Capitulo 1

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Si alguien les hubiera dicho a los miembros de Infinite que iban a pasar por todas aquellas situaciones seguramente algunos se hubieran reído en su cara, otros se hubieran encogido de hombros como restándole importancia y seguro que uno de ellos se hubiera escandalizado por todo aquello, llevándose las manos a la cabeza y gritando agudamente.

Quedaba comprobado que en aquella casa uno nunca podría aburrirse y que, de la cosa más sencilla del mundo (y quizás lógica), podía montarse el mejor drama del mundo.

Pero vayamos directamente al meollo del asunto.

Era Domingo, uno de los pocos días libres que tenían desde hacía bastante tiempo, y más si tenemos en cuenta todos los preparativos para la gira mundial que ya había comenzado semanas atrás. Eso dejaba, a lo mucho, un par de días para que los chicos descansasen como dios mandaba, o hicieran lo que quisiesen con su tiempo libre siempre y cuando regresaran a casa a una hora moderada y no hicieran un mal mayor; todo esto amenazadoramente pacíficamente recordado por la mirada fulminante del líder del grupo el Sábado de buena mañana, cuando el fin de semana no había hecho más que comenzar.

Por eso, y a pesar de las advertencias, aquel domingo cuando los siete se encontraban reunidos alrededor de la pequeña mesa del comedor, el que peor humor tenía en ese momento era dicho líder.

Brazos cruzados sobre el pecho, los ojos habían desaparecido que, de estar en otra situación algunos hubieran jurado que el chico dormía profundamente, los labios apretados y un pequeño gruñido escapando de vez en cuando.

El resto no sabía qué decir, ni qué hacer, ni siquiera se atrevían a respirar...

Y todo por aquella jodida cosa que ahora reposaba en un plato en el centro de la mesa, graciosamente alumbrada por un foco, dándole de lleno desde arriba y haciendo que pareciera el arma homicida de algún crimen.

Y para la mayoría así era.

- Volveré a preguntarlo, ¿de quién es esto? - preguntó Sung Kyu de nuevo con aquel tono que podría helar hasta el mismísimo infierno, eso sí, sin abrir los ojos lo cual le daba un aspecto aún más aterrador.
A su lado Woo Hyun se revolvía las manos, temiendo hacer cualquier cosa para que su líder aprovechara y le patease el trasero. Lo mismo pensaba Sung Jong sentado en el lado opuesto.
A la derecha del maknae un Myung Soo miraba pacíficamente el techo, intentando descubrir si había alguna telaraña o mota de polvo con la que distraerse. Sung Yeol a su lado se mordía las uñas.
A continuación Hoya que no paraba de darse golpecitos inaudibles en la rodilla, todo ello al ritmo con el que Dong Woo, a su lado, daba pequeños saltitos en el suelo incapaz de estar tanto tiempo quieto y sin hacer nada, fue el primero en hablar.
- Hyung... ya hemos dicho que no hemos sido nosotros - se aventuró Hoya
- ¿Entonces esta mierda ha llegado ella sola volando? - cuestionó Sung Kyu abriendo los ojos, apenas un milímetro para fijarlo sobre Hoya sentado justo frente a él.

- Hombre, las cenizas es posible... el viento y esas cosas hacen maravillas - aportó Myung Soo
- ¡¡Pero es una colilla, las colillas no vuelan y terminan curiosamente en medio de nuestro balcón!!

- Hyung, respira- le recordó Woo Hyun mientras el resto volvía la mirada una vez más a la colilla que seguía alumbrada por el foco, como un criminal siendo interrogado.

- ¿Y si es de algún manager hyung? - preguntó esta vez Sung Yeol
- Imposible, Jung Ryul hyung lo dejó hace meses... y si su mujer se entera creo que lo echa de casa – informó el maknae.
- De todas formas ya vive prácticamente aquí...
El resto asintió con la cabeza, aceptando el comentario del visual.
- Tenemos suerte de que hoy esté precisamente en casa – concluyó de nuevo Myung Soo.
- ¡¡Me estáis cambiando de tema!! ¡El culpable, que salga!
- ¡¡Que no hemos sido nosotros!! - contestaron los seis a coro, como si lo hubieran ensayado horas atrás haciendo que Sung Kyu resoplase y volviera a cruzarse de brazos.

El silencio de nuevo reinó en el apartamento, aquel al que se habían mudado no hacía demasiado, un lujoso y bonito apartamento con bastante intimidad, algún que otro vecino pero dónde se encontraban bastante a gusto y, para qué mentir, más anchos en lo que se refería a habitaciones.

El primero en romper el silencio fue el segundo mayor, incapaz de quedarse más tiempo sentado y aprovechando aquello para levantarse.
- No sé vosotros pero yo recuerdo perfectamente lo que hice anoche... así que me declaro inocente.
- Y yo – se apresuró a corroborar Hoya

- Yo vi una película – aportó Sung Jong
- Lo corroboro, estaba en el sofá cuando llegué de comprar – concluyó Sung Yeol - ¿verdad Myung?
El aludido asintió mientras hacía papiroflexia con una de las servilletas.
El silencio reinó en el comedor hasta que el líder pegó tal grito que la grulla que el visual estaba haciendo terminó decapitada.
- ¡Eso es! - gritó Sung Kyu poniéndose también de pie y señalando con el dedo a Dong Woo que lo miró asustado - ¡Que nadie se mueva de aquí, ni un milímetro! ¿¡Entendido!?
Y desapareció dentro de su habitación, asustando a los miembros que empezaron a cuchichear por lo bajo.
- Está loco - aportó el rapero mayor.
- La edad le afecta - esta vez fue el susurro del más alto.
- Habrá sido él y quiere escabullirse por la ventana - fue la conclusión del maknae.
- Al menos él tiene ventana... - bufó Woo Hyun nada contento con la repartición de habitaciones.
- Yo sigo diciendo que tiene que ponerse gafas...
- ¡¡Que os estoy oyendo!! ¡Todo el mundo a las habitaciones, quiero el comedor libre y sin ningún espía!

Los seis se miraron entre ellos, algunos simplemente bufando con incomodidad para terminar yendo todos a la habitación que compartían los dos raperos desde las promociones de Infinite H y la mudanza al nuevo apartamento. Una vez la puerta se cerró empezaron a escuchar movimiento en el comedor, quejidos, muebles moverse y el maknae juró que había oído un taladro.
- Creo que está creando un arma de destrucción masiva - comentó Hoya que se había sentado en su cama, la más cercana a la puerta puesto que la de su hyung estaba cerca de la ventana, haciendo que el resto lo mirase con terror - querrá deshacerse de las evidencias.
- ¿Y no sabe tirarlo a la basura como una persona normal? - preguntó Myung Soo
- Es Sung Kyu hyung, podemos esperarnos cualquier cosa- concluyó Woo Hyun mientras, esta vez sí, escuchaban un taladro.
- ¡Vamos a morir! - gritó el más alto de repente asustando a sus compañeros.
- ¿Con un taladro? ¡Somos superiores en número, podemos derribarlo! - exclamó Hoya
- ¿Y si planea gasearnos hasta dejarnos fuera de combate, encerrarnos en alguna especie de ataúd y enterrarnos metros bajo tierra para callarnos y hacer parecer como que estamos de gira mundial cuando realmente estamos muriendo asfixiados? - preguntó el maknae haciendo que todos los allí presentes palideciesen.
- Definitivamente has visto demasiadas películas de terror, Sung Jong-ah... - murmuró Myung Soo, pero hasta él se imaginó aquella escena; una dónde su líder, armado con una pala y un taladro los amenazaba, gaseaba y metía en ataúdes de acuerdo a sus alturas.
- Seamos razonables, la gente se daría cuenta de que no estamos en ninguna parte, aunque pongan la excusa de la gira mundial las fans internacionales se preguntarán qué demonios ha pasado con los conciertos de sus países – concluyó Dong Woo, demostrando en aquellos momentos que era digno del apodo "genio" que la gente le había dado.

Y eso pareció relajar a los chicos, hasta que el silencio reinó en el comedor y solo se escuchó el sonido de los pasos acercándose a la puerta.
Se apretujaron, sentados encima de la cama de Dong Woo que era la más alejada de la puerta, y vieron a cámara lenta como la perilla de la puerta se movía, abriéndose y vislumbrando la cabeza castaña de su líder apareciendo por la rendija.
- Ya está todo listo, ¿estáis preparados?
Ninguno habló, solo se levantaron en silencio, tan juntos que parecían una piña y avanzaron lentamente, como si de dirigieran al mismísimo patíbulo del corredor de la muerte.

Veinticuatro HorasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora