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EXTRA III

CAPÍTULO EXTRA 3: LOS GUARDIANES Y LOS NEFILIM PUNTO DE VISTA DE AMBER.

GUARDIÁN.

Cassian Armstrong estaba junto a mí y se podía verlo alto que era, pero no tanto como Adriel. Era un chico larguirucho, con el pelo castaño voluntariamente despeinado y algunos reflejos más rubios. Tenía la piel morena, y los ojos de color chocolate con leche. Era guapo. No estaba nada mal, pensé. Su jersey de pico, arremangado hasta los codos, dejaba a la vista unos antebrazos potentes. Tenía las manos metidas en los bolsillos de unos vaqueros desteñidos.

— ¿Realmente está bien? ¿Quieres un beso?

Dejé de mirar la pantalla de televisión para mirar a Cassian.

Asentí, rápidamente.

Tan sólo unos meses mayor que yo, él era lindo. Pero de nuevo, nunca había visto a un Guardián que no sea atractivo incluso cuando no tenía en mí el hacer la gimnasia mental para averiguar cómo podían lucir como humanos y después como Guardianes.

Cassian se sentó junto a mí en el sofá de la sala de estar de mi padre. Estábamos solos, nuestros muslos tocándose. Como todos los Guardianes, él era increíblemente más grande que yo, que medía 1,62 centímetros y no era lo que uno normalmente consideraría como una chica alta. Cassian siempre había sido más amigable conmigo que la mayoría de los Guardianes, coqueto incluso, y me gustaba, él me daba la clase de atención que he visto entre otros pero que nunca había recibido hasta ahora. (Tal vez por esa razón de alargar algo tan equivocado) por supuesto Adriel, me ponía tanta atención, pero él no podía/quería besarme. Pero Cassian siempre fue agradable, haciéndome cumplidos incluso cuando yo sabía que lucía como un completo desastre, y durante el último par de días, estaba dándole una oportunidad.

Realmente estaba intentándolo.

Y no había ni una maldita cosa mal con eso.

Así que, cuando él se acercó a mí en la Fosa, que era en realidad una hoguera enorme donde los Guardianes jóvenes se reunían en la noche a pasar el rato, y preguntó si quería ver una película, no tuvo que preguntarme dos veces.