Capítulo 4.

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Mis amigas y yo nos encontramos sentadas en el suelo haciendo un círculo, mientras yo estoy metida en mis pensamientos. No me hace ninguna gracia tener que ayudar a William McCall a echar un polvo, y menos con mi amiga. Pero tenía que hacerlo, porque él podría contraatacar poniendo a Val en mi contra, y lo que menos quería era perder a una amiga por culpa de un tío. De un tío como él.

― Sigo pensando que no es buena idea y que te hará daño. ―comenta Penny dirigiéndose a Val.

Pongo los ojos en blanco, ya estamos otra vez, Penny tiene razón, pero...¿en serio piensa que Val le hará caso? Es la tía más testaruda que podrías encontrarte jamás. Y, no exagero.

― Déjalo ya Penny. Ninguna advertencia va a hacer que cambie de opinión. ―intervengo para zanjar el maldito tema.

― Voy a hacer lo que yo quiera. ―responde ella y le sonrío a Penny con cara de que yo tenía razón, no rectificaría.― Y no me va a hacer daño porque yo no busco enamorarme ni nada por el estilo, solo quería conseguir a William y estoy a punto de cumplirlo. ―nos sonríe a ambas y pega un mordisco a su bocadillo.

Penny bufa cansada y yo miro a Val detenidamente.― ¿Qué se supone que consigues acostándote con él?

― Estar en la boca de medio instituto, popularidad, no sé. ―abro los ojos sorprendida.

― Todo eso ya lo tienes conmigo.

― Pero William suele tener una vida un poco más interesante que la tuya. ―susurra con miedo.― Oh, vamos, es cierto. ¿O no Penny? ―dice mirando a Penny y la miro intrigada, ella se encoge de hombros.

― Pues no le va a durar mucho esa fama de ''interesante'' que dices tú que tiene. ―digo enfadada y me cruzo de brazos.

― No estaría tan segura. ―contesta ella.― Lo tiene todo; dinero, popularidad, físico, chicas, buenas notas, es el mejor jugador de fútbol americano del instituto. ¿Quién no querría ser él? Es el chico más envidiado por todos los chicos que hay aquí. Incluso de sus secuaces.

― En eso tiene un poquito de razón. ―se revela Penny.

No estoy de acuerdo, y por ello, prefiero no comentar nada más. Quizás soy la única que lo piensa pero, antes de que él llegara yo era la más popular de aquí. Y sí era verdad que lo seguía siendo, pero él me estaba ganando por pocos puntos, y poco a poco, me iba ganando por más y más. Hasta hacerme desaparecer de entre los más populares.

De repente, noto como una pelota se aproxima hacia nosotras y gracias a mis reflejos, me aparto, pero a pesar de que la pelota no me da a mí le da a Val en toda la cabeza tirándola al suelo. Todos comienzan a reír y yo trato de aguantarme la risa, ha sido realmente gracioso. Me giro a mirar a Penny y pone cara de sorpresa, es tan inocente. Miro hacia el suelo y Val está retorciéndose de dolor y mirando a todos con cara de asco.

Alguien por detrás me habla.

― ¿Le he hecho daño? ―reconozco esa maldita voz en seguida. Me giro, es William y le miro mal.

― ¿Tú que crees idiota? ―contesto de mala manera y él se me queda mirando.

Me aparta suavemente para pasar por delante y se inclina hacia Val.

― Disculpa, ¿estás bien? ―la mira apenado, y le coge de la mano.

Ella al darse cuenta de su presencia, finge un poco más de dolor.

Me río, maldita teatrera.

― Bueno... ―contesta con un hilo de voz.

― Joder, lo siento. Te llevaré a la enfermería. ―contesta él realmente apenado y le sonríe tiernamente.

Ordena él y ella accede con la mirada, Will se levanta del suelo y le tiende la mano, cuando Val está en pie se apoya en William. El golpe fue doloroso pero no es para tanto. No puedo evitar sentirme furiosa por la situación. Me enerva mucho.

[...]

Suena el timbre de la última clase y suelto un suspiro de alivio, sabiendo que solo quedaba un día y seríamos libres por dos días. Recojo mis cosas a la misma vez que Penny y salimos juntas en dirección a la enfermería para recoger a Val.

― ¿Tú también te has dado cuenta? ―miro a Penny haciéndole la pregunta mientras las dos andamos con la mochila colgando de un hombro.

Ella se gira para verme y asiente levemente.

― Ya sé que la carne de la cafetería estaba muy poco hecha. ―ríe a carcajadas y yo también.

― ¿En serio? Qué asco. ―me quejo sorprendida.

Seguimos caminando y ladeo la cabeza, yo no me refería a eso.

― Quería decir que si te habías dado cuenta de que Val ha exagerado lo del golpe en la cabeza.

― ¿Por qué tendría que exagerarlo? ―frunce el ceño.

― Porque haría eso y mil cosas más solo por William. ¿O no te ha quedado bastante claro con su supuesta ''cita'' o su ''reputación? ―respondo con rabia.

Qué odio le tengo a ese tipo.

Las reglas del juego ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora