Capítulo 8

1.4K 129 16
                                    

EDITADO

EDITADO

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

AMBERLEIGH

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

AMBERLEIGH

AGOSTO, 2007

El sol había descendido totalmente por el horizonte, y por el porche estaba sumido ya en la oscuridad cuando dejé de hablar. Simon había escuchado mi extensa explicación con una expresión casi impasible, estremeciéndose sólo levemente cuando llegó a la parte del demonio rapiñador. Cuando acabé de hablar, me aclaré la garganta.

— ¿Alguna pregunta? —curioseé. Realmente quería que me preguntará del tema.

Simon alzó la mano, como si se tratará de estar en la escuela—. Oh, sí. Varias preguntas.

Me preparé mentalmente para que lo pasaría segundos después. Simon siempre parecía sorprenderme.

—De acuerdo. Dispara.

Simon señaló a Jace—. Bueno, él es un... ¿Cómo dicen que se llama a la gente que es como él?

—Un cazador de sombras—respondí.

—Un cazador de demonios—aclaró Jace—. Mato demonios. No es tan complicado, en realidad.

Simon volteó a verme—. ¿En serio? —Tenía los ojos entrecerrados, como si esperara que yo le dijera que nada de aquello era verdad, y que Jace en realidad un lunático peligroso del que yo me había decidido haberme hecho amiga por cuestiones humanitarias.

Sonreí apretadamente antes de abrir mi boca—. Tan surreal que suena, es real.

Simon me mostró una expresión concentrada—. ¿Y también hay vampiros? ¿Hombres lobos, brujos, todo eso?

Ladeé la cabeza—. Eso han dicho.

— ¿Y tú también los matas? —preguntó Simon, dirigiendo la pregunta a Jace, haciendo que también mirara aquel rubio.

—Únicamente cuando han sido malos.

Durante un momento, Simon se limitó a quedarse allí sentado con la mirada fija en el suelo. Me pregunté si cargarlo con aquella clase de información no habría sido un error. Simon poseía una vena práctica mucho más fuerte que ninguna otra persona que conociera; quizá no le gustara nada saber algo como aquello, algo para lo que no existía una explicación lógica. Me incliné hacia adelante con ansiedad, justo cuando Simon alzaba la cabeza—. Es todo tan alucinante.

Efímero [1] → [TMI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora