nueve

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El fin de semana había terminado y yo había tenido que volver a la escuela.

El lunes había sido una tortura por el simple hecho de ser lunes; el martes había sido mejor aunque había sido golpeada por el codo de un chico y casi me rompe la nariz. Hoy, miércoles iba de maravilla el día. El otoño era una gran época del año aunque yo prefería el invierno, el cual estaba cada vez más cerca.

―Hola, chicos ―saludó una de las chicas que pertenecían a la sociedad de alumnos―. Como sabrán, la semana que viene termina el mes de Octubre y cada año la escuela organiza una fiesta de disfraces en el gimnasio. Todos están invitados sólo deben adquirir sus boletos en la oficina de la sociedad de alumnos. Tendrán un costo de cincuenta pesos. Recuerden que llevar el disfraz es obligatorio, de no ser así no podrán entrar.

La chica salió del salón y los murmullos acerca de la fiesta se hicieron presentes.

―Muchachos ―habló la maestra―, luego se ponen de acuerdo acerca de la fiesta, ahora a resolver esto.

Odiaba química con todo mi ser.

Saqué mi tabla periódica y mi calculadora cuando una melodía llamó la atención de todos.

Como eso de que el chisme ni se nos da, casi corrimos afuera y entonces vi a Alonso con un teclado. La melodía la conocía bien, Just the way you are de Bruno Mars.

La interpretación fue maravillosa. Alonso tenía una voz increíble.

Cuando terminó de cantar, se le declaró a Zaira frente a toda la escuela y ella dijo que sí.

Sentí envidia por un momento porque sabía que nadie en su sano juicio haría eso por mí jamás pero luego me sentí contenta de ver a mis dos amigos juntos.

La profesora nos hizo entrar al salón y entonces continuamos con nuestros horribles ejercicios.

+ + +

A la hora del taller me fui al auditorio, Jonathan me acompañó y me deseó suerte.

―Mete muchos goles ―sonreí y besé su mejilla porque sabía que no lo vería sino hasta el siguiente día.

Entré al auditorio y me fui a la parte de atrás en donde me tocaba estar de staff.

―Hope ―dijo Alonso tocando mi hombro.

―Oh, hola ―sonreí cuando me giré―. Te felicito, tu idea superó todas las mías.

―¿Eso crees? ―asentí―. Yo siento que me ridiculicé frente a toda la escuela.

―Menos mal que dijo que sí ―solté un risita.

―Sí ―asintió―. En fin, quería proponerte que saliéramos los cuatro ―fruncí el ceño―. Tú, Zai, Jonathan y yo.

―Oh, suena bien ―sonreí―, le voy a comentar.

―Bueno, me voy Hope ―se despidió y corrió al escenario.

Mientras mis otros compañeros estuvieron ensayando, yo estuve checando vestuario y pintando un poco de la escenografía que aún no estaba terminada. Ya le había agarrado cariño a todo ese montón de unicel, cartón y demás.

―¿Terminaste? ―preguntó Andrés acercándose a mí y a la luna que pintaba.

―Aún no.

―Apúrate, ya necesitamos que la escenografía quede lista para hacer los ensayos ―pausó―. ¿Crees que puedas venir mañana después de clases a terminar esto?

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