✓ Capítulo 4

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Pov's Naruto

Ya estamos a punto de llegar a Konoha. El viaje ha sido muy lento. Ero-sennin no ha parado de preguntarme cómo me encuentro, darme todo tipo de alimentos, ir por los caminos más seguros y parar cada hora. Pero lo peor de todo era: nada de entrenamiento. Intenté hacerlo una noche, pero me tiene continuamente vigilado y ahora todas las noches tengo que dormir con él.

Me alegra que se lo haya tomado bien... ¡Pero tampoco es para exagerar! A pesar de su estresante actitud, hemos hablado de cómo se llamará el bebé, qué será y a quién se parecerá. Tengo tantas ganas de que nazca... Y eso que solo llevo un mes y una semana de embarazo.

Lo importante ahora es: ¿Cómo se lo tomará Tsunade-obachan y todos los demás?

Jiraiya y yo hemos entrado disfrazados para que mis amigos no me vean tan pronto y así no se extrañen.

Al parecer, todo sigue igual. He visto algunos de mis amigos y han cambiado un poco. A medida que nos acercábamos a la Torre Hokage, mis nervios aumentaban, no quiero que nadie me vuelva a odiar y que todos me vuelvan a rechazar. Jiraiya notó mis nervios y me acercó a su cuerpo. Sinceramente, no creo que hubiese podido llegar hasta aquí sin él.

Después de un largo camino, llegamos al despacho de Tsunade-obachan. No encontramos a Shizune ni a ninguna otra persona, por lo que decidimos ir directamente. Tocamos la puerta y la vieja nos permitió pasar.

—¿Quiénes son ustedes? —pregunta Tsunade. Había montañas de papeles, se nota que tiene trabajo acumulado. Puede que muchos hayan cambiado, pero ella sigue igual.

¿Ya estás tan borracha como para no reconocernos? —dije. Jiraiya y yo nos quitamos las capas, dejando algo sorprendida a Tsunade. 

¿Naruto? ¿Jiraiya? ¿Qué hacen aquí? No es que no me alegre de verles de vuelta, pero, ¿y el viaje? —Se levanta y me atrapa en un fuerte abrazo, su fuerza tampoco ha cambiado.

Nos han surgido ciertas "complicaciones", y tú eres la única que puede ayudar a Naruto. —dijo Jiraiya. Ambos nos sentamos en los asientos. Tsunade pareció algo preocupada.

¿Estás bien? ¿Qué te pasó? ¿Veneno? ¿Enfermedad? —empezó a preguntar de manera insistente, sin dejarme hablar—. ¡Habla ya, mocoso!

¡Estoy embarazado! —grité nervioso. Malditas hormonas.

¿Q-qué? —Se notaba que estaba confundida y sorprendida, pero lo que no me esperé fue el tremendo golpe que le proporcionó a Ero-sennin casi dejándolo inconsciente—. ¡Idiota, por tus pervertidas enseñanzas ya Naruto no es puro! ¡Te mataré! —Iba a volver a darle otro golpe, pero me interpuse.

—Baa-chan, déjame explicarte lo que pasó en realidad. —dije.

—¡Tsk! Está bien, mocoso. Pero si fue culpa de Jiraiya, mejor que salga corriendo. —dijo. La verdad es que así da mucho miedo.

Nos sentamos otra vez. Le expliqué todo, y ella trataba de escuchar con atención para retener toda la información que le estaba dando.

Y eso es todo. —dije sintiéndome algo triste, pensando en que he decepcionado a todos—. ¡Lo siento, Oba-chan! —dije entre lágrimas.  Ahora estoy mucho más sensible.

Tranquilo, cariño. Todo saldrá bien, y yo estaré aquí para todo. —me dió un abrazo muy maternal. Me gustan los abrazos de Tsunade, siempre me calman—. Ahora... ¡Mataré al bastardo de Uchiha!

No quiero que él se entere de esto.

¿Qué dices, Naruto? Por su culpa estás sufriendo todo el tiempo, y no me quedaré quieta esta vez.

Lo sé, pero si se entera, lo más probable es que rechace a su hijo. O en el peor de los casos, ataque la aldea. No quiero tener problemas con él, Tsunade.

¡Rayos! Está bien, pero sólo porque me lo pides tú.

¡Gracias, Oba-chan! —dije. Sin duda alguna, era una buena decisión venir a Konoha, solo faltan mis amigos.

Pov's Sakura

Había venido a reportar mi misión a Tsunade-sama cuando escuché voces. ¿Naruto? ¿Ya vino?

Me quedé congelada cuando dijo "embarazo". ¿Cómo es posible si es un hombre? Y lo peor de todo fue cuando dijo que Sasuke había abusado de él. Mis ojos lentamente se llenaron de lágrimas, me sentía destrozada, utilizada y engañada. Ese monstruo me las va a pagar. 

No Pude EvitarloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora