Las reglas del juego ©

Capítulo 2.

A la hora de almorzar, me dirijo a la cafetería con todo el odio del mundo. La gente me tiene respeto y lo sé porque, si se hubiera tratado, por ejemplo de alguien que no fuera popular estarían echándole en cara la broma, pero a mí no, todos me agachan la mirada y camino furiosa hacia la cafetería. Me siento en la mesa de siempre y ahí están Penny y Val discutiendo.

― Tú no lo entiendes porque nunca has tenido novio, pero hoy en día no tiene nada de malo que una chica le pida una cita a un chico. ―se defiende Val mirando su comida y defendiéndose con gestos raros.

― No se trata solamente de eso, ¿sabes? Es que no es normal directamente que le hayas soltado eso de repente, así porque sí. Quedas como una fácil. ―frunzo el ceño mientras Val se encoge de hombros y Penny está ruborizada, como si le incomodara hablar de lo que ambas están hablando.

― ¿De qué habláis? ―digo entrometiéndome y dejando la bandeja en la mesa, mientras me siento con cuidado y escucho atentamente su conversación.

Estoy un poco enfadada por lo del aula de música. De verdad me ha fastidiado la bronca que me ha echado sin ser yo la que lo ha hecho.

― ¿Estás bien, Abby? ―me pregunta Val apenada.― Me han contado lo que te ha pasado en la clase de música, todos saben que tú no has sido, tranquila.

Pongo los ojos en blanco y juego con mi comida. Apoyo la mano en mi barbilla.― ¿Y tú? ¿Dónde estabas? 

Sabía la respuesta, pero quería escucharlo de su boca. No me gustaba para nada la idea de que se llevaran bien. ¡Lo odio!

― En clase de Francés, saludando a William. ―me contesta tranquilamente.

― Lo dicho  Val, tienes que volver a hablar con él y anular esa dichosa ''cita''. ―vuelve a sacar Penny el tema de conversación y dirijo mi mirada hacia ella.

― Ni de coña. No voy a desaprovechar la oportunidad de poder estar con él, y tú, no te hagas la mosquita muerta que seguramente si se te presentara la ocasión harías lo mismo que yo. ―se vuelve a negar mi otra amiga y giro mi cabeza hacia ella.

― Jamás me rebajaría a ese nivel. ―masculla Penny. Ya me duele el cuello de tanto girarlo.

Val abre la boca notablemente y se inclina hacia Penny.― ¿Qué insinuas?

[...]

Bien, os pongo al día. Pero antes, tengo que decir que si no hubiera sido por la dichosa pero salvadora campanita del colegio Val se hubiera abalanzado hacia Penny, la pelea estaba empezando a salirse de lo normal. Y, conociendo a Val, hubiera atacado hacia el pelo de Penny con fuerza y la hubiera tirado al suelo sin piedad alguna.

Y, bueno, a lo que iba...Penny estaba discutiendo en la cafetería con Val porque en el aula de Francés...Ella le había propuesto a Will un encuentro en el vestuario el viernes después de educación física. Y si hubiera estado delante, le hubiera soltado un derechazo a Val con tal de que hubiera cerrado la boca. Penny tenía razón, eso es dejarse ver como una facilona, y sé que Val está loca por William pero tampoco tenía porque rebajarse...aunque, el estúpido de William debe estar contentísimo, otra víctima más en su estúpida lista. No sé como lo hacía para siempre salirse con la suya, me sacaba de quicio su puta manera de ser, y lo odiaba mucho. Muchísimo.