Parte sin título 15

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Cuando por fin llegue al destino, al lugar que tanto me costo llegar, sentía un dolor horrible en el corazón, y era como si los huesos se me desintegraban dentro de mi cuerpo. Era como si me hubiese bebido una botella de ácido. Y cuando la busque a ella, ya no estaba, me había abandonado, la iglesia me sabía a infierno. Y todo lo que estaba allí me repugnaba, la busque, la busque desesperadamente con la mirada, camine en círculos y entre los árboles para ver si la encontraba, la llamaba, deseaba que apareciera, necesitaba verla otra vez. Por fin, la vi, pero estaba hecha un cadáver, sus ojos ya no tenían color, su cabello había casi desaparecido por completo. Y sus huesos se notaban a través de su blanco vestido. Tenía pequeñas heridas por el cuerpo. La quise abrazar pero lloraba sin control alguno, que no permitía que me acercará. Y cuando la abracé, la apreté con fuerza por miedo a que volviera a desaparecer, sin embargo, desapareció. 

Niña coheteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora