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Golpeteo nuevamente la goma del lápiz sobré el papel, Ya pasaba más de las ocho y media pero la profesora de literatura no hacía acto de presencia, la docente de al lado impidió qué abandonamos el aula, justificando el sermón con la posible llegada de la maestra. Tan pronto como los minutos pasaba, el ruido dentro del salón aumentó gradualmente, las ultimas horas se hacían eternas aveces.

Tomé asiento lo más lejos posible del pizarrón; junto a la ventana en una esquina superior del salón, aún recuerdo la vez que ingresé con los exámenes del primer semestre a la vuelta de la esquina, siendo el último en presentarse con mi nuevo grupo escolar, la mayoría de mis compañeros me trataban de chico emo, qué el corte de cabello, la falta comunicativa am no saber socializar y esos ademanes tan sumisos (...)

Verdaderas estupideces, como la qué me pregunto Adrien uno de mis primeros días Aquí. Miré de soslayo su acanelada piel por el rabillo del ojo, se estaba estirando para recibir en un forzado abrazo a Chloé, al llegar esta mañana me evitó aún con un corto saludo.

<< Con acontecimientos recientemente embarazosos ¿Quién no Nathaniel? >>

- Perdonen la tardanza mis niños tuve que atender un asunto pero... los resultados ya están aquí.

La profesora Lanet hizo aparición dejando sobre una esquina del escritorio su lustroso bolso color crema para después acomodar su saco morado mientras nos miraba con entusiasmo, sus ojos fácilmente escanearon a todos los alumnos esperando qué, en un silencio abrupto, escucharamos su sentencia.

- Bien, antes que nada... Me gustaría preguntar, ¿Quién va a participar?

Unos cuantos alzaron la mano, entre ellos pude ver a Alya y marinette, con un suspiro la profesora pidió los nombres anotando con hoja y bolígrafo de gel a los poco interesados, una vez acabado enunció la obra con diversión poco disimulada.- La caperucita roja.

Varios murmullos se escucharon en el salón junto con un par de quejidos entre los anotados, tan sutil como la sonrisa de Adrien al escucharlo, garabateo el nombre de la obra dentro de un marco de manzanas; de los escasos riachuelos de recuerdos rescate la visión de las largas y gratas noches en las qué mí abuelo gustaba de narrarme ese cuento, con sus callosas manos haciendo en demasía la narración más fantástica qué la anterior, recuerdos dulces que extrañamente mi cabeza le costaba recordar y que temía dejar en el olvido.

- vaya...si que tardé.- El murmuro de la profesora sobresalió entre todos- No hay tiempo de repartir los papeles, los veo después de clase en el gimnasio, pueden salir.

La estampida de animales salió del salón tan rápido cómo la indicación se marcó, caminé lentamente hacia la castaña y la pequeña de ojos zafiro, últimamente me juntaba más con ellas por lo fácil que fluían las conversaciones; Alya hablaba de lo bien que sería que nos dieran el papel principal a Marinette o a mi, un poco dudoso por la mención negué pués el estelar era para una chica, pero ella rectifico su idea con la modificación de Caperucita a una versión masculina, por otro lado.

Mari prefería encargarse de los vestuarios, se que es una gran diseñadora y podrá llegar lejos con su talento, al salir del aula caminamos hasta llegar al "pasillo maldito" desocupado desde hace más de 10 años con la historia del chico que se suicidó por mal de amores, varios alumnos dicen haber visto un chico fantasma quién, estaba a la espera de la persona que podría corresponder unos sentimientos tan rotos como cristales, una historia absurda pero qué al parece acunó el miedo en algúnos, como a Marinette qué no le gustaba la idea de estar ahí y temblaba de vez en cuando como chihuahua. Creo que ha visto demasiadas películas de terror últimamente.

COLORES [Book #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora