Decimocuarta parte: Mi final.

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El viento golpeaba mi cara, veía las calles pasar apenas registran su tenue luz, el llanto nublaba mi vista y mi caminar era acompañado de un suave tintineo que marcaba cada uno de mis pasos, el frío calaba fuerte en mis huesos pero eso ya no importaba. No había remedio para mí.

Unas preguntas aparecían constantemente en mi cabeza ¿Cómo alguien puede ser tan cruel? Y ¿Por qué alguien querría destruirte de tal manera que fuera imposible recoger los pedazos? Cada segundo de mi vida me sentía un poco más cerca del abismo, cada día me sentía como si no podrá estar más rota de lo que estaba, cuando creí que podía llegar a levantarme, otra vez volví a caer. Es decir, recibir la carta de James fue la peor cosa que me pudo haber pasado, pensé que podía dejar todo atrás pero eso es otra muestra de lo tonta e ingenua que soy... Nada había quedado atrás, es más los sentimientos era más reales y eso conllevaba a un dolor más real.

Mis pies pesaban subiendo por esa larga escalera ¿Cuántos pisos más faltaban? No sabía, pero pronto lo averiguaría, no es como si tuviera prisa o quizás si.

"no te amé, no sentí cada segundo que estuve a tu lado, no me encendía cada vez que me tocabas" recité en mi mente, claro que no me amaba y que no lo encendía, pero como me hubiese gustado hacerlo, en el fondo yo sabía que cosas como esas eran las que él pensaba, pero a veces estas tan cegado por el amor que ni siquiera te atreves a pensar si es reciproco, estoy tan harta de esto.

Darle un fin es lo mejor que puedo hacer porque no hay otra alternativa y si la hay, no la encuentro. Perdón mami, nunca quise ser una decepción, eres la mejor madre que pude encontrar, todos estos años a mi lado fueron los mejores y eso que llegue jodida a tu casa y supiste arreglar algunos de mis pedazos rotos. No quiero que te culpes de nada, quiero que vivas en la paz de saber que diste todo por una persona rota que no puede ser arreglada. Después de todo, yo sabía que este sería mi fin, en algún lugar recóndito de mi corazón estuve esperando por esto

¿Sabes que James? Tú tampoco eres el responsable, yo necesitaba una excusa para hacerlo y creo que tú me diste ese empujón, irónicamente nunca mejor dicho. Quiero decirte que amo tu risa y tus manos, la manera en la que sueñas despierto y la manera que me destruyes como si no fuera nada, como si no significara nada. Amo la manera en que mientes, me engañas y no te arrepientes. Amo cada segundo que me quemaste con tu fuego, porque si algo sabía era que ardías y por fin me quemé ¿No era tu propósito? Bien, lo conseguiste.

Julianne, amo la manera en la que eres y que estuvieses tantos años a mi lado, ni yo lo hubiese soportado, por el amor de dios, no te culpes de nada. Te amo y estoy tan arrepentida de lo que hice, nunca en mi vida pensé lastimarte de esa manera, no era mi intención, no estaba en mis planes, te amo tanto... Tanto como para dejarte libre.

Gracias y adiós.

Mi piel sentía cada vez más el frío de estar en la altura, mis cabellos bailaban un vals desesperado y mi corazón latía de manera errática. Vamos Lucy, es lo que siempre esperaste, no hay que dudar. La calle abajo se veía muy pequeña, casi imperceptible por las lágrimas y el cabello que me impedía ver, todo parecía tan insignificante desde la altura, que bella es la noche para los enamorados pero que cruel para las almas tristes.

El abismo se presentaba tentador ante mí, "no me importa" repetía mi mente "No me importa" me repetía a mí misma, haz lo que siempre quisiste, es tu momento.

El viento golpeaba mi ser, mis pies flotaban... ¿Esto es lo que se siente?

Adiós mundo.


La otra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora