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Mordí mi labio, nerviosa y sintiéndome culpable. Nunca en mi vida me había involucrado en una maraña tan grande de chismes. Odiaba los chismes en serio.
—Nunca me enojé contigo —confesó InByul con sus ojos llorosos—, eres una persona buena, que sabe perdonar, pero EunSoo no es así. Yo estoy contigo más que nada, sentida.
—¿Por qué? Digo, quiero saber para no repetirlo —y aunque estaba me veía por dentro estaba desesperada, no quería que InByul se colocará a llorar por mi culpa. Jugué con mis dedos debajo de la mesa.
—Porque aún sentía que había esa mala actitud entre nosotras, siendo que nunca tuvo que haber ocurrido. EunSoo traspapelo todo, lo malinterpreto y gracias a eso, ustedes pelearon.
Seguí hablando con ella y parecía que con cada palabra todo se volvía más complicado, mi cabeza cada vez era un manojo de enredos, y ese era exactamente el momento donde estaba entre la espada y la pared, entre creerle a dos de mis amigos o creerle a ella.
Dimos por terminada la conversación para cuando la campana dio por finalizada la jornada escolar, me levante para ordenar mis cosas y cuando estaba por irme, pude ver como InByul comenzaba a llorar, logrando que un remordimiento gigante se adueñara de todo mi cuerpo. Yo la había hecho llorar y me sentía terrible. Por el hecho de que yo no había salido herida de aquella conversación, pero ella sí, por yo haber sido quien dijo que debíamos conversar.
Me dejé caer en el único asiento vacío de todo el bus y suspiré pesadamente. La semana había sido un asco-a excepción del lunes-, habían echado a perder mis audífonos, debía comprar unos nuevos, discutí nuevamente con EunSoo y ella se hizo la víctima, por lo que decidí no volver a ser su amiga, y había hecho llorar a una chica.
Mis ánimos habían caído al suelo, en menos de cinco minutos por tratar de arreglar algo que hubiera preferido dejar ahí, tal como estaba.
Comencé a leer las conversaciones que tenía con MinJoo y Summer, siempre ayudaba un poco para hacerme sentir mejor, mientras escuchaba canciones. Al menos, tenía los audífonos que traía mi celular, a pesar de no ser mi favoritos-de hecho, los odiaba-, prefería escuchar música con aquello a que no escuchar música.
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