La mañana del domingo estaba avanzando en la casa de Infinite, debían de ser casi las 12 y de momento nada estaba aclarado. Bueno sí, varias cosas que habían pasado durante la mañana del Sábado y lo que Woo Hyun y Sung Kyu habían hecho durante aquella tarde... ¡¡pero estaban igual que al principio!! ¡Nadie parecía haberse quedado solo en casa en ningún momento! ¡Siempre tenían que ir en parejas!
Y por eso mismo en aquellos momentos Sung Yeol gritaba, Myung Soo gruñía y Sung Kyu los amenazaba porque, según él, le estaban mintiendo con aquel relato.
- Ya te lo hemos dicho hyung, fuimos a comprar ropa – se quejó Sung Yeol por tercera vez mientras el líder negaba con la cabeza.
- ¡No hay testigos! ¿Y si os habéis puesto de acuerdo para mentirme?... esos dos estaban en la habitación como si de una luna de miel se tratase – grita Sung Kyu exasperado mientras señalaba a Hoya y Dong Woo, este último sin terminar de entender como habían terminado en aquel maldito lío por culpa de una mera colilla que el mismísimo viento podría haber traído.
De verdad que su líder podía hacer un drama de cualquier ínfima cosa.
Si bien Myung Soo, o al menos la imagen que L de Infinite proyectaba a las fans era de una persona misteriosa y calmada, ahora mismo esa imagen se había ido a la mismísima mierda y el verdadero Myung Soo había dado un golpe a la mesa al mismo tiempo que se levantaba de su asiento asustando a todos los presentes. Nadie, repito, nadie quería ver a Myung Soo realmente cabreado.
En menos de un minuto el chico volvió con tres bolsas que casi le tira al líder a la cabeza.
- Ahí tienes la maldita prueba con los tickets, ¿ahora me dirás que esas bolsas han aparecido por arte de magia en nuestra habitación mientras nosotros fumábamos en el balcón a escondidas del resto? - le espetó el visual que parecía tener llamas siniestras a su alrededor mientras fulminaba a Sung Kyu con la mirada.
El mayor carraspeó un par de veces tentado en abrir las bolsas para asegurarse de su contenido pero estaba seguro que si lo hacía Myung Soo iría a la cocina a por un cuchillo para asesinarlo.
Pero Dong Woo se le adelantó y con una sonrisa de oreja a oreja empezó a sacar un par de prendas que, según él, también había visto mientras paseaba con Hoya durante el mediodía del sábado.
Dos de las bolsas tenían camisetas de todos los colores existentes... la tercera parecía el vestuario de la mismísima muerte. Todos adivinaron al instante de quien eran todas esas camisas negras.
- ¿Entonces entrasteis en esa tienda? ¿Había cositas verdes? - preguntó el rapero con los ojos brillantes – Hoya no me dejó entrar...
- Hyung, era la décima tienda y ya tenías lo que querías...
- Pero mirar es gratis Hoya – le reprochó con un puchero mientras Sung Yeol, mucho más animado, se había acercado a su hyung y sentado a su lado empezando a relatarle con todo detalle las prendas que allí habían.
- Chicos... la colilla... la investigación... - empezó Sung Kyu al ver como el relato de Sung Yeol contando como Myung Soo había vuelto locas a todas las dependientas llamaba más la atención del resto de miembros que su pizarrita llena de imanes de colores.
El líder se dio por vencido con un bufido. Bueno, siempre podía aprovechar aquel lapsus para repasar algo que se le hubiese pasado por alto.
- Yeol, ¿es preciso? - preguntó Myung Soo en un gruñido.
- Myung, ¿te recuerdo que esas pobres dependientas casi salen llorando de la tienda por esa maldita camisa negra a rayas que querías?
El visual gruñó maldiciones, dejando a su hyung continuar con aquel maldito relato el cual hizo que se sonrojase levemente al pensar como terminó aquello en los vestidores de la tienda a la que, estaba seguro, no iba a volver en mucho mucho tiempo.Flashback.
16:00 PM – Sábado
- Lo lamento señor... pero no tenemos ese modelo... - le repitió por segunda vez la dependienta quien en un principio había estado encantada de atender a aquel chico tan alto y guapo que se le había acercado. Pero el chico guapo y alto se había convertido en un diablo que no hacía más que pedirle camisas negras con rayas, círculos, estampados animales y un largo etcétera. Cosas que en aquella tienda no tenían y ya se lo había dicho desde un principio. Además, ¿todo negro? ¿Acaso estaba de luto aquel chico? ¿Había algún carnaval cerca e iba a disfrazarse de la muerte?
- Myung, ¿quieres hacer el favor de dejar las malditas camisas negras y venir a ayudarme? ¿Qué color te gusta más, verde o rosa? - le preguntó Sung Yeol con una sonrisa de oreja a oreja enseñándole dos camisetas.
- Negra y rosa – le contestó de vuelta mientras volvía a girarse hacia la dependienta que a punto estuvo de salir corriendo de allí – cualquier estampado para mi camisa me vale, pero que sea negra.
La pobre chica estuvo a punto de estampar la hermosa cabeza del chico en el mostrador de la tienda, pero se contentó con esbozar una falsa sonrisa mientras señalaba a su derecha.
- Eso es todo lo que tenemos señor – le volvió a repetir mientras Myung Soo volvía a caminar hacia aquella sección con los ojos entrecerrados revisando minuciosamente las prendas. La dependienta rezó a todos los dioses existentes. Ese chico era atractivo a más no poder pero tenía un aura que te ponían los pelos de punta.
El más alto viendo las intenciones de su amigo y la cara de suplicio de la chica lo cogió por el brazo y arrastró hasta los probadores.
- Ya basta Myung, vas a hacer que la chica se ahorque con algunas de las bufandas de la tienda como sigas molestándola.
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Veinticuatro Horas
FanfictionDebido a una confusión los miembros de Infinite sospechan unos de otros, y todo debido a esa maldita colilla que permanecía mirándoles impasibles desde la mesa. Todos dicen ser inocentes pero al mismo tiempo todos desconfían de todos, ¿la manera de...