17. todos tenemos derecho a ser felices.

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Cuando se cumplió un mes desde que comenzamos a salir de nuevo, Samantha queria organizar algo para nosotras dos, yo no estaba muy segura, ya que no era del tipo de chicas romanticas que podian escribir un cuaderno completo de cosas hermosas de la otra persona con tan solo un mes de relación, regalar chocolates u organizar una cena romantica. Era mas bien el tipo de chica que era un desastre en temas romanticos, a comparación de Smanatha que organizó cosas tan lindas solo para intentar volver un mes atras.

Ella decidió ignorar mi casi suplica de solo salir por una cena e hizo un par de cosas de las que no me enteré hasta ese dia.

Por la tarde, Alejandra se paso "casualmente" por mi casa y nego ser parte del plan de Sam, aunque yo estaba segura de que mentia, aun asi, decidí salir con ella, ya que no tenia mucho que hacer y estabamos de vacaciones en la escuela, una de esas semanas feriadas que inventan para no tener que ir a la universidad.

- Daniela, si no te apuras...- comenzó a decir Ale, pero la interrumpí.

- ¿Qué? ¿A Sam se le hara tarde para lo que sea que haga?

-No- dijo mirando a otro lado.

- ¿Sabes lo incomodo que es para mi este tipo de situaciones?- le pregunté agobiada al ver que no me entendía.

- No lo entiendo Dani, es tan lindo que Samantha quiera hacer tantas cosas por ti y tu no cambies tu actitud negativa. Además, no es la primera vez en situaciones asi.

- Lo se, pero ¡es incomodo!- dije intentando hacer mi mejor cara de frustración- nunca se que debo hacer o decir y nunca se si mi cara es lo suficientemente expresiva para que sepan que si me gustó. No puedo con eso, Ale- rodó los ojos y negó con la cabeza.

- Eres una horrible y negativa persona.

- Lo se, pero no lo puedo evitar. De hecho...- me interrumpió con cara de enfado.

- No quiero escuchar tus pateticas explicaciones. Vamonos- me ordenó.

Suspiré hondo y tomé mi celular y algo de dinero de la cocina, estaba a punto de tomar las llaves de mi auto, pero mi amiga me lo impidió.

- Hoy manejo yo- sonrió y salimos de mi casa.

Ale se esforzaba porque nuestra salida fuera lo mas normal, aunque yo dejé de prestarle atención a ella y al camino para concentrarme en mi celular, porque aunque resultara algo extraño, si, tenia algunos amigos ademas de Alejandra y Monica.

Comencé por revisar mensajes pendientes, tenía tres de Sam en lo que iba del dia:

"Eres la que le da ritmo a mis humores y felicidades, tu y yo, todo ira bien"

"Dame amor, lo unico que quiero es el sabor de tus labios"

"Oh, tus ojos hacen que las estrellas parezcan no brillar, eres asombrosa justo de la manera que eres"

Samantha y su extraño gusto por mensajes de canciones.

Suspire al leerlos, me sentia hasta cierto punto culpable de no dar lo mismo de mi a la relación como ella lo daba.

Quizás entre mas grande era Samantha mas romantica se volvia, al contrario de mi, que parecia que cada dia tenia menos fe en el tema del amor.

Cuando llegamos al centro comercial Ale se estacionó y bajamos, primero fuimos por helado, algo que desde siempre recuerdo que haciamos cuando veniamos aqui.

Después Ale fue a algunas tiendas de ropa, lo que me fue totalmente indiferente y me limité a animarla con cada cosa que se probaba y le gustaba, lo se, soy una amiga genial.

Olvidando a SamanthaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora