los pies dentro del agua. No paraba de moverse fastidiado sobre el pavimento y a simple vista se podía observar sus inmensas ganas de querer salir corriendo, debido a que dos chicos se encontraban fumando excesivamente a su lado.

-Deberías llamarlo para que venga con nosotros y se aleje un poco de ellos- Ariana sugirió. Andrew empezó a hacerle señas al rubio para que viniera hacia nosotros.

Él asintió, sumergiéndose en la piscina, nadando hasta nosotros.

Al llegar a nuestro lado, se zambulló durante varios segundos, para luego salir nuevamente, quedando ahora sí, estable sobre la superficie.

El color rojo había cesado un poco de todo su rostro y cuello. Ahora se encontraba un poco más relajado.

-Ya me acabé toda la caja que me diste, Andrew- James restregó ambas manos sobre su cara.

-¡¿Qué?!- exclamó este sorprendido. -No han pasado ni dos horas y media desde que te la di- no sabía a qué se referían, pero creo que se trataba de cigarrillos.

-Es que es lo único que logra calmarme- admitió -Justo se acababa de terminar el último cuando me llamaste y juro que si no lo hubieras hecho, no sé qué sería de mí-

Esta situación me asustaba mucho, haciéndome sentir masivamente irritada y decepcionada. No podía creer que se haya fumado una caja entera de cigarrillos en menos de dos horas y media. Además me dolía verlo así de mal por simplemente no poder fumarse un porro. No soportaba ver y escuchar todo esto.

Hace meses atrás todo esto sería como un tipo de tabú para mí. Me aterraba que me hablaran de drogas y ni hablar de estar cerca de una persona que consumiera. Era mi peor pesadilla, y no es que ya lo haya superado. Empezaba a acostumbrarme y aceptar este mundo.

La idea de que pueda terminar de esta manera me aterraba, de solo pensarlo me daban ganas de salir corriendo sin importarme que puedan seguirme o que pueda meter en problemas a James. Me sentía mal, sentía que estaba traicionando la confianza de mi madre, sentía que la defraudaba y no quería eso.

-¿Estás bien, Marie?- James se colocó delante de mí.

-Sí- aclaré mi garganta -Sí-

-¡Ruso!- un par de chicas entre ellas Pinky se pararon a nuestro lado de la piscina.

-Hey- él recostó su pecho contra la pared, apoyando ambos brazos sobre el pavimento para poder salir del agua. Por la fuerza que había ejercido, los músculos de su espalda y brazos se habían tensado, mostrando lo perfectos que eran. Lucía espectacularmente sexy. Su tatuaje resaltaba y hacía que todo en él luciera muy sensual.

Giré a mirar a mí alrededor pudiendo observar que cada chico que se encontraba allí, tenía el mismo tatuaje que Andrew y James, extrañamente también estaba en el mismo lugar.

James comenzó a hablar con aquellas chicas cosas que no lograba entender.

Él miraba en mi dirección a cada instante y eso me incomodaba. Comenzaron a alejarse y luego tomaron asiento en uno de los lados de la piscina.

No podía negar que me estaba muriendo de celos. Pero no podía hacer nada, se suponía que James era mi primo, e incluso, si pudiera hacerlo, no lo haría.

No quitaba mi mirada del rubio y él tampoco lo hacía de la mía. Era como si nos encontráramos más concentrados el uno del otro, que de las personas que teníamos alrededor.

-Hola, linda- un chico susurró muy cerca de mi oído, no cayendo a plenitud de que era para mí. -Me refiero a ti, linda- tomó mi brazo haciéndome sobresaltar por su toque áspero y frío. Fijé mi atención en el chico, mirándolo con detenimiento. Era rubio (nada raro) de ojos profundamente azules y tierna sonrisa.

Era muy guapo.

-Suéltame- forcejeé tratando de soltarme de su agarre.

-Déjala, Josh- Andrew me tomó del brazo, alejándome del chico.

-Bueno, si no se puede con esta, entonces lo intentaré con ella- dijo refiriéndose a Ariana.

-Es mi novia, imbécil- escupió acercándose de manera amenazante hacia el chico.

-¿En serio? ¿Y tú crees que eso me importa?- no había que detenerse a observar mucho al chico para darse cuenta de que estaba bajo sustancias.

Sin siquiera pensarlo Andrew estampó su puño en la mandíbula del chico en un acto agresivo.

El rubio se encontraba completamente rojo y con la mandíbula contraída, mientras que el chico tenía la marca de su puño en la cara, y además de que se había quedado estático sin hacer nada, lo cual me sorprendió. De seguro son efectos de la droga.

Últimamente había muchas cosas que me sorprendían.

-Ya nos vamos- James llegó de improvisto, halando a Andrew del brazo antes de que el chico pudiera hacerle algo.

Andrew, Ariana y yo salimos de la piscina para buscar nuestras cosas y poder salir de ese lugar. Gracias a Dios todos estaban en su mundo y ni siquiera se dieron cuenta de lo sucedido.

Como no nos dio tiempo de vestirnos, ni de nada por el estilo, solo nos medio secamos con nuestras toallas y colocamos la misma ropa sobre el traje de baño mojado. Estábamos hechos un desastre.

Todo el camino fue incómodo y muy silencioso. Andrew aún seguía frunciendo su mandíbula, al igual que su ceño y su vista estaba perdida en algún lugar lejano a este. James caminaba inexpresivo y Ariana lucía algo nerviosa.

En el camino yo fui la primera en quedarse, así que me despedí susurrando un adiós y moviendo mi mano en el aire. Quería hablar con James, pero sabía que este no era el momento, así que solo me dispuse a entrar a mi casa.

Más tarde recibí una llamada de Jeremy preguntándome si podría darle el número de Victoria, a lo que de manera inmediata empecé a molestarlo. Obviamente le di el numero pero con la condición de que me mantuviera al tanto de lo que pasara. Aunque él no me lo dijera, tenía a Victoria, la cual me lo contaría todo con lujo y detalle.

Russian Boy •Editando•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora