Cuando llegó el lunes por la mañana, tenía una decisión tomada y me sentía ligeramente más feliz. Quizás porque había conseguido un trabajo o porque iba a seguir teniendo una "relación" con James, no importaba la razón, era feliz.
Cuando finalmente me puse mi uniforme de trabajo, que consistía en un pantalón negro con una camisa blanca y una chaqueta, caminé feliz hacía el restaurante, saludé al dueño y Holly me enseñó las cosas que debía aprender para poder satisfacer a los clientes. Debía tomar órdenes, llevar pedidos y algunas ocasiones especiales como fiestas debía cocinar... Quizás no era experta en ese tema pero me iba bastante bien. Otro de los empleados era Marcus, el limpiaba las mesas, al segundo de conocernos nos caímos bien, era un chico sencillo y se me hacía fácil hablar con él.
Con James quedamos en que me recogería a la salida del trabajo e iríamos a mi departamento para cenar, y bueno, terminar como terminábamos a menudo... En la cama.
Seguía sintiéndome culpable por lo que le estoy haciendo a Julianne, pero no siempre se puede complacer a todo el mundo. Muchas veces es necesario mirarse a uno mismo y quizás era eso lo que faltaba en mi vida, al ser tan insegura siempre prioricé a los demás antes que a mí, quizás por temor a perderlos o por pensar que valía más la compañía de una persona que mi propio bienestar, pero así era yo y se me hacía un poco imposible cambiar.
La hora por fin llegó, aunque no me quejaba de mi empleo, cuanto más rápido saliera mejor. Caminé una cuadra y encontré el auto de James estacionado en una esquina, subí y le sonreí. Me miró fijó, a veces me preguntaba si algo de cariño me tenía, una parte de mi contestaba que solamente era un juego, disfrutaba de mi compañía y se iba, pero otra veces decía que si me quería porque no arriesgaría tanto solo por estar conmigo.
- ¿Qué tal el primer día? –Preguntó mientras encendía el auto para tomar rumbo hacía mi casa-
- Genial, tengo dos compañeros que me tratan muy bien.
- Me alegro mucho.
Llegamos a mi departamento, sin mucha más charla... No compartíamos todo con James, quizás a veces nos hacíamos unas preguntas personales, pero nada más que eso.
Cociné pollo con ensalada, sabía que esa era su comida preferida y me gustaba complacerlo, comimos en completo silencio, hasta que terminamos en nuestro lugar preferido: la cama. Nuestra paz no duró para siempre, ya que alguien llamaba a la puerta, me vestí rápidamente con una camisa de él, acomodé mi cabello y salí a recibir, se suponía que era el helado que habíamos pedido a domicilio, hasta que vi una cara familiar y quise morir... Julianne estaba del otro lado, mirándome con confusión.
Después de esto las cosas no pueden hacer otra cosa que ir mal.
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La otra.
Chick-Lit"El alma podía escaparse de mi cuerpo y no me daría cuenta, sus palabras eran como millones de estacas en mi corazón, yo no soy lo suficientemente fuerte para resistirme o para pelear por lo que quiero, era como un cero a la izquierda, sin valor."