Hoy era el día, Julianne me había citado para vernos temprano, pero al yo trabajar me negué dijo que ella me esperaría después e íbamos a tener una charla larga y significante para ambas.
Aunque sabía o presentía que no me iba a perdonar, estaba feliz y hacía mucho que no me sentía de esa manera a pesar de que James no volvió a llamarme ni insistió en juntarnos, a decir verdad ya estaba acostumbrada a eso a veces no hablábamos por semanas y al tiempo me llamaba. Esos momentos eran los más lindos porque la necesidad y el deseo se juntaban y de allí salían unas noches simplemente caóticas. Lo amaba, lo amo y lo amaré... Sé todo lo malo que puedo saber, sé que es un cobarde y que jamás cambiaría a Julianne por mí, ya que lo demostró miles de veces, sin embargo me desvivía por un poquito de su atención, no sé qué fue lo que me enamoró pero si lo que me cautivó; sus ojos verdes.
Gabriel se acercó a hablarme, estaba vestido con unos jeans y la remera azul del uniforme del trabajo, es muy guapo sin embargo no es mi tipo y a no ser mi tipo me refiero a que no es James, cualquiera que no sea el... no era mi tipo.
- ¡Estoy taaan cansado de esto! –dijo mirándome fijamente, con sus ojos miel- no comprendo porque la gente no entiende que la comida es mágica y lleva tiempo prepararla. ¡Ilusos!
- Mantente calmado, el día es largo y no podrás estar con esa cara todo el día.- Dije riéndome un poco, tenía razón muchas veces la gente reclamaba por su comida sin darse cuenta que no podemos producir todos sus pedidos en cuestión de segundos.-
- ¡Si tan solo fuera cuestión de cambiar la cara! Hablando de caras... dime ¿Qué te pasa? Aunque estás más relajada que los últimos días que te vi, pareces un poco asustada
- Ni que lo digas, estoy completamente aterrorizada, tuve una pequeña gran pelea con mi mejor amiga y hoy es el día donde hablaremos... no tengo ninguna salvación, Gabe.
- Puedes llamarme cuando quieras, guapa. Sabes que soy una especie de superhéroe. –me guiñó un ojo y siguió con su trabajo, al igual que yo, que entre pizzas y pastas la hora iba pasando hasta llegar al final.
Tuve que cambiar mi ropa de trabajo por la normal, tan solo faltaban diez minutos para que Julia apareciese por la puerta y mis manos temblaban más de lo normal... ya que habitualmente lo hacían. Me coloqué unos jean y una remera rosa con mis zapatillas del mismo color.
Cuando salí, allí se encontraba mi mejor amiga, en todo su esplendor con su larga cabellera rubia y vestida impecablemente ya que ella además de ser una futura abogada, era un genio de la moda, podía hacer lucir su ropa como nadie. Lo cual me hacía sentir nuevamente insignificante, ya que mi único talento era el arte, no me quejo amo hacer lo que hago sin embargo a veces me gustaría ser como ella es, solía decirle que todo lo que tocaba lo convertía en oro... No miento, todo lo que hacía era una maravilla.
- Hola. –dije tímidamente, a pesar de haber ensayado esto más de quinientas veces me puse tímida y nerviosa. Maldita mierda.
- Hola Lucy. Pensé que íbamos a estar más cómodas yendo a un café que queda a unas cuadras de aquí ¿Te parece bien?
- Claro. –Contesté cortantemente porque no sabía que otra cosa decir, aunque confiara en ella más que en mi misma, me sentía extraña.
Caminamos unas cuadras hasta llegar a dicho lugar, había pequeñas mesitas de madera pintadas de verde claro ordenadas en fila y muchas flores que rodeaban el lugar, era tan hermoso que quería plasmarlo en mi cabeza para luego dibujarlo.
Una pequeña chica rubia, nos atendió ambas pedimos lo que deseábamos, Julia un milkshake y yo un café.
- Bien, ¿Cuan vuelves a la universidad, Lucy? –preguntó mirándome y limpiándose pausadamente sus manos con una servilleta.
- La próxima semana ¿tu?
- También, estoy ansiosa de poder terminar con la carrera pero bueno, dejemos de desviarnos del tema, puedes empezar a hablar. –al instante me puse nerviosa, prefería continuar con las amistosas preguntas que ir al tema por el cual habíamos venido.
- Mira Julia, más de lo que dije aquella noche no tengo para decir... Me enamoré y me equivoqué, no fui tan sabia para no enamorarme, simplemente pasó y cada segundo que vivía con él lo sentía como el mejor aunque me dolía saber que tú estabas ahí y deseaba haberlo conocido antes...
- Dime, dime ¿cómo pasó? quiero saberlo todo, Lucy.
- El primer día que me lo presentaste, tú estabas tan emocionada por todo y lo vi... Lo vi y me sentí en el cielo, demonios que sabía que no debía, pero no me importó. Quiso llevarme a casa, nos besamos. Lo deseé tanto que no pensé en otra cosa, sentí sus labios. Lo amé.
- ¿Estás diciendo que simplemente pasó desde el día que te lo presente? ¡Lucy, mierda! ¡Estuvieron mintiendo tanto tiempo... no puedo creerlo! –Dijo mirándome con ojos brillosos, lo sentía tanto en mi alma, en mi cuerpo, en mi mente.
- No sé qué pasó, jamás miré a uno de tus novios es más ¡Jamás mire a un chico de esa manera! Él era especial, sus ojos verdes, su cabello rizado... simplemente me dejé llevar por el momento. No te puedo garantizar si yo lo tenté o no. Quizás fue así o quizás fue obra del destino.
- ¿Recuerdas el día de nuestro aniversario, Lucy? Tú estabas llorando y corriste al baño, pensé que tu mente te estaba atormentando nuevamente después de todo lo sucedido con tu madre, luego fue él al "baño" ¿Se estaban burlando de mi ahí adentro? ¿Estaban pensando cuan estúpida era y cuanto ciegamente creía en ustedes? ¡Contéstame! –Dijo y un sollozo se me escapó, ese día fue tan horrible, verlos a ambos tan felices y yo solo ser la tonta con la que se divertía.
- Claro que no. Ese día fue tristísimo para mí, siempre supe que era menos que tú, en el colegio te preferían, mis padres te preferían ¡Eres tan jodidamente perfecta! Yo solo soy una mierda en comparación tuya, lo cual no quiere decir que cuando tuve una oportunidad de demostrar que podía competir contigo la tomé, porque demonios no fue así. James me alcanzó en el baño, me besó y me dijo que dejara de humillarme de esa manera frente a ti, que si a alguien tenía que elegir a alguien... Esa serías tú. Me dio a entender que solo era un juego para él y que simplemente estaba ahí cuando quería acostarse conmigo, fue un infierno saber eso aunque no fuera más que la vil verdad.
- ¡Demonios Lucy! Tú no eres todo lo que dices y desde luego que no eres una mierda a comparación mía, tienes tu autoestima tan bajo, é jugó tan duro con tus emociones que me da rabia. Escucha una cosa, eres talentosísima, serás una gran artista y lograras todo lo que desees, quisiera tanto estar a tu lado para verte lograr todo eso sin embargo, no puedo perdonarte. Eres como una hermana para mí, jamás hubiese esperado algo así de ti pero el dolor no lo puedo desaparecer y mirarte me duele.
- ¡Lo siento tanto, Julia! –lloré más fuerte, necesitaba que con las lágrimas se fuera el dolor, que se fuera todo lo que estaba sintiendo.
- Prométeme una cosa, Lucy... Cuando te busque James, déjalo, no te hace bien. Eres una persona emocionalmente inestable, no puedes pasar por esto. Estás arriesgando todo tu futuro por un hombre que te hace mal, algo tan toxico no puede salir bien. ¡Prométemelo!
- Yo... no puedo, perdón, Juli. Lo amo tanto que aunque me pisoteé el corazón acá voy a estar siempre, aunque jamás te olvide a ti y te busque siempre, ahí voy a estar yo respondiéndole sus besos, amándolo. Siento no poder cumplir con tu pedido.
- Estas jodida, Lucy. Nada de esto va a terminar bien.
- Esa es la idea... Que no termine.
---------------------------------------------
Este capitulo ya había sido publicado pero por alguna extraña razón se borró. Espero que vuelvan a votarlo, gracias
ESTÁS LEYENDO
La otra.
ChickLit"El alma podía escaparse de mi cuerpo y no me daría cuenta, sus palabras eran como millones de estacas en mi corazón, yo no soy lo suficientemente fuerte para resistirme o para pelear por lo que quiero, era como un cero a la izquierda, sin valor."