Así empieza un desastre

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-Rose -la enfermera dudo un poco,-¿Panettire? ¿Crowley?

Ante la mención de mi nombre me altere, pero ante la mención de mi antiguo nombre la milésima lágrima que luchaba por contener rodo por mi mejilla resaltando la línea negra por el maquillaje. Joanna me abrazo para darme apoyo.

-Crowley-. Dijo severa apuntándome con la barbilla mientras me mantenía erguida en mi puesto.

-Señora Crowley, su hija,-Hace una pausa incomoda antes de decir algo desagradable,-esta inestable, perdió mucha sangre, sus pulmones aun no bombean por si solos y están llenos de su sangre, tiene un TAC cerebral y no sabemos cómo evolucionara, está muy mal, con riesgo vital el doctor le dejara verla, dada la situación.-Una mirada lastimera surco marcadamente su expresión.

-Voy con ella, no puede entrar sola, mírela está destruida.-Joanna siempre trato de protegerme.

-Señora, lo lamento no puede entrar dada la inestabilidad de la niña, pero la señora Crowley no estará sola, el doctor la vendrá a buscar dentro de poco y la acompañara durante toda la visita.-Al ver que Joanna abría la boca para insistir agrego- señora Anne no puede...

Se cayó de golpe al ver que me derrumbaba, ni Joanna pudo contenerme.

-Ella va... ¿Se va a...?

Fue solo un susurro, no podía pensar que ella iba a morir, no quería eso estaba mal, no me veía en ningún futuro sin mi hija.

La enfermera negó con la cabeza y solo dijo que esperáramos al doctor.

El móvil de Anne sonó en mi bolso, lo guarde ahí después de que la trajera de urgencia al hospital hace 5 horas. Y en la pantalla se ilumino el nombre de Scott. Tome aire y me dispuse a contestar pero él fue más rápido al hablar.

-¿Anne? ¿Anne? Dime que eres tu Anne...

-¿Qué le hiciste maldito hijo de puta?-No me di cuenta que grite la última palabra, bueno no me importa que todos pensaran que era una desquiciada... estaba desquiciada, trato de matar a mi hija.

-Rose, me acabo de enterar. ¿Está bien? Rose, por favor me acabo de enterar, dime donde esta voy enseguida, pero dime que está bien necesito oírlo,-se le quebró la voz, claramente estaba llorando-por favor...-suplico desesperado.

-¿Quieres venir a terminar el trabajo? ¿Eh, maldito?

Corte sin más. Ya le había dicho a la policía su nombre y dirección, me sorprende que siguiera suelto.

-Rose no puedes pensar que Scott... Rose es su novio.

-¡Fue su novio! -.Grite histérica.- ¡Nadie como él se volverá a acercar a mi niña nunca!-Seguí pronunciando la palabra como una loca- nunca, nunca, nunca...

Joanne me abrazo, dame tu móvil hablare con Dave. Le tendí mi teléfono.

-Dave-una pausa- si soy yo- pausa- si Dave está bien, Dave estamos en el hospital, atacaron a Anne.-Me miro incrédula. Me corto.

Me devolvió el celular.

Un doctor alto y joven se acerco a nosotras, le corría el sudor y se veía muy cansado.

-Señora Crowley, es usted igual a Anne, acompáñeme y usted espere aquí.

No hizo pausas, cambios de tonos, ni se dirigió a nadie en particular, le tendí mi bolsa a Joanna y lo seguí. Entramos por la puerta de la que él salió seguí el pasillo, y se me daba vuelcos el corazón cada vez que el doctor pasaba frente a una puerta pensando en cual abriría. Al final del pasillo había un letrero "Estado crítico, no entre sin autorización, mantenga el silencio.". Quedaban tres puertas antes del letrero, llore en silencio rogándole al cielo que fuera alguna.

No fue ninguna.

Me puse a llorar como loca, el doctor me sujeto por los hombros.

-Señora si no se calma, no podre dejarla entrar con su hija, debe ser fuerte, debe ser fuerte por ella.

Asentí confusa, todas las puertas estaban abiertas, menos una. La única ocupada en esta sección.

El doctor entro antes que yo. Al girarme para entrar y verla tan frágil y delgada como siempre, con su pelo castaño enmarcando sus ojos grises, tan pálida, llena de tubos y rodeadas de maquinas, me derrumbe escuchando los pip de la maquina, me congele.

El doctor me dio una mirada de advertencia, respire me pare y me senté en la silla al lado de la cama, frente al doctor, pasaron cinco minutos, en los que luche conmigo misma para mantenerme estable y no llorar, sino me sacaría. Sentí las lagrimas corriendo y agache la cara para que no las viera, fue en vano.

-Señora ¿Cuál es su nombre?

-Rose.

-Muy bien Rose, seré directo y no te daré falsas esperanzas, no estoy seguro de que vaya a vivir, pero tampoco estoy seguro y espero y quiero con toda mi alma de que morirá, pero usted, su prioridad ahora es estar bien por ella, estar bien para ella cuando despierte y usted no está bien ahora, no le falle vuelva a casa duerma un par de horas, coma algo, cálmese un poco y vuelva, si despierta o si , si se pone peor la llamare yo personalmente en seguida. Pero usted tiene que estar bien por ella.

Asentí, seque mis lagrimas y salí, si no hubiese estado así, no me habría ido, jamás me habría separado de su lado, pero no tenía fuerza para discutir ni fuerza de voluntad y recordé cuando yo estuve como ella. Ella me dijo, me rogo, que este bien por ella, porque si yo no estaba bien ella tampoco lo estaría. El llanto se intensifico. No me iría a casa.

Salí a la sala de espera, Joanna me esperaba con un café y un sándwich, tome el café, pero no tenía hambre, sin embargo me obligue a comerlo. Tienes que estar bien por mí. Su voz retumbaba contra mi cráneo amenazando con trisarlo y me rompía el corazón. Me recosté en la banca.

Desperté con mi cabeza en el regazo de Dave.

-Oh Dave, - deje escapar un par de lagrimas y él me abrazo con fuerza.

-Saldremos de esta Rose, ¿recuerdas? Ya lo hicimos.

Escondí mi cara en su pecho y me permití llorar con fuerza. Estuve así unos minutos, hasta que Dave continúo.

-Vino Scott.

-Lo entregaste a la policía, ¿no? Dave eres policía. Ese maldito lo hizo... Dave es mi niñita... Nuestra niñita... Te juro que lo matare... Yo confié en el. - Ya no lloraba, el odio era más fuerte.-¡Confié en el!

-Rose, Scott no hizo nada. Escúchame, ¿Cómo desconfías de él? Es casi tan hijo tuyo como Anne, Rose.-Me tomo el rostro,-Rose mírame. ¿No desconfías de Scott? No puedes.

-El estaba con ella.

-Querida, eso fue cinco horas antes de que Anne apareciera. No fue el.

Lo mire, tenía razón, deje que me domine el pánico, Scott es su novio, desde... tres años casi. Me siento culpable por haberle gritado, pero él está adentro, haciendo lo que yo no pude hacer.

-Además, vino la policía para tomar nuestro testimonio.

-Yo transmití lo que tú me habías dicho.- Interrumpió Joanna.

Le sonreí en respuesta.

-Como policía... Tengo mis beneficios, vino Steve y me permitió escuchar los testimonios de Scott y del Doctor. Scott y Anne, se separaron a las veintiuna y treinta horas y Anne llego a las dos con cuarenta y cinco de la mañana. Scott dijo haberla dejado a una cuadra de casa, porque su madre lo llamo de emergencia porque se quemaba la casa. El doctor dijo, que era imposible, no de escasa probabilidad, sino simplemente imposible, que alguien en el estado de Anne se mueva. Quien le hizo eso la dejo en la puerta de la casa. Creemos, que la persona que agredió a Anne es la misma que provoco el incendio en la casa de Scott.

Analice toda esa información, tenía sentido, no se podían acercar a ella porque estaba Scott... tenían que alejarlo.

-¡¿Señora Crowley?! - El doctor corría hacia nosotros.- Anne, se estabilizo su pulso, responde a los estímulos auditivos, no despierta aun pero respira sola, venga.

Hija de la Mafia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora