EDITADO*
CÓMO EMPEZÓ TODO
En el último día de la semana, en aquella noche, mientras tenía lugar el día de los Acuerdos en el Gran Salón; en los alrededores de Alicante, mientras las sombras azotadas por la fría brisa de Idris, Eloisa Shadowhunter se tronaba sus dedos en un inquieto intento de apartar el nerviosismo que sentía en su hogar.
Hacía meses que la mujer no dormía bien. Todas las noches, su mente repasaba los detalles del plan que tendría en marcha aquella noche. Todas las noches, las habitaciones de la casa que se encontraron una vez habitadas y con calor en ellas, ahora se encontraban solas, sin salidas, deterioradas por la falta de uso, no hacían nada más que incrementar su desconfianza. A veces, aquellas cavilaciones se sometían a síntomas parecidos a los dolores de cabeza, y Eloisa tenía que recurrir a la variedad de hojas de té para poder dormir. Sin embargo, esa agitada noche, mientras se retorcía los dedos huesudos en sus arrugadas y húmedas capas de satén de seda, aferrándose al deseo de felicidad y con la pálida piel reluciente de sudor, la cazadora era totalmente ajena—o al menos lo intentaba—a lo que estaba sucediendo en la otra punta de Osor Castevan, su hogar.
Allí bajo los truenos y el estroboscópico resplandor de los rayos y relámpagos de un perdido rincón de la Plaza de los Shadowhunter, un hombre sin identificar surgía de una acequia de desagüe que bordeaba la tupida bóveda de píceas. Sostenía un arco de caza y se había pintado con negro de humo el enjuto y nervioso rostro. De mediana edad, alto, delgado y con la cabeza llena de voces, el asesino fijó el punto de mira en sus siguientes víctimas a través del velo de la oscura llovizna.
El restallido de la cuerda del arco quedó completamente ahogado por el golpeteo de las gotas de lluvia en las copas de los árboles. La víctima—un Nephilim guardián en servicio a la familia Shadowhunter cuya enorme tripa estaba a punto de desgarrar los botones de su chubasquero de ciudad—apenas tuvo tiempo de alzar la vista antes de que la flecha casera atravesara con un siseo el follaje a su espalda.
El proyectil lo alcanzó en los músculos del cuello y lo empujó al camino. La sangre arterial humedeció el sotobosque mientras el basurero estaba tendido en el mohoso suelo y sus signos vitales se apagaban antes incluso de quedar inerte sobre el barro. El cubo de basura que sostenía volcó y rodó sendero abajo—una distancia exacta de doce metros, según determinaron doce horas más tarde los Hermanos Silenciosos—haciendo un ruido hueco y retumbante como un timball llamando a difuntos. De hecho, el estruendo fue tan fuerte y discordante que ahogó por completo el ruido de los pasos del asesino que se aproximaba por entre las sombras desde el oeste. Las suyas sí que eran pisadas firmes y decididas; con un propósito, por mucho que la víctima hubiera sido elegida al azar. Y es que existía una clara intención en lo que iba a hacerle a aquel cuerpo. Lo que el asesino disponía a hacerle al cadáver no solamente proporcionaría la clave para que dieran por enterado quien era, sino también determinaría el destino del hombre que acabaría dándole caza.
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Efímero [1] → [TMI]
FanfictionAmberleigh es nueva en Nueva York pero ya lo sabe todo sobre el Mundo de las Sombras. Cuando Amber y su propio hermano gemelo Adriel se tienen que encargar de la protección de Clary Fray, una adolescente Nephilim que fue criada para ser una mundana...