Epilogo

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-¿Mica?-grite desde la cocina. -¿Liz?

-Soy yo mama.-La pequeña de ojos negros y tirabuzones castaños me miraba desde preocupada. -¿Dónde están todos?

-Eso me pregunto, tu gemela malvada, desapareció. ¿Revisaste el sótano?

-Ya veo.-Camino hasta la puerta que daba al sótano la abrió y grito.- ¡Mica!- Como a buena niña le daban miedo los sótanos.

-Eso también lo podía hacer yo,-dije revisando el horno.

-¿Y porque no lo hiciste?

-Cuidado con tu madre.- Adam entro en la cocina rodeada por dos niños excitados cargando bolsas del mercado y me dio un rápido beso en los labios.-Traje todo lo que encargaste.

-Bien,-dije un poco cansada.-Me preguntaba si podríamos pasar al cementerio de camino....

-Ya compre las flores. -Sonrió y se perdió subiendo las escaleras.

-¿Niños están listos?

-Aja.-Respondieron al unisonó embobados con el televisor.

-Entonces,-dije parándome en frente del televisor haciendo caso omiso de sus quejas suban sus bolsos al auto. Ty por favor revisa el horno en cinco minutos.

-Si mama,-dijo apagando el televisor y urgiendo sus hermanas a moverse.

Subí acelerada las escaleras y corrí a mi pieza, ya llevábamos media hora de retraso.

-¿Vienes a mis brazos?-Dijo Adam rodeándome por la cintura.

-Precisamente si.-Nos besamos como lo hicimos aquella vez en el bosque y luego corrí a la ducha, me vestí y al salir del cuarto toda mi prole me esperaba en el auto.

Una vez en el cementerio dejamos las flores y me quede en silencio como siempre pasaba, cada vez los extrañaba menos. Pero jamás pasaría un día sin recordarlos. Scott cumplió su promesa, cada vez que me sentía sola, le hablaba y tenía la certeza de que me escuchaba.

-Me habría gustado conocerlos.-Dijo Tyreese.

-Tienes su pelo, Ty.-Le dijo Adam a nuestro rubio hijo parado en frete del sepulcro de mama. Este sonrió orgulloso.

Junto a la tumba de mama estaba la de Scott y la de Dave, pero había dos más que yo conocía. Richie y Thompson.

-¿Mama?-pregunto Lizbeth.- ¿Aun lo amas?

Los niños conocían la historia. Pero aun me preocupaba Adam, después de quince años de matrimonio. Después de los catorce años que tenia nuestro primer hijo. Pero Adam me sonreía, el sabía que era así.

-Sí, Liz.

-¿A la abuela le caía bien?-Pregunto Micaela.

-Como a un hijo.

Cada vez que veníamos preguntaban algo nuevo, y me agradaba. La curiosidad de mis hijas de diez hacia revivir a mis seres queridos.

-El abuelo no está esperando.-Dije.

Otra vez subimos al auto.

-¿Por qué tan callados? ¿Nerviosos por el bebe de Trent?-Pregunte.

-Mama, eres la mas ansiosa y estuviste en el parto.-Recrimino Mica.

-Pero es que no me imagino a Trent con un bebe.

-Yo lo vi con ellas. -Añadió Ty indicando a sus hermanas.

-Yo estoy ansioso, cariño.-Dijo Adam poniendo una mano sobre la mia.

-¿Cómo se llamara?-Pregunto Liz.

-Nathaly.

Papa ya estaba esperando en el Porche con un ansioso, excitado y efusivo Trent saltando como niño.

Trent y su mujer se habían quedado a vivir con papa, con el tiempo papa dejo de ver a Trent como empleado y comenzó a verlo como su hijo. Tal vez me habría correspondido a mí quedarme aquí, pero papa ya estaba viejo y Trent era perfecto, servicial y siempre había trabajado para papa, no tenia familia ni a donde ir. Y su mujer... pues las causas obvias a pesar de tener familia.

-Abuelo,-Liz y Mica corrieron a saludarlo.

-Nos tenían preocupados.

-Pasamos al cementerio. Todos mandan saludos.-Papa sonrió.

Los niños saludaron y entraron a conocer al bebe.

-Soy papa.-Dijo Tren al saludar a Adam. Adam no estuvo en la clínica durante el parto y no conocía al bebe ni había visto a Trent. Hecho la cabeza para atrás y rio a carcajadas.

-Yo también,-le dijo aun riendo.-Desde hace catorce años.-Le dio un empujo amistoso y entro. Después de todo seguían siendo jóvenes.

-Hola mama,-salude y abrase a mi fiel amiga Jude. Sipi. La mujer de Trenton era Jude, la razón obvia de que ella viviese aquí no era Trent, si no papa. Ella volvió a cocinar después de todo. La llame como prometí y volvió. Y siento Trent, papa y Jude los únicos habitantes de la casa, pasaban mucho tiempo juntos, se conocieron y tres años después de que me case con Adam ellos se casaron también.

-Anne, -sonrió encantada de verme.

Después del almuerzo salí al porche con Adam y fuimos al bosque, donde nos fugamos el día que murió mama.

-Te la sigo cuidando Scott.-Le dijo Adam al viento.

Después de todo el también lo extrañaba.

Hija de la Mafia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora