Capítulo 13

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AMBERLEIGH

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AMBERLEIGH

AGOSTO, 2007

—Recuerdas...

Empezó a decir, y se embarcó en un relato que contenía tantos nombres misteriosos y nombres de pila que desconocía y no me molestaría en preguntar.

En vez de eso, me dediqué a mirar a Alec, observándolo mientras charlaba con Jace. Existía una energía cinética, casi febril, en él que no había estado allí antes. Algo en Jace le avivaba, haciéndole destacar. Jace miraba hacia abajo mientras Alec hablaba, sonriendo un poco y dando golpecitos a su vaso de agua con una uña. Intuía que pensaba en otras cosas, y sentí un repentino ramalazo de lástima por Alec. Jace no debía de ser una persona fácil de cuidar. "Me reía de ustedes porque las declaraciones de amor me divierten, en especial cuando no son correspondidas".

Jace alzó los ojos cuando la camarera pasó.

— ¿Nos vas a traer café algún día? —protestó en voz alta, interrumpiendo a Alec en mitad de la frase.

Alec se apagó; su energía desvaneció.

Sentí un dolor en mi pecho al ver su rostro.

—Yo...

— ¿Para quién es toda la carne cruda? —pregunté apresuradamente, indicando la tercera página del menú.

—Para los hombres lobo—respondió Jace—. Aunque no me importa un bistec sanguinolento de vez en cuando—alargó el brazo por encima de la mesa, y dio la vuelta a mi menú—. La comida para humanos está en la parte de atrás.

Hice caso a lo que dijo, leía detenidamente los platos totalmente corrientes del menú, miré sorprendida cada uno de ellos—. ¿Tienen batidos aquí?

—Hay un batido de albaricoque y ciruela con miel de milflores que es simplemente divino—comentó una voz femenina, giré a verla, se encontraba con Simon a su lado—. Recórrete un poco— pidió.

Mordí mi labio, evitando soltar una maldición, y empecé a moverme; había quedado tan pegada a la pared que sentía los ladrillos fríos presionándome el brazo lastimado.

Efímero [1] → [TMI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora