Epílogo

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AMBERLEIGH

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AMBERLEIGH

AGOSTO, 2007

El pasillo del hospital era cegadoramente blanco. Tras tantos días de vivir a la luz de las antorchas, las lámparas de gas y la sobrenatural luz mágica, la luz fluorescente hacía que las cosas parecieran planas y anormales. Cuando di mi nombre en el mostrador de recepción, advertí que la enfermera que me entrega la hoja de visita tenía una piel que resultaba extrañamente amarilla bajo la fuerte iluminación.

"Tal vez sea un demonio", pensé, devolviendo la hoja "Genial".

—La última puerta al final del pasillo—informó la enfermera, lanzándome una sonrisa amable.

"O tal vez estoy viendo cosas".

—Lo sé—respondí cansadamente—. Suelo venir seguido.

Me encogí de hombros suavemente. Eran las primeras horas de la tarde, y el pasillo no estaba atestado. Un anciano avanzaba arrastrando unos pies calzados con zapatillas de felpas y vestido con una bata, llevando a rastras un equipo móvil de oxígeno tras él. Dos médicos con dos batas quirúrgicas verdes sostenían sendas tazas de polietileno, con una columna de vapor alzándose de la superficie del líquido en el aire gélido. Dentro del hospital la calefacción estaba al máximo, aunque en el exterior el tiempo había empezado a ser por fin más otoñal.

Encontré la puerta del final del pasillo. Estaba abierta. Miré al interior, no deseando despertar a Luke si éste dormía en la silla situada junto a la cama, tal y como lo había estado haciendo las últimas dos veces que había aparecido.

Y fue así, pero estaba en pie consultando con un hombre alto vestido con los hábitos color pergamino de los Hermanos Silenciosos. El hombre volvió la cabeza, percibiendo mi llegada, y me sorprendí al ver que se trataba del hermano Jeremiah.

Crucé los brazos sobre el pecho, soltando un suspiro—. ¿Ahora qué?

Luke tenía aspecto agotado, con una desaliñada barba de tres días y las gafas subidas sobre la cabeza. Todavía podía ver el bulto de los vendajes que todavía le rodeaban la parte superior del pecho bajo la holgada camisa de franela—. El hermano Jeremiah se iba en estos momentos—dijo.

Efímero [1] → [TMI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora