best friend ; pjm

dieciocho

Jimin se sentó delante de mí y dio un largo sorbo a su soda. Yo en cambio me limité a sacar un pequeño pedazo de pan de hamburguesa con mi mano y él me miró.

—Estamos en McDonald's y comes el pan de la hamburguesa solamente, ya llevas más de la mitad—miró hacia un lado y bufó—. Come.

—No quiero—lo miré mal—, si tanto te molesta que coma pan, ándate.

—Eres igual de gruñona de cómo te recuerdo.

—Y tú igual de idiota.

Mantuvimos miradas amenazantes por varios segundos. Siempre que las daba terminaba riendo, pero ahora me era casi imposible reír. El ambiente era muy tenso como para darme el lujo de reír.

—¿Para qué me llamaste? —preguntó irritado.

—¿Te enojaste porque estabas celoso?

Las palabras sonaron como si estuviera relajada y fuera cualquier otra pregunta, pero por dentro las palabras se atropellaban y no era completada la pregunta. Estaba nerviosa al preguntar aquello y de recibir la respuesta. De la reacción de Jimin: enojado, divertido, igual que siempre, ni idea. Siendo sincera, me esperaba cualquier reacción de Jimin.

—¿De JaeBum? —asentí. Ladeo la cabeza y dudo en responder—. Quizás, ¿Tú de GaYeon?

—Realmente te dije todo acerca de lo que pienso de ella, no quería a una chica así para ti—confesé con la misma expresión dura que había mantenido todo el tiempo que llevábamos aquí.

—¿Una princesita? ¿Por qué?

—Porque las princesitas no vienen contigo—sabía que en cualquier momento él insinuaría algo del contrato, pero estaba lista.

Antes de venir, había pasado horas practicando lo que diría ante cualquier pregunta sorpresiva. Nadie sabía que me reuniría con él, si le decía a alguien se haría expectativas y no quería defraudar a nadie.

El ver a Jimin delante mío, con su cabello negro, su aro y su anillo, el cual me robo, me daba miedo. Y era como si tratará de impresionarlo con cada una de mis respuestas, quería que él supiera que luego de que peleamos mi vida siguió igual e incluso mejor que antes.

—Es chistoso, debido a que cuando éramos pequeños decíamos que yo era el sapo y debía esperar a una princesa. Creo que GaYeon puede ser la mía.

Ahí estaba. La palabra "Contrato", estaba plasmada en mi mente y pareciera que no quería irse. Una opresión en mi pecho se hizo presente cuando supe que él quería que GaYeon fuera su princesa y no yo. ¿Así de mal se sintió él cuando pensó que mi sapo había sido Jae-Bum?

—GaYeon... GaYeon—no supe que responder y me quede con las palabras en la boca—, quizás GaYeon sea tu princesa y ahora eres un príncipe, en cambio yo aún estoy en busca de mi sapo.

—¿Y Jae-Bum?

—Creo que descartaré a ese chico, no lo sé, el otro día dijo algo muy bonito, tanto que la idea de convertirlo en príncipe paso por mi mente―cállate me grite a mí misma. Solo estaba buscando provocar a Jimin, cuando ese nunca fue el plan inicial.

—¿La desechaste?

—No.

—¿Cuándo lo recordaste? —y ahí estaba lo que quería evitar, de verdad odio ser tan obvia.

Tensé todos los músculos de mi cuerpo y vi como él reía con cierta ironía. Luego bajó su vista y comenzó a jugar con sus meñiques manteniendo una sonrisa ladina en su rostro. Odiaba conocerlo y saber que tenía algún tipo de impacto sobre él.

Estaba incómodo, sus manos y acciones lo delataban.

—Encontré el contrato—informé antes de que mi tono de llamada interrumpiera nuestra charla.

Le di un vistazo a la pantalla donde avisaba que Jae-Bum estaba llamando, silencié el aparato y me volví a mirar al chico, quien estaba frunciendo el ceño y con una sonrisa despectiva.

—¿No era tu sapo? —negué.

—No, no lo es, aún no doy mi primer beso, Jimin—tomé una bancada de aire—. Pero espero encontrar luego a mi sapo, después de todo tú fuiste quien no cumplió el contrato primero y encontraste a tu princesa.

Él se levantó y se sentó a mi lado. Hizo que nuestras rodillas tuvieran contacto y se inclinó hacia mi rostro.

Abrí mis ojos a más no poder y tensé mis labios, ambos manteníamos miradas. Algo dentro de mí gritó "Aleja a Jimin", pero sorpresivamente no lo hice. En vez de eso la imagen de JaeBum vino a mi mente, ¿Por qué?

Expulsé un poco de aire y Jimin se separó de mí. Sus labios pasaron de formar una línea recta a una sonrisa ladina, sus ojos perdieron un poco de brillo que antes tenían, pero no todo, y sus cejas se arquearon.

—¿Realmente quieres que yo sea tu sapo? —no respondí, no tenía ni idea de cuál era la respuesta—. Porque aún no estás preparada para convertirme en príncipe.

—¿Tú... realmente quieres ser mi sapo?

—Lo he esperado desde que tengo siete años, HaNa.

Lo quedé mirando, ¿Qué tenía yo de especial? De verdad, no tenía nada extraordinario; de delante y atrás era normal, mi cabello era igual al de las demás chicas, mi pie era algo más grande de lo normal, mi nariz—a mí parecer— es grande e incluso soy un poco sorda.

Se levantó de su asiento y se retiró del McDonald's. No tenía ni idea de que debía hacer. Pero ver su pelo negro moverse debido al viento, esperando un taxi, con sus manos dentro de su chaqueta y un vapor saliendo de su boca, hizo que reaccionara. Salí del local corriendo y obligué a que él se diera vuelta a mirarme cuando estuve a su lado.

—No sé qué me pasa, ¿Sí? —frunció su ceño—. Me han gustado chicos por años y años, he creído que he llegado a enamorarme, pero hasta el día de hoy no logro que nadie se enamore de mí y yo enamorarme de alguien. ¿Qué si quiero que tú seas mi sapo? Quizás sí, pero me dolió que dijeras que quizás GaYeon sería tu princesa. Lo único que sé es que extraño la rutina de ambos peleando, de abrazarnos y apoyándonos. Quizás aún no estoy preparada para convertirte en un príncipe, pero por favor espera a que esté preparada o dame un beso, mi primer beso, cuando menos lo espere.