Cuando baje del tren, toda la multitud ruidosa se movía junto conmigo. Todos seguíamos el mismo camino para salir de allí, y ese horrible olor a podredumbre, y todo ese ruido molesto, junto a la misma gente que dormía en los rincones de la estación de trenes. Esperé un momento de pie, mirando hacia todos lados totalmente asqueado de la vida, y allí estaba, dando pequeños saltos, moviendo sus brazos y produciendo un eco con sus zapatos pequeños, reía tan fuerte que parecía como si su voz se metiera en mi cabeza, su vestido se movía junto con su frágil cuerpo. Y en los parlantes de la estación, sonó una canción tan terrorífica, en el momento que me desconcentré con la gente zombie, al mirar la niña ya no estaba.