dieciséis

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Hice una mueca a mi mamá, para luego recibir una colleja de su parte

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Hice una mueca a mi mamá, para luego recibir una colleja de su parte.

—Irás a el evento de recaudación de fondos de la iglesia, quieras o no.

—No es mejor comprar solo las entradas y no ir.

—Irás al evento—dictaminó empujándome afuera de la casa. Escuché las carcajadas de mi padre antes de que ella cerrará la puerta, en mi cara.

Tendría que ir sola a este evento. Un evento terriblemente aburrido. Lo sabía porque el año pasado tuve que ir, por Jimin, pero ahora mi mamá me estaba obligando. La Iglesia quedaba a una corta distancia del condominio, por lo que tampoco era tan terrible en ese sentido. Coloqué mis audífonos para luego tener el deleite de escuchar Closer de Oh My Girl, realmente amaba sus voces.

Comencé a caminar y no me detuve hasta llegar a la iglesia, antes de entrar mi estómago se revolvió ante la idea de encontrarme de frente con Jimin, GaYeon o JaeBum, que según NamJoon se había unido a la comunidad de la Iglesia hace algunos meses.

Pagué mi entrada, entré al lugar y lo examiné. No venía muy seguido a esta iglesia, ni a ninguna. En un rincón, con árboles tapando el sol que no había, se encontraba una banca. Me acerqué y me senté ahí. Jugué con mis converse mientras que colocaba de nuevo mis audífonos. Vi hacia el mesón donde vendían las entradas y alguien jaló de mis articulares.

—Escuchar música en un evento de recaudación, es de mala educación.

—Lo siento, no tengo experiencia en esto—dije irritada y me levanté del asiento. Él tomó mi muñeca, impidiendo que pudiera caminar—. Suéltame.

—Puedo explicar lo del otro día.

—No tienes nada que explicar, todo estaba más claro que el agua.

—¿Qué la rubia era mi prima?

—Qué excusa más pobre, JaeBum, ¿en serio crees que creeré eso? Además, nosotros no somos nada, así de simple, no tienes que explicar nada.

—Lo siento.

—No tienes que sentirlo, entiéndelo, no te importa si me mentiste porque no somos nada.

—Pero yo quiero ser algo tuyo.

—Pero yo no de ti, lo siento.

—Soy Jae-Bum, Im Jae Bum y quiero tener una novia tan fantástica como Ahn Ha Na lo sería, una chica que no ocupa un labial rojo pasión, ella tampoco tiene una piel que parece porcelana, no se arregla mucho, no ocupa aros extravagantes y prefiere ocupar ropa más suelta que ajustada, a la chica que le encanta discutir, por todo. Quiero una novia como Ahn Ha Na.

—¿Piensas que con eso me conquistaras? —reí y negué, con mi corazón latiendo, mis manos temblando y mi cara rojiza—. Tengo experiencia como mejor amiga en estos temas y si solo dices eso, no harás que caiga a tus pies.

—Por eso me gustas.

—JaeBum, ahora viene el baile—Jimin nos miró a ambos y se retiró. "¿Por qué siempre viene cuándo estoy con JaeBum?"

¿Bailarán?

—Espero verte en primera fila—el pelinegro me guiñó un ojo y se fue.

Me volví a sentar en la banca y mi mirada se dirigió hacia la entrada a la iglesia, GaYeon estaba ahí.

No me agradaba, pero era linda, y con eso bastaba para que ella fuera aceptada por todos. Su cabello rubio caía con ondas al final de su cabello, tenía una sonrisa hermosa, su rostro estaba libre de imperfecciones y sus curvas eran lo justo y necesario, nada excesivo, pero tampoco sin. Era la perfección en persona, aunque con una personalidad de mierda. En parte, eso odiaba de la sociedad, la gran mayoría de las veces se preocupaban más del aspecto físico, que otras cosas. Todo era tan superficial.

—¡Ya empezará el baile de los chicos, por favor diríjase a el sector norte de la iglesia!

Me levanté con pereza y me fui ubicar en un lugar donde pudiera ver lo que acontecía. La música comenzó y con eso la performance de los hombres, comenzaron bailando canciones lentas para luego pasar a más movidas. Realmente amé cada uno de los bailes, lo más curioso era que todos iban vestidos iguales y con máscaras por lo que no podías diferenciarlos. En un momento quise reír debido a la situación: bailaban dentro de una iglesia.

Para cuando terminó el acto, uno de los enmascarados capturó mi muñeca y me llevó a detrás de la iglesia, donde no había nadie. Intenté liberarme, nadie en esta iglesia tenía ni el más mínimo derecho ni confianza para hacer eso. Me acorraló contra la pared y quitó su máscara, dejándome en completo shock.

—Escúchame—pidió—, ¿Quieres hablar de lo que ocurrió? Porque verdaderamente quiero volver a ser como antes.

—Quiero saber qué es eso del contrato, Jimin, y por qué has estado de fiesta en fiesta... ¡Ah! Y también el pequeño detalle de que te irás a estudiar a Boston, en dos años más.

—¿No recuerdas el contrato? —negué y golpeó el muro—. ¿Sabes qué? Ya no quiero hablar contigo.

Se dio la vuelta y se fue, dejándome devastada, sin entender nada y queriendo saber porque el contrato era tan importante.

Se dio la vuelta y se fue, dejándome devastada, sin entender nada y queriendo saber porque el contrato era tan importante

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best friend ; pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora