Capítulo 10

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Cuando la puerta se abrió Dong Woo dio un pequeño bote, totalmente tapado hasta la cabeza por las sábanas y con toda su nueva ropa tirada en la cama de Hoya que no pudo si no soltar un suspiro de resignación.
- Hyung no soy ningún fantasma, no tienes porqué esconderte.
- ¿Y si el fantasma ha tomado la voz de Hoya para ganarse mi confianza? - le preguntó el bulto todavía debajo de las sábanas.
- ¿También han robado el cuerpo de Hoya para poder acercarse a ti?
- Quien sabe, son fantasmas muy listos que sólo quieren asustarme y saben de mi único punto débil.
El rapero menor avanzó hasta los pies de la cama de su hyung, trepando por sus piernas y llegando a donde suponía estaría la cabeza del mayor, metiendo los dedos por el borde de las sábanas y luchando un poco con ellas hasta lograr que la cabeza morena de Dong Woo asomase por allí. Los ojos fuertemente cerrados.
- Hyung, ¿soy tu punto débil? - preguntó Hoya haciendo que el moreno abriese levemente un ojo para mirarlo; el segundo ojo siguiéndole segundos después.
Un asentimiento fue la respuesta a la pregunta de Hoya y este, con una sonrisa de oreja a oreja, se inclinó para besarlo. Dong Woo pasó los brazos por el cuello de Hoya y le acarició el cabello castaño, acercándolo todavía más hacia su cuerpo.

Un pequeño gemido salió de los labios de Hoya al mismo tiempo que su hyung pasaba la lengua por el labio inferior, pasando por la comisura y llevando sus labios hacia la mandíbula. Definitivamente Dong Woo no era una persona muy pasiva y a Hoya le gustaba ese lado de su hyung, uno que sólo él podía ver.
- Hoya, métete – le ordenó de repente el mayor causando que el chico lo mirase parpadeando con sorpresa.
- ¿Ya hyung? ¿Sin preparación ni nada? - preguntó confundido.
Dong Woo solo atinó a soltar una nerviosa risa y darle un golpe en la cabeza mientras hacía a un lado las sábanas.
- Digo que te metas bajo las sábanas, idiota pervertido – le regañó mientras Hoya soltaba un "aaah" muy divertido y, sin vacilar, se metió de cabeza bajo las sábanas haciendo que Dong Woo soltase un pequeño grito - ¡yah, no seas brusco que nos van a oír!
- Nadie nos oye hyung, tienen la película con bastante volumen, ya me he ocupado de eso antes de venir.
- Pervertido, ¿acaso ya venías con intención de violar a tu hyung?
- Si mi hyung no fuese un lento y un estúpido lo hubiera conseguido hace meses.
Dong Woo empezó a reírse al ver el puchero que Hoya le estaba haciendo, y le dio un suave beso como compensación.
- Perdóname, tenía miedo y no quería perderte...
- Hyung, jamás vas a perderme porque te quiero y no pienso separarme de ti nunca.

Estas palabras hicieron que el corazón de Dong Woo latiese a un ritmo desenfrenado, la adrenalina corriendo por sus venas y, por supuesto, su miembro despierto y reclamando urgencia allá abajo. Y por como el de Hoya se rozaba con su muslo podía adivinar que el menor estaba igual o más necesitado que él.

Las dos camisetas desaparecieron casi al mismo tiempo, yendo a parar junto a la ropa que había en la cama de Hoya mientras este peleaba con los pantalones de su hyung.
- Hyung, si no me quitas las manos del trasero no puedo quitarte esto – se quejó el menor mientras Dong Woo continuaba palpando toda la extensión del trasero con evidente emoción y además haciendo que ambos miembros se rozasen por encima del pantalón, algo sumamente placentero pero que iba a terminar con la concentración de Hoya. Y vaya que quería aguantar.
Al final, cansado de que el mayor no le hiciese caso, optó por tomar medidas drásticas las cuales consistieron en meter la cabeza debajo de las sábanas y realizar un divertido y húmedo trayecto hasta los botones del pantalón. Por supuesto deteniéndose levemente en todos los rincones del pecho de su hyung que su lengua conocía a la perfección.
- Ho-hoya... - gimió Dong Woo notando como el menor tanteaba su entrepierna con total descaro, desabrochando los botones lentamente mientras su lengua trazaba círculos alrededor de su ombligo. Esa lengua metiéndose en algunas ocasiones dentro y simulando pequeñas embestidas que hicieron que Dong Woo se mordiera con fuerza los labios y llevase ambas manos al cabello del menor no sabiendo si separarlo de allí porque lo estaba matando o dirigirlo directamente hacia su dolorido pene que reclamaba con urgencia algo más de atención.
- No seas impaciente hyung, ¿sabes cuántos meses llevo esperando esto? pienso disfrutarlo todo lo que pueda...

El gruñido de incomodidad de Dong Woo no se hizo esperar. Frustrado porque quería tocar al menor. Muriéndose porque quería que el menor lo tocase por todas partes. Disfrutando como nunca de aquella pequeña tortura.
Los pantalones por fin saliendo a hacer compañía al resto de la ropa; la lengua de Hoya pasando por el bóxer verdes de Dong Woo, deleitándose con toda la extensión y perdiéndose un par de veces en ese sexy hueso que el mayor tenía en la cadera. Mordiéndolo suavemente, metiendo los dedos por el borde sin llegar a tocar directamente. Dong Woo muriendo lentamente y gimiendo cada vez más alto rezando para que realmente la película estuviese a un volumen que impidiese que el resto de los chicos escuchasen lo que estaba pasando en aquella habitación.

La lengua de Hoya se paseó por toda la extensión de su miembro, Dong Woo gimiendo todo lo bajo que podía mientras se mordía el dorso de la mano, la otra sobre la cabeza de Hoya y tirando del cabello del menor.
- Ah... Hoya... esto es fantástico... sigue...
- Es que eres delicioso hyung, podría estar así todo el día – le informó el menor continuando con sus besos y lamidas, engullendo todo el miembro hasta el fondo y haciendo que Dong Woo soltase un grito ante aquello.
Su lengua jugó con toda la zona, yendo a perderse también en la entrada de su hyung y haciendo que este soltase más gemidos y maldiciones.
- Hyung, eres un escandaloso... - comentó Hoya al mismo tiempo que ponía dos de sus dedos en la boca del mayor que hábilmente comenzó a devorar como si fueran el helado más delicioso del universo.
Esos mismos dedos tantearon la entrada de Dong Woo, suavemente, con delicadeza, primero uno entrando con suavidad. Por nada del mundo Hoya iba a hacerle daño a su hyung.
Este se quejó en un principio por aquella repentina intromisión pero sabiendo que sería pasajero se relajó todo lo que su nervioso cuerpo le permitía.
Un segundo dedo acompañó al primero, ensanchando más la entrada mientras la lengua de Hoya todavía se paseaba por el miembro de Dong Woo, enviándole todo el placer que pudiera.

Poco después, cuando el tercer dedo entraba sin apenas dificultad y los tirones en el pelo de Hoya empezaron a ser más habituales, el menor se separó y comenzó el ascenso de besos por todo el pecho de Dong Woo, llegando a la mandíbula y besándolo con pasión.
El mayor volvió a llevar sus manos al trasero de Hoya gruñendo al darse cuenta que todavía tenía los pantalones puestos.

Obligó a Hoya a subir todavía más, el chico terminando por apoyar ambas manos en la pared de la cama y mirando hacia abajo donde Dong Woo se había incorporado levemente y tiroteaba de sus pantalones vaqueros, esos mismos que se quedaron a la altura de las dobladas rodillas del menor y donde segundos después se reunieron los bóxers morados del chico.
Dong Woo se metió el miembro del menor de golpe en su boca y ahora el grito salió de la boca de Hoya seguido de un ligero golpe con el puño en la pared que, rezó, para que nadie más hubiese escuchado. Su hyung era maravilloso en todos los sentidos. Esa jodida y erótica boca que poseía y que muchos comparaban con la de un dinosaurio ahora estaba dándole la mejor mamada de la historia.
Idiotas ilusos, jamás iban a probar esos labios; que ellos siguieran metiéndose con la boca de su hyung porque él iba a disfrutarla por siempre.

Hoya tuvo que hacer un esfuerzo sobre humano para separarse, cogiendo aire a bocanadas y devorando la boca de Dong Woo mientras se posicionaba entre sus piernas, volviendo a tantear esa entrada con sus dedos y, al notar poca resistencia, se dispuso a introducir su miembro.
- Hyung va a doler, pero prometo que después será muy placentero – le dijo Hoya en un susurro mientras le daba besos por todo el rostro a Dong Woo que asintió dispuesto a enfrentar lo que fuera.
Y dolió, por supuesto que dolió cuando Hoya se introdujo en su interior. Pero la sensación de tener al menor sobre él de aquella manera era mil veces mejor y no supo hasta ese momento cuanto había deseado aquello.
- Es-espera... - le pidió Dong Woo cogiendo aire un par de veces mientras Hoya comenzaba a acariciarlo suavemente por todo el cuerpo, besándole las mejillas y los labios pero sin moverse un milímetro hasta que su hyung se lo pidiera – Ho-hoya...
Y no se hizo de rogar.

Sabía que los ensayos para Paradise tenían que dar sus frutos de alguna forma, y Dong Woo agradecía más que nunca a aquella maldita canción y sus movimientos sugerentes; aunque por supuesto el que Hoya fuese, junto a él, el bailarín del grupo también tenían algo que ver.
Embestía con precisión, fuerza y dándole justamente donde más le gustaba.
Estaba seguro que los iban a oír, pero le daba exactamente igual, solo quería tener a Hoya siempre así, junto a él... y por qué no, follándole de aquella manera día sí y día también.
- Hyung eres malditamente estrecho y jodidamente maravilloso en todos los aspectos – susurró Hoya en su oído mientras Dong Woo continuaba gritando y gimiendo el nombre de su dongsaeng.
- Ahí Hoya... justo ahí, ah... ¡joder! - exclamó el mayor rodeando con sus piernas la cintura del chico mientras enterraba sus dedos en la espalda.
Hoya soltó un gemido cuando las piernas de Dong Woo lo rodearon, haciéndole llegar incluso más profundamente y sabiendo que no le quedaría demasiado.
- Dong Woo... ahh... - gimió mientras paseaba sus labios por la mandíbula del mencionado llevando su mano derecha hacia la erección del mayor, moviéndola al mismo ritmo que sus embestidas.

El orgasmo los abrumó a ambos prácticamente al mismo tiempo, Dong Woo viniéndose entre ambos y Hoya dentro del cuerpo del mayor, gritando sus nombres en sus labios con una sonrisa de satisfacción cuando sus ojos se encontraron. Hoya se separó lentamente mientras le daba besos en la frente y las mejillas a su hyung, este abrazándolo y enterrando la cabeza en el cuello del castaño.
- Hyung, ¿estás bien? - preguntó Hoya mientras cogía las sábanas y los tapaba a ambos, abrazando a su hyung y este enterrando la cabeza dentro del cuello del menor.
- Por supuesto que lo estoy, te quiero y ha sido maravilloso – contestó dándole cortos y pequeños besitos por el cuello que hicieron que Hoya empezase a reírse, abrazando todavía más a su hyung.

Definitivamente estaba enamorado de ese genio, infantil, hiperactivo, adorable y en ocasiones idiota hyung.
Antes de darse cuenta ambos ya estaban profundamente dormidos, ajenos a lo que su sesión nocturna había provocado en el comedor.


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Unos minutos antes y al otro lado de la casa...
- ¡¡¡AHHH!!! - gritó de repente Sung Kyu cogiendo uno de los cojines y poniéndolo delante de sus narices - ¿¡Qué cojones ha sido ese ruido!? ¡Joder!
Los allí presentes saltaron de sus sitios no solo porque el grito de su hyung parecía que se había amplificado, sino porque esos golpes era jodidamente realistas.
- Es la película hyung, ¿no ves cómo han empezado a mover a esa chica sobre la cama? la pobre ha pegado un grito tremendo – le consoló Woo Hyun a su lado.
- Madre mía, si parece que de verdad hayan fantasmas en casa, ¿habéis oído los golpes en la pared? eran tan reales... – admitió Sung Yeol con la cabeza metida debajo del brazo de Myung Soo, este último aferrado a su almohada de bambú y con toda intención de blandirla como si de una espada se tratase al primer fantasma que osase asomar la cabeza.
- ¿Habéis visto que maravilla de película? ¡Los efectos de sonido son sublimes! - exclamó el maknae encantado de la vida.
- Joder, si hasta parecía que por momentos tuviésemos el efecto de la sala de cine, los gritos se oían por todas partes – corroboró Woo Hyun intentando que su hyung volviese a respirar como un ser humano.

La película llegó segundos después al final, siendo aplaudida con efusividad por Sung Jong el cual estaba encantado porque realmente parecía que "estaba dentro de la película por como esos golpes en la pared parecían tan reales".
- A ver si de verdad tenemos un poltergeist de esos en casa... - gruñó Myung Soo haciendo que Sung Yeol pegase un grito y le diese un golpe en la cabeza.
- ¡Cierra el pico y no me asustes! ¡A ver como duermo yo ahora esta noche!
- ¿Queréis que vaya a protegeros? - preguntó Sung Jong con una sonrisa divertida.
- Puedes dormir en mi cama, yo duermo con Woo Hyun – anunció el líder mientras los tres lo miraban sorprendidos - ¿qué? ¡No es cosa mía, es ese idiota que tiene miedo!
- Ahora la culpa será mía – se quejó Woo Hyun con un puchero.
- Por supuesto que sí – concluyó Sung Kyu mientras, abriendo la puerta de la habitación de los dos raperos observaba dos visibles bultos en ambas camas. Con un leve asentimiento volvió a cerrar la puerta.

Woo Hyun lo esperaba bajo el marco de la puerta con una dulce e inocente sonrisa que, estaba seguro Sung Kyu, de inocente tenía poco. Ni rastro de los tres niños restantes.
Tragó sonoramente nervioso y a la vez expectante por lo que la noche iba a depararle.  

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