Capítulo 45

201 11 0
                                    

-Antes de que digas lo que tengas que decir, mira esto- James rebuscó entre su mochila la cual se encontraba sobre su motocicleta.

Nos ubicábamos en la parada de autobuses de la esquina de mi casa, donde había citado a James, el cual llegó puntualmente a alta velocidad, manejando su motocicleta.

Me hallaba estática, sin decir nada, sin alguna línea de expresión modificada en mi rostro, se sentía como si se hubiera agotado todo el aire que por obligación se acumula en mis pulmones, como si ya no quedará más, como si ya no fuera suficiente.

Lo observé atenta en cuanto seguía revolviendo las cosas dentro su viejo y algo descuidado bolso. No pasaron más de quince segundos cuando ya éste sostenía una opaca y algo reluciente chaqueta de cuero. Seguí sin decir nada y él pareció en ese momento darse cuenta de que algo pasaba.

-Es una chaqueta de cuero- sus ojos brillaban con potencia, mientras los míos ni siquiera podían mantener su mirada. En un acto rápido y desprolijo se colocó la chaqueta, para luego dedicarme toda su atención.

Este me miró confuso, creo que percatándose de las distintas emociones que ahora mi cuerpo presentaba.

-La has conseguido- forcé una sonrisa, que dudo que haya sido convincente.

-¿Sucede algo?- algunos balbuceos poco entendibles salieron de mi boca, para de nuevo callar. -Ven, sube. Te llevaré a un lugar para poder hablar- rápidamente se subió sobre la motocicleta esperando que yo lo hiciera también.

-No- me precipité a decir. -No voy a tardar mucho- asintió en cuanto permanecía encima de la motocicleta.

-Okay. Dime- mordió tentativamente su labio inferior, haciéndome sentir desconfiada con lo que estaba por hacer.

-La noche en que fuiste a mi casa, luego de que te marcharas, aún con aquellas palabras de mi madre en mi cabeza, logré darme cuenta de algo a lo que me había cegado por completo-

-¿De qué hablas?-

-Mi madre es todo lo que tengo, James. Aquí, conmigo, apoyándome.- comenté -Le hablé de ti, siempre lo hago, pero nunca intenté escuchar lo que quería decirme al respecto-

-Al punto, por favor- comenzó a inquietarse ante mi constante palabreo.

-No podemos seguir juntos, no de otra manera que no sea más que una amistad. No deberíamos buscar o intentar nada más- su expresión me causaba escalofrío, tanto así que hacía temblar mi voz. -Lo siento si prometí algo que tal vez no cumplí. Lo siento si fui cobarde. Lo siento-

No hacía nada, no decía nada, no expresaba nada, simplemente permanecía ahí, mirándome a los ojos, queriendo decir algo con ellos, pero que no terminaba de lograrlo.

Al intentar descifrar qué era lo que quería decirme, me quedé aún más confundida de lo que ya me encontraba.

Tanto su aura como su mirada era alguna clase de juegos mentales sin salida.

Me frustraba no poder saber qué era lo que sentia o pensaba al respecto. Me molestaba que no pudiera abrir su boca para decir algo. Me ponía los nervios de punta.

-Di algo, por favor-

De un momento a otro todo su rostro se endureció, haciéndose ver mucho más rudo y tenebroso. Me quedé parada sin hacer nada, sin seguir insistiendo que dijese algo.

El motor de la motocicleta empezó a rugir de una manera algo tenebrosa, y este seguía sin quitarme la mirada de encima.

Al terminar de jugar con el motor, cuando sus nudillos se tornaron blancos y las palmas de sus manos rojas, debido a la fuerza que ejercían; finalmente dijo: -Entiendo.- y se marchó a toda velocidad, dejando tan solo el humo producido por la motocicleta.

Russian Boy •Editando•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora