Capítulo 9

210 36 5
                                    


Flashback.
21:00 PM – Sábado

Ambos raperos salieron de casa, Dong Woo todavía ligeramente sonrojado ante la cercanía y el susurro de Hoya, ¿acaso ese niño estaba loco? ¿Y si el resto se daba cuenta?
Espera... ¿darse cuenta exactamente de...?
Dong Woo estaba hecho un manojo de nervios desde hacía tiempo, concretamente desde que durante las promociones de Infinite H y estando solos en la sala de ensayo habían acortado distancias en un momento dado y se habían besado por primera vez. Un corto pero tierno y dulce beso. Al separarse Hoya le regaló una dulce sonrisa y, tendiéndole la mano para que se levantase, le dijo a Dong Woo que quería seguir bailando.
El mayor no se sorprendió, era su mejor amigo, lo quería con locura y pensó que, quizás, aquella era otra muestra más de afecto que el menor le hacía.

Por supuesto conforme pasaban las semanas y aquellos pequeños contactos iban haciéndose más frecuentes Dong Woo empezó a preguntarse si aquello no se les estaba escapando de las manos, ¿acaso no eran los mejores amigos del mundo? ¿Quéiba a pasar con ellos? ¿Acaso su amistad iba a cambiar?
Y se lo preguntó a Hoya el cual hizo una pequeña mueca de disgusto, una que Dong Woo no apreció, en cuanto escuchó la palabra "mejores amigos" para acto seguido sonreír con dulzura.
- Claro que no hyung, siempre seré tu mejor amigo.
Ante esto Dong Woo lo abrazó efusivamente, por supuesto poniendo ambas manos en el trasero de su dongsaeng, y riendo con aquella risa tan característica suya.
Porque Hoya prefería seguir con aquello antes que perder la valiosa amistad de su hyung.

De eso hacía meses, pero Hoya estaba llegando a su límite y podía notarse por cómo,mientras entraban en aquel ascensor, pasaba su brazo derecho por la cintura de su hyung, atrayéndolo hacia él.
- Hyung, ¿qué te apetece que hagamos? - le preguntó el rapero menor como si meter la mano por debajo de la camiseta de tirantes que su hyung llevaba y acariciarle toda la cintura era lo más normal del universo.
- ¿Cóm-cómo dices? - preguntó Dong Woo dando un pequeño salto cuando Hoya acarició el borde de su pantalón vaquero.
- Que qué es lo que quieres que hagamos para cenar, tendremos que comprar los ingredientes correctos, ¿no crees? - le preguntó el chico como si aquello fuese totalmente obvio.
- Claro, es verdad... esto... ¿qué tal hacer algo de carne? ya que estamos todos cenando juntos seguro que les apetece... - contestó entrecortadamente intentando no concentrar su atención en la cálida mano de Hoya acariciándole la cintura.
- Buena idea hyung, vamos a comprar y saborear la mejor carne de la tienda – se animó el menor al mismo tiempo que soltaba a su hyung y el ascensor abría sus puertas.
Dong Woo soltó un ligero suspiro y salió detrás del menor con bastante menos energía de la habitual.

Y os preguntaréis, ¿de verdad Hoya no iba a vengarse después de todos estos meses donde su hyung parecía ignorar olímpicamente todas las señales que el menor le enviaba? ¿Todas aquellas mañanas en las que parecía deshacerse entre sus brazos pero terminaba durmiéndose de nuevo? Es Hoya por dios, por supuesto que iba a vengarse.
Y Dong Woo agradeció infinitamente que aquel suéter de tirantes fuese largo porque estaba seguro que de otra manera se hubiera empezado a notar su erección.

El menor no se había contentado con acariciarle sensualmente en el ascensor, no señor, también se había divertido en una de aquellas calles apenas iluminadas abrazándolo por la espalda con la excusa de que saldría un violador y se llevaría a su hyung por lo adorable que era.
- Aunque seguro que al segundo te devuelve hyung, nadie puede con esa energía tuya... - contestó Hoya divertido mientras tenía su mentón apoyado en el hombro de Dong Woo, caminando como buenamente podían.
- Pues yo veo que tú lo llevas fenomenal – se quejó el mayor intentando no concentrarse en la entrepierna de Hoya que notaba perfectamente contra su trasero.
- Porque soy perfecto para ti – contestó dándole un rápido beso en el lóbulo dela oreja al mayor antes de soltarlo y girar por una de las esquinas, las luces del gran supermercado llamándolos al final de la calle.
Dentro de la tienda y durante un momento Dong Woo había deseado que Hoya lo empujase contra el montón de patatas que allí había y lo besase como solía hacer durante las mañanas, que lo acariciase por todas partes.
Pero no, el menor continuaba con aquellas pequeñas muestras de afecto para,segundos después, separarse y comentarle que quizás necesitaban más cebollas para la carne asada.

¡Y no terminaba allí! ¡Hasta en casa mientras ambos cocinaban y cuando Woo Hyun salía al comedor y los dejaba solos Hoya aprovechaba para acariciar a su hyung o susurrarle cualquier cosa que hacía que se le pusieran los nervios de punta!(y por supuesto su erección no disminuyera)
La paciencia de Dong Woo estaba llegando a límites que no lograba soportar.¿Acaso se estaba vengando por algo? ¿De él? ¿Había hecho algo?
Y no es que Dong Woo se caracterizase por ser una persona tranquila como bien pudo comprobarse cuando, volviendo a estar solos, empujó a Hoya contra la encimera de la cocina mientras la carne se asaba a su lado.
- ¿Se puede saber qué te pasa?
- ¿A qué te refieres hyung?
- ¡A que paras de tocarme! ¿Por qué paras de tocarme? ¿He hecho algo malo?
Hoya sonrió ligeramente deleitándose con la visión de su hyung, esa misma que le estaba rogando que no dejase de tocarlo.
- Claro que lo has hecho hyung – el menor se acercó acortando distancias,besando a Dong Woo apasionadamente mientras llevaba sus manos a los bolsillos traseros del pantalón, metiéndolas allí y aprovechando eso para acercarlo a su cuerpo, ambos miembros rozándose por encima de los pantalones y logrando que los chicos gimiesen en el beso – eres un chico malo hyung, me desesperas y no me dejas jugar... - le susurró en el oído separándose a tiempo porque Woo Hyun llegó a los pocos segundos gritando que se les estaban quemando las cebollas.

Por suerte la cena salió perfecta y los siete comieron de maravilla hablando de cosas triviales, comentando la gira mundial y lo que harían el día de mañana. Nadie se percató de que Dong Woo apenas abrió la boca, algo raro en él, y se dedicó a comer y agradecer a Hoya cada vez que le ponía un trozo de carne sobre su bol de arroz con una bonita sonrisa.
Al terminar y para celebrar sus recientes éxitos en los conciertos decidieron ver una película, sugerencia del maknae, que simplemente sonrió con emoción mientras tomaba asiento a los pies del sofá.

- Ni de coña, yo no veo eso – se quejó Dong Woo levantándose tan pronto los créditos iniciales aparecieron por la pantalla – seguro que es una de tus películas de miedo.
- Pero hyung, no salen zombis ni asesinos – se defendió el pequeño que ahora estaba abrazando a su gran oso de peluche.
- ¿Esta no es la de los fantasmas? ¿Esa que hay cámaras grabando en una casa y empiezan a moverse cosas? ¿Paranormal no sequé? - comentó Myung Soo.
- ¡¡PEOR ME LO PONES!! - gritó Dong Woo mortalmente pálido y corriendo hacia su habitación.
- ¡Hyung, no huyas, quédate con nosotros! - se oyó la voz del maknae pero DongWoo ya había dado un portazo a su habitación.
- Déjalo, sabes que si la ve esta noche Hoya morirá ahorcado porque Dong Woo no se separará en ningún momento – bufó Sung Yeol.
El rapero estuvo tentado de obligar a su hyung a verla por el simple hecho de imaginarlo después abrazado a él, pero una mejor idea se le ocurrió.
- Iré a verlo, seguramente esté muerto de miedo sólo por el hecho de imaginarse la escena – comentó Hoya levantándose – nos pondremos música así se le quitará la idea de los fantasmas, podéis subirle el volumen.
- ¡Gracias Hoya! - Sung Jong sonrió de oreja a oreja mientras subía el sonido de la película y se acomodaba en el sitio del sofá que ambos raperos habían dejado libre.
Hoya caminó en dirección a su habitación, con una sonrisa en el rostro que no auguraba nada bueno.

Veinticuatro HorasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora