Capítulo 16. Día 7

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- la última... batalla? Yo? Peter yo no sé luchar.

-no hará falta!- dijo sonriente.

-como que no?- dije sorprendida- que debo hacer? Que tengo que hacer? Lo voy a fastidiar todo!- me besó. Me sonrió.

-volvamos a la isla, te voy a enseñar un par de trucos.

Volvimos a la isla y estaba marchitándose, las hojas ya no eran de un verde reluciente, eran de un verde oscuro y apagado; sin luz, sin magia... y las flores... me dio mucha pena, parecía que no había vuelto en años.

-Peter...-le cogí de la mano y le frené- tengo miedo... sois mi todo, mi familia, mi vida... Ya no recuerdo mi anterior vida, ahora sois mi vida. No quiero perderos, no puedo perderos.

- y no nos perderás... yo tampoco me puedo permitir pérdidas, si faltara alguno por estadísticas nos ganarían, son como...

- Peter- me corté.- yo lo digo en serio, a la mierda las estadísticas! No quiero que faltéis en mi vida.

- Yo... tampoco puedo permitirme... quiero... yo tampoco quiero que os vayáis de mi vida, Wendy. Pero tú estás aquí para salvarlos a todos, ya no hay nada que temer.

- Todo saldrá bien, ya verás, confía en mí.

Me quedé en completo silencio y asentí.

Llegamos a un sitio llano donde Peter hizo aparecer dos espadas relucientes y afiladas.

- empúñala.- me la lanzó y la cogí por el mango como pude.- no, así no.

Se acercó y me enseñó a agarrar la espada con firmeza para que el oponente no pudiera arrebatármela, me coloco en guardia y me enseñó unos cuentos movimientos.

Estuvimos allí horas y horas entre risas y espadazos.

- echamos un combate?- me atreví a decir.

- no creo que quieras.

- ¡claro que quiero! Sino no te lo habría propuesto.

Se quedó un rato mirándome pensativo hasta que soltó una carcajada agachando la mirada y asintió.

- está bien pero cuidadito, eh.

Empezamos a chocar el filo de las espadas la una con la otra de mil maneras distintas, esquivábamos como podíamos, parábamos la espada del contrario... sólo se oía el canto leve de los pájaros cansados y el chocar del hierro de las espadas.

Creía que era mío, vi el momento de dejarle contra un árbol y la espada pero en un movimiento rápido me tiro al suelo y me apunto con la espada.

- Nunca te distraigas- dijo sofocado- puedes estar concentrada en llevar al contrario a tu terreno y no te das cuenta de que él ya te tiene en el suyo.

Sonreí y aparte la espada levemente para que dejara de apuntarme mientras respiraba sofocada como el.

- tienes razón mi capitán.

Me extendió la mano y me ayudó a levantarme.

- Vamos a la cama, anda, es tarde, mañana será un día largo y duro...

- Que va, -dije segura- no hay tiempo que perder... Vete a la cama si así lo deseas, yo me quedo entrenando.

- Estás segura?- dijo serio.

- Si, si, tranquilo...- le puse la mano en el hombro para añadir un toque de seguridad al asunto.- véte a dormir, anda.

- está bien. Si necesitas algo, lo que sea, avísame.

-buenas noches, Peter.

- hasta mañana luchadora.

Me dio un beso en la frente, clavo la espada en el suelo y desapareció de allí.

Sinceramente estaba cansada pero sabía que el futuro de esa isla dependía de mí y eso me hacía sacar fuerzas de donde ni yo creía que las tenía para seguir practicando.

Me esperaba una gran noche.

La verdadera historia de Peter Pan 2. [la última batalla]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora