La verdadera historia de Peter Pan 2. [la última batalla]

Capitulo 2. Félix Wolperhood.

Siento MUCHÍSIMO haber tardado tanto, estaba muy liada con el nuevo curso y eso pero aquí sacó un hueco y os dejo el capítulo que os debo... Intentaré subir más a menudo, lo prometo. Un beso ENORME y un abrazo virtual. Gracias por comentar, en serio y por votar, me dais cada alegría... Jajaja bueno, os dejo leer ya. Xaoo :)

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-Peter...-dije.

-shhhh...- me dijo peter poniendise el dedo en la boca. Cargó la pistola y nos miró.- a mi señal, salís, si muero seguid la batalla.

-pero...- dijo el rubio.

-a mi señal- le cortó Peter.- uno. Dos. ¡Tres!

Todos salimos de nuestro escondite gritando y con la espada alzada y las armas preparadas ¿contra quién? El primer equipo eran los indios... No sabía si había que matar pero yo no quería hacer daño a nadie. Entonces esquivé a uno, le empujé y le tiré al suelo, luego fui a por otro pero realmente no maté a ninguno. Sentí un gran golpe en la espalda y luego alguien se subió a caballito encima de mi, me cogió por el cuello con una cuerda de cuero y tiró hacia atrás, intenté escaparme de su agarre pero como no lo conseguía salté hacia atrás y le aplasté. Esto era como una batalla de lucha libre callejera, o una pelea de gallinas. Divisé a Peter, luchaba con una índia pero él no parecía luchar bien, como él hacía, no, estaba...¿Coqueteaba?. Empecé con paso lento hacia ellos y mi paso fue aumentando, llegué por detrás de la india, Peter no me vio, el pelo de esta me camuflaba, luego le di un golpe seco mientras ella reía y se desmayó. Peter abrió la boca y luego se dispuso a decir algo.

-de nada.- le corté. Me di la vuelta y fui al muchacho rubio.- ¿que hay que hacer? Yo no estoy matando a nadie.

-no tienes por qué matar a nadie pero si lo hicieras, no va corta las reglas ya que no hay. Y lo que hay que hacer es coger.... ¡Cuidado!- me agarró el hombro y me empujó hacia abajo, le dio un puñetazo a uno que venía corriendo y me levantó de nuevo.- un pañuelo blanco.

-y eso está.....?

-ahí está el misterio, si no, sería demasiado fácil.- asentí mientras desviaba la mirada y observaba mi entorno.- vamos.- me puso la mano en la espalda.- te cubro las espaldas, ¿dónde quieres ir?

- a su guarida.

-eso es fácil.- sonrió.- sígueme.

Empezó a correr y a empujar a algunos y disparar a otros en la pierna. Parecía que él tampoco quería matar... Nos paramos en frente de unos matorrales, no se veía nada. Me cogió de la mano, me dio una vuelta por debajo de su brazo para que pasara delante y dio una patada a un árbol. Los matorrales empezaron a disiparse y desaparecer de mi visión y en su lugar, un campamento con tiendas de campaña picudas y una hoguera apagada. ¿Cuál es el mejor escondite allí? Empezamos a oír ronquidos y por inercia cogí de nuevo la mano del rubio.

-creo que se donde puede estar- dije riendo. Él rió también y empezamos a andar hacia aquella tienda de acampar.

Llegamos y abrí la tela que hacía de puerta sigilosamente, en ese momento roncó muy fuerte, pegué un salto hacia atrás y me asusté. El rubio no cesó de reír.

-¡no te rías!- le dije "gritando" mientras susurraba.

- vale, vale...- dijo intentando cesar su risa.- lo intento.- respiró hondo.- aparta, anda.- me apartó despacio mientras sonreía. Él abrió la tela, metió la mano y luego la cabeza, veía como se movía su cuerpo y luego, por fin, salió.

-¿y bien?

-aquí está.- sonrió y yo salté y le abracé.- ¡lo has hecho!

-lo HEMOS hecho...- me guiñó un ojo.- ahora vamos, no vaya a ser que despierte la bestia.

Empezamos a correr, yo le seguía y cuando llegamos seguían luchando, algunos de los nuestros por el suelo y recé por que no estuvieran muertos. Todos se pararon y nos miraron. Entonces yo miré al rubio y él a mi, me sonrió, me guiñó un ojo, me puso la bandera en la mano y me alzó el brazo.

-¡¡¡SIIIII!!!- empezaron a gritar todos los de nuestro bando mientras saltaban. Peter simplemente relajó su cara de enfado y sonrió con la boca abierta. Leí en sus labios "bien hecho, chicos" y luego se giró, e hizo un movimiento rápido dándonos a entender que teníamos que volver al tronco. Miré al rubio y él estiró la mano a mi lado, la choqué, reímos y seguimos a Peter.

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-bien hecho chicos.- aplaudió Peter.

Todos estábamos sentados en el suelo mirándole mientras hablaba. Yo me ruboricé y vi como el rubio me miraba desde la otra punta del grupo, sonrió y aplaudió, le miré pero ya no miraba y aplaudí también. Miré a Peter y vi que miraba al rubio. Se aclaró la garganta. Aquello fue un cúmulo loco de miradas incómodas.

-la siguiente batalla es contras las sirenas.

-eso será imposible de ganar, ellas tienen agua.

-y nosotros tierra.- se frotó las manos mientras se ponía de cuclillas y me miraba.- Wendy, ¿no has aprendido aquí que nada es imposible?

"Si que hay algo imposible, que TÚ me quieras" pensé. Él se empezó a echar hacia atrás muy despacio mientras su boca se empezaba a abrir muy lentamente. Me levanté y me fui de allí. Me fui a mi rincón secreto, con los pies colgando del punto más alto de Nunca Jamás. Pensé en un chocolate caliente y una mantita y allí estaba yo. Era el mejor sitio para pensar. De repente empecé a oír pisadas y luego el dueño de esas pisadas se sentó a mi lado.

-le quieres...¿verdad?- dijo el rubio.

-no...- le miré, tenía unos bonitos ojos profundos.- si, s-ss-si...- bajé la cabeza y él se acercó más y me inclinó hacia él para que apoyara la cabeza en su hombro y eso hice.

-aaaai...- suspiró y me empezó a acariciar el pelo.- lo siento.

-y yo...- suspiré.- oye, ¿cómo te llamas?

-Félix Wolperhood, mi señora.

-Wendy, mi señora me hace parecer vieja.

-está bien, Wendy.... Está bien....

Bebí un sorbo de mi chocolate caliente y le pasé la manta a él también. Félix me pasó la mano por la espalda hasta el otro hombro y cogió su esquina correspondiente de la manta compartida y se arropó. Puso la cabeza sobre la mía. Yo pensé en otro chocolate caliente y se lo di.

-gracias.- dijo.

-no me cuesta, tranquilo...

Sonrió y yo imité el movimiento para, acto seguido, volver a mirar al horizonte.