Capítulo 12

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12:00 AM – Domingo

- Entendido hyung, me pasaré por allí en cuanto termine unos asuntos pendientes... sí, espero tenerlos terminados para antes de la cena – Sung Kyu volvió a entrar en el comedor mientras se despedía del manager y guardaba su móvil en el bolsillo – bien, ¿por dónde íbamos?
- Comentamos que quizás Sung Jong no tenga hermanitos...
- ¿¡Ya estáis con eso otra vez!? ¡Os repito que estáis viendo cosas donde no hay...!
- Hyung, no hemos dicho nada sobre ti – le comentó Myung Soo con una sonrisa, todavía acostado y abrazado a su almohada de bambú haciendo que el líder frunciese el ceño con un leve sonrojo.
- Esos dos se han encerrado en la habitación – señaló Woo Hyun al pasillo mientras el líder se percataba de que los dos raperos habían desaparecido del comedor.
- ¡¡Ni soñarlo, nadie sale de la escena del crimen sin mi autorización!! - gritó de repente dando grandes zancadas en dirección a la habitación de los raperos.
- ¡¡Hyung, toca antes de entrar no vaya a ser que interrumpas algo!! - le advirtió Myung Soo.
Sung Kyu ignoró todo aquello, además, ¿qué demonios iba a interrumpir entre esos dos? ¿Uno de sus numeritos de baile en medio de la habitación?
Abrió la puerta con toda la tranquilidad del mundo, quedándose estático en el marco de la puerta. No, precisamente los dos raperos no estaban haciendo sus numeritos de baile a no ser que ahora los chicos fuesen a incluir alguna especie de vals en las próximas canciones del grupo.
- Esto... ¿se puede? - preguntó de repente mientras tocaba suavemente con sus nudillos la puerta.

Dong Woo, con los brazos de Hoya rodeándole la cintura desde atrás y la cabeza de este último apoyada en su hombro, se giró para mirar al líder regalándole una gran sonrisa.
- ¡Hyung! ¿Has terminado de hablar con el manager? ¿Hay alguna novedad? - preguntó sin que Hoya aflojase ni un poco su agarre.
Sung Kyu sabía que era normal que esos dos se abrazasen, más por parte del mayor que del menor y su manía de meter mano o de ser súper mega cariñoso con todo el mundo. Pero algo en su interior le mandó un aviso por la manera en que era Hoya el que abrazaba con toda la ternura del mundo a Dong Woo, este último parecía hasta que estuviera resplandeciendo.
- No, nada importante, quiere que me pase dentro de un rato por la agencia... ¿qué estáis haciendo?
- Organizar la ropa que nos compramos ayer, ¿verdad Hoya? - preguntó Dong Woo girando la cabeza quedando a escasos centímetros de la boca de Hoya, este último con una ligera sonrisa en su rostro mientras Sung Kyu se ponía rojo hasta las orejas, trastabillando en su camino de vuelta al pasillo no sin antes recordarles a los dos raperos que volviesen al comedor.
- Creo que se ha dado cuenta – comentó Hoya una vez Sung Kyu desapareció por el pasillo mientras Dong Woo había vuelto a su tarea de reorganizar la ropa nueva.
- ¿A qué te refieres? ¿De qué se ha dado cuenta?
- De lo nuestro.
Dong Woo pareció no pillarlo a la primera, no hasta que su cerebro procesó esas palabras. Se quedó estático entre los brazos de Hoya antes de girarse visiblemente pálido.
- ¿Cómo se ha enterado? ¿Nos oyó anoche? ¡¡Hemos sido cuidadosos!! ¡¡Joder, realmente es un maldito detective!!
- Hyung, creo que ha sido por lo de ahora – le contestó Hoya con la mayor tranquilidad del mundo – digamos que no es muy normal que yo te abrace de esta manera estando los dos solos... eso es más de tu estilo.
- ¿En serio? ¿Por eso se ha dado cuenta? creo que te estás equivocando Hoya, siempre eres cariñoso... - negó con la cabeza antes de caminar hacia la puerta con intención de volver al comedor – no creo que se haya dado cuenta y no me asustes así, ¿cómo crees que vayan a tomárselo los chicos? tenemos que tener tacto con esto...
Hoya se encogió de hombros, si bien era cariñoso y se llevaba bien con todos los miembros sabía que con Dong Woo era más especial que con el resto, aunque este parecía no haberse dado por enterado.


Sung Kyu entró arrastrando los pies y con la cara todavía algo pálida. Si lo que estaba pensando en aquellos momentos resultaba ser cierto muchas cosas cobrarían sentido en aquellos momentos; como la escena que montó Hoya para seguir durmiendo en la habitación de Dong Woo después de las promociones de Infinite H; o como Dong Woo revoloteaba más aún alrededor del rapero menor. Por no hablar de la manera en que Hoya siguió la noche pasada a Dong Woo después de que este, aterrorizado, huyese a su habitación... ¡¡hasta les pidió subir el volumen de la televisión!!
- Creo que los ha encontrado fabricando hermanitos para Sung Jong – comentó Woo Hyun al ver el rostro pálido del líder.
- Hyung, ¿qué ha pasado? ¿Fabricaban hermanitos? ¿Hoya estaba arriba o era Dong Woo? siempre he tenido esa duda... - confesó Myung Soo haciendo que el resto lo mirasen como si estuviera terriblemente loco - ¿qué? todos conocemos a Dong Woo hyung, se mueve demasiado para...
- ¡¿Qué?! ¡No, no he visto nada! estaban arreglando la ropa de ayer pero... no sé... - se sentó en el suelo frunciendo el ceño – había algo diferente.
- ¿No llevaban la ropa puesta? - se aventuró el maknae intentando ayudar a su líder.
- ¡¡Que no es eso, estaban completamente vestidos!! - se quejó el líder apartando las imágenes que empezaban a tomar forma en su mente.
- ¿Entonces no ha pasado nada todavía? cuanta lentitud – bufó Myung Soo ganándose de nuevo más miradas de sorpresa.
Los allí presentes supieron que el visual sabía algo que a ellos se les escapaba, pero se quedaron con aquella duda cuando ambos raperos entraron en el comedor. Corrección, Dong Woo entró dando saltos como si estuviese trotando mientras Hoya lo seguía por detrás sin perder la sonrisa.

Ambos se sentaron en el suelo, apenas dándose cuenta de que su entrada había causado que los allí presentes se quedasen en silencio. Por supuesto el primero en romper el silencio no podía ser otro que el escandaloso del grupo.
- Por cierto, ¿qué comemos hoy? - preguntó Dong Woo dando pequeños saltitos en el suelo antes de girarse hacia Hoya - ¿hacemos la comida? ¿Qué te apetece?
- Hyung ya hicimos la cena, les toca a otros – le recordó el menor mientras Sung Kyu volvía a intentar llamarles la atención recordándoles que tenían una investigación entre manos.
- ¡Podemos dejarlo para después de comer, cuando tengamos los estómagos llenos! - se alegró Woo Hyun viendo una perfecta escapatoria a la reciente locura de su hyung con aquella maldita colilla la cual, ahora que se fijaba, no era de la marca que solía fumar su hyung...
- Nosotros podemos cocinar, ¿verdad Yeol? - le preguntó Myung Soo girándose hacia su hyung y este, sobresaltado por aquella propuesta tan repentina, solo atinó a asentir con la cabeza.
- Pues será mejor que miréis lo que hay por la nevera... esos dos ayer solo compraron para hacer la cena – advirtió el maknae que había vuelto a sacar su móvil y se dedicaba a hacerse fotos a sí mismo para subirlas a twitter.
- Siempre podemos bajar a comprar...

Dicho esto ambos se metieron en la cocina con el mayor en cabeza y yendo hacia la nevera, Myung Soo siguiéndole a escasos centímetros con una sonrisa divertida en el rostro que nadie se percató.
La cabeza de Sung Yeol se perdió dentro de la nevera revisando todo lo que allí había y sacando lo que podría servirles para hacer algo medianamente decente.
El menú quedó en arroz, sopa de verduras y si anoche no se hubiesen comido toda la carne podrían haber usado algo...
- Podemos bajar y comprar un poco, ¿no te parece? sabes que a los chicos les encanta la carne – comentó Myung Soo con una adorable sonrisa en su rostro mientras estaba apoyado en la nevera sin perder de vista a Sung Yeol.
Podría notarse que el más alto estaba nervioso, y eso era quedarse corto, ¿cómo demonios iba a reaccionar con todo lo que pasó ayer por la tarde mientras iban de compras? No es que tuviese miedo, por supuesto era Myung Soo de quien hablábamos, era su mejor amigo y jamás le haría daño... pero...
- Bi-bien, me parece bien, iré a avisar – logró vocalizar el más alto saliendo al comedor dejando a Myung Soo solo en la cocina.
El visual se relamió los labios mientras veía a su amigo salir por la puerta, con toda la intención de aprovechar aquel rato a solas con el mayor para terminar la conversación que ayer dejaron a medias.

Minutos después y con una pequeña lista de la compra en la mano los dos mejores amigos se encontraban en el pasillo esperando al ascensor. El silencio reinaba allí solo cortado por el ruido del motor del ascensor mientras se acercaba a su piso y los gritos de fondo de Sung Kyu que parecía querer seguir con la investigación de la colilla mientras el resto no se hacían de rogar y empezaba a quejarse a pleno pulmón.
- Menos mal que no tenemos vecinos a los lados – comentó Myung Soo con una pequeña sonrisa.
- El único que podría quejarse es el vecino de arriba – aportó Sung Yeol señalando con su dedo al piso de arriba, el último de aquel edificio, al mismo tiempo que el ascensor abría sus puertas, una vez dentro, el menor apretó el botón de la planta baja.
Sung Yeol soltó un imperceptible suspiro mientras las puertas se cerraban lentamente y con la misma tranquilidad el ascensor empezaba a bajar.
- Yeol, ¿no crees que deberíamos hablar? - preguntó Myung Soo de brazos cruzados y recostado en la pared del ascensor, justo al lado del más alto que dio un respingo ante aquello.
- ¿A qué te refieres?
El moreno alzó una ceja mientras lo miraba de arriba abajo, ¿se estaba haciendo el idiota con él?
- ¿En serio no sabes de lo que estoy hablando?
- Sí... quiero decir no... bueno, quizás... no lo sé...

Myung Soo frunció el ceño bastante cabreado a estas alturas, ¿acaso le estaba diciendo que lo que había pasado ayer no le había afectado lo más mínimo? Y no es que el visual fuese una persona que se quedase de brazos cruzados, no señor, él iba de frente y de frente iba a ir.
Antes de que Sung Yeol se diese cuenta el más bajo había apretado el botón de "Stop" del ascensor, quedándose parados entre el quinto y cuarto piso haciendo que su amigo soltase un grito ante la sacudida que dio el ascensor.
- ¡Myung Soo! ¿¡Se puede saber qué demonios haces!?
- Parar el ascensor para que podamos hablar tranquilamente, ¿no es obvio?
- Pues preferiría hacerlo fuera de una gran caja de metal que de caerse nos mataría a ambos en el acto.
- No me das demasiadas opciones Sung Yeol, y me estoy cansando – Myung Soo dijo esto mientras avanzaba los pasos que lo separaban de su amigo, haciendo que este retrocediera hasta quedarse entre el cuerpo del menor y la pared del ascensor recordándole a una escena que había pasado no hacía demasiado tiempo.
- No es una buena idea... - empezó Sung Yeol aunque no sabiendo demasiado bien qué decir en aquella situación.
- ¿El qué no es una buena idea?
- Esto... nosotros... todo, no sé... es extraño...
- Tienes la cabeza echa un lío, y creo que la cosa está bastante clara.
- ¿En serio? - preguntó Sung Yeol con los ojos abiertos como platos, abriéndose aún más al ver como su amigo se empezaba a acercar sin parpadear ni una sola vez.
- Sí, y como parece que con las palabras no llegaremos demasiado lejos creo que debemos ir directos al grano, ¿no te parece?
- ¿A qué te refier-...? ¡Myung, espera! - gritó de repente Sung Yeol al ver como su amigo había empezado a pasar sus manos por su cadera y el borde del suéter que llevaba en aquellos momentos, sus labios apenas rozando la piel de su cuello.
Vale que Sung Yeol estaba poniendo resistencia pero si la comparábamos con la de ayer esta vez parecía que lo estaba disfrutando aún más, ¿qué demonios les estaba pasando?
- ¿Por qué...?
- ¿En serio lo preguntas? realmente eres un estúpido y un lento, y yo me quejo de Dong Woo...
- ¿Qué tiene que ver...?
- Nada Yeol, pero como parece que esta vez pones menos resistencia me doy por entendido de que puedo llegar hasta el final – sonrió Myung Soo con sus labios todavía recorriendo la piel del cuello del mayor, subiendo por la línea de la mandíbula y por fin sellando sus labios con los de su amigo que solo atinó a cerrar los ojos y estrujar la camiseta negra entre sus manos.

Con toda la destreza del mundo Myung Soo dejó totalmente atrapado a Sung Yeol entre su cuerpo y la pared del ascensor, aunque el golpe que el cuerpo del mayor hizo contra la pared no fue algo que pasase demasiado desapercibido, menos cuando el ascensor rechinó ante aquella sacudida.
Las manos del visual recorrieron todo el pecho de su amigo, deteniéndose en sus rosados botones, acariciándolos mientras su lengua descendía por el cuello y las clavículas terminando por hacerle compañía a sus dedos.
Sung Yeol se llevó una mano a la boca intentando que los gemidos no fuesen demasiado sonoros, seguían estando en un espacio público y aunque el ascensor estuviese parado y nadie pudiese verles el sonido salía igual y cualquier vecino que esperase el ascensor podría percatarse de lo que pasaba en su interior.
- Eres delicioso – susurró Myung Soo descendiendo por el pecho tras haberle quitado el suéter a su amigo, perdiéndose en el ombligo de Sung Yeol mientras este llevaba sus manos a la perfecta e impoluta cabellera del menor, hundiendo sus dedos en el suave cabello negro y no sabiendo si apartarlo o continuar empujándolo hasta que llegase abajo.
Definitivamente su sentido común se iba a la mierda cuando se trataba de Myung Soo.

Desabrochó el cinturón y los botones con una lentitud que hizo al mayor revolverse, soltando pequeños gemidos de placer y de anticipación por lo que iba a pasar a continuación. Si bien siempre había querido a Myung Soo con toda su alma se sorprendía con los celos que a veces se apoderaban de él o como en aquellos momentos que lo único que quería era que el menor lo empujase contra la pared, el suelo o lo primero que tuviese a mano y le hiciera suyo de mil maneras.

Pareció que el menor lo entendió porque los pantalones de Sung Yeol terminaron en sus rodillas mientras la lengua del visual recorría toda la extensión del miembro del más alto por encima de la ropa interior, mojándola y haciendo que el castaño se mordiera los labios y abriese uno de los ojos que había tenido cerrados. La imagen que tenía a sus pies hubiera hecho que cualquiera que la viera se corriese en aquel mismo momento.
Los dientes de Myung Soo terminaron de bajar la ropa que le quedaba al mayor, metiéndose de golpe su miembro en la boca.
- Oh por dios, Myung aaah... - gruñó Sung Yeol apretando en cabello que tenía entre sus dedos mientras hacía un sobre esfuerzo para que las piernas no le fallasen y terminar tirado en el suelo - es tan jodidamente bueno...
- Lo mejor está por llegar, relájate Yeol – susurró Myung Soo con una voz ronca y erótica que puso a Sung Yeol los pelos de punta, eso y el dedo que empezaba a rozar su entrada.

Sabía dónde iba a terminar todo aquello, y mentiría si dijera que ahora mismo no era lo que más necesitaba. También sabía que Myung Soo jamás le haría daño así que haciendo caso a sus palabras se relajó y dejó la mente centrarse en la excelente mamada que el visual le estaba dando.
Antes de darse cuenta el menor ya tenía dos dedos metidos en el interior del castaño y este seguía balbuceando incoherencias.
El visual dio una última lamida al miembro de Sung Yeol antes de incorporarse y devorarle la boca al mayor, pasando su lengua seductoramente por el labio inferior mientras un tercer dedo se metía en el interior del mayor.
Sung Yeol se dio cuenta que mientras él estaba con los pantalones enrollados en los tobillos Myung Soo solo estaba ligeramente despeinado. Gruñó dentro del beso mientras llevaba sus manos a los botones de aquella camisa, abriéndola y pasando los dedos por todo el torso del visual, separándose y empezando a recorrer con su lengua el cuello y clavícula de Myung Soo.
- Dios... no te haces idea de cuánto llevo esperando este momento – gruñó el visual de placer mientras con su mano izquierda empezaba a desabrocharse los pantalones.

El ascensor dio una segunda sacudida esta vez debido al movimiento que hizo Myung Soo, dándole la vuelta a Sung Yeol y empotrándolo contra la pared, dándole la espalda y haciendo que su mejilla se apretase con la fría pared.
- Voy a disfrutar el devorarte Yeol... y vas a gritar hasta que te oiga todo el edificio...
Sabía que no debería de hacerlo, que nadie debería de oírles, pero el tono tan seductor y autoritario que puso Myung Soo en aquellas palabras tiraron por la borda todo el raciocinio que pudiese quedarle al mayor.

Myung Soo lamió toda la columna vertebral del mayor, con tres de sus dedos aún en el interior y entrando sin apenas dificultad a aquellas alturas. Terminó dándole un fuerte mordisco en una de las nalgas que hicieron que Sung Yeol soltase un grito para nada delicado.
- Por dios Myung, hazlo de una jodida vez...
- Vaya, ahora sí que me pides las cosas cuando antes ni te acordabas... y encima intentas ponerme celoso yéndote a dormir con el maknae...
- Eso no... ahhhh... eso no es así...
El visual sonrió mientras paseaba sus labios por el hombro del mayor, su mano derecha dirigiendo su miembro a la entrada de su amigo que lo recibió sin demasiados problemas. Un pequeño grito de dolor salió de la boca de Sung Yeol que fue callado por los dedos de Myung Soo entrando en su boca, la mano del visual todavía masturbando a su amigo.
- Más... es tan fantástico Myung... - gimió Sung Yeol mientras su amigo entraba y salía despacio, intentando provocarle el menor dolor posible.
La lengua de Sung Yeol lamió los dedos que aún tenía en la boca, intentando contener los gemidos pero entre eso y los chirridos que daba el ascensor no les sorprendería que alguien empezase a aporrear las puertas para ver qué demonios pasaba allí dentro.
- Ahhhh eres tan estrecho Yeol, te deseo tanto... - susurró Myung Soo con un ronco gemido mientras besaba los hombros, nuca y espalda de su amigo, el vaivén de sus embestidas aumentando de ritmo conforme notaba que los gemidos del más alto subían de nivel y ni sus dedos eran capaces de acallarlos.

No sabía si estaba a punto de perder la consciencia, pero jamás había notado aquel placer antes, y Sung Yeol sabía que todo estaba relacionado con Myung Soo, con su mejor amigo dándole la mejor follada de su vida y los sentimientos que, si bien sabía que siempre había tenido por el más bajo, ahora estaban quedando bastante claros. Deseaba al visual, lo quería como algo más que su mejor amigo, estaba claro por como gemía su nombre a punto de llegar al orgasmo.
Myung Soo empujaba con fuerza y precisión, rozando la próstata de Sung Yeol con cada movimiento, el ascensor moviéndose al compás de ellos.
- ¿Qué crees que pasará si alguien te viera ahora Yeol? Estas babeando y rogando por más con cada nueva embestida...
- Idio-idiota ahhhh... - gruñó Sung Yeol mientras se mordía los labios intentando bajar el volumen de los gemidos – no hay nadie que pueda ahhhh escuchar-...

- ¿Y dices que se ha parado? ¿Estarán dentro? - se escuchó de repente una voz fuera del ascensor.
- Hace rato que no lo oigo... ¿¡chicos!? - gritó la inconfundible voz de Dong Woo varios pisos por encima de la posición donde se encontraba el ascensor.
Myung Soo se detuvo por un momento ligeramente asombrado por aquella interrupción, Sung Yeol respirando agitadamente y suavizando el ritmo cardíaco.
- ¡Si hyung, estamos aquí no te preocupes! - contestó Myung Soo con una sonrisa divertida en su rostro mientras Sung Yeol lo miraba por encima del hombro completamente pálido.
- ¿¡Qué demonios ha pasado!? - gritó esta vez Sung Kyu desde la lejanía.
- Se ha parado hace un momento, será algún fallo pero la central dice que lo pondrá en movimiento de inmediato.
- ¿¡Pero estáis bien, y Sung Yeol!?
- Aquí está, muriéndose por estar atrapado en esta maldita sauna, ¿verdad Yeol? - le preguntó Myung Soo al mismo tiempo que volvía a embestir su miembro contra la próstata de su amigo.
- ¡¡Sii!! - gritó Sung Yeol sin poder evitarlo, llevándose la mano a la boca para acallar los gemidos que seguían a aquella afirmación, su visión de nuevo nublándose ante las nuevas y profundas embestidas de su amigo.
- Me alegro entonces, ¿lleváis mucho rato así? - continuaba preguntando el líder.
- No demasiado, pero creo que no nos queda demasiado... - contestó Myung Soo notando las paredes de su amigo estrechándose contra su miembro, su cuerpo temblando entre sus brazos.
Sung Yeol se corrió aún con su propia mano convertida en puño dentro de su boca, acallando los gritos de placer que lo invadían en aquellos momentos.
Myung Soo lo siguió poco después, mordiendo el hombro de su amigo mientras se corría en su interior.
- Dios mío, eso ha sido... - susurró Sung Yeol siendo sujetado por el menor, de no ser así hubiera terminado en el suelo puesto que las rodillas habían terminado por fallarle.
- Excitante, caliente y épico, recuérdame que hay que repetirlo – le contestó de vuelta Myung Soo mientras se asomaba por el hombro de Sung Yeol y le daba un beso en la mejilla. Este se giró para mirarlo con el entrecejo fruncido.
- Eres un jodido pervertido, ¿lo sabías?
- Bien que te ha gustado, he notado perfectamente cómo te estrechabas al saber que los chicos estaban fuera, ¿quién es el pervertido aquí, hyung?
- Cierra el pico – gruñó Sung Yeol haciendo que el menor soltase una carcajada y se inclinase para besarlo. No un beso de pasión sino uno de amor y cariño que el mayor le devolvió, cerrando los ojos y disfrutando de la cercanía del visual.
- Vamos, vístete que hay que poner esto en marcha de nuevo...
- Pero llevo unas pintas... - se quejó Sung Yeol poniéndose en pie y mirando la ropa totalmente arrugada.
- Eres precioso te pongas lo que te pongas y estés como estés – le susurró Myung Soo abrochándose los pantalones y, cuando vio que su hyung estaba prácticamente vestido, le dio al botón de "Stop" de nuevo. El ascensor se puso en marcha seguido por un chirrido y un grito de júbilo, seguramente de Dong Woo.
- Iré yo a comprar, tú mejor vuelve y date una ducha – le aconsejó Myung Soo mientras se acercaban al segundo piso – además no quiero que nadie más vea esa cara de acabar de echar un polvo, solo puedo verla yo, ¿entendido?
Sung Yeol asintió sin pronunciar ni una palabra, si bien siempre había sabido lo protector que era Myung Soo mentiría si dijese que no le encantaba ese Myung tan celoso y atento con él.
- Nos vemos después – se despidió con un suave beso antes de que las puertas se abriesen y el visual saliese por ellas.
- ¡Myung! - gritó Sung Yeol antes de que volviesen a cerrarse - ¡Te quiero!
Dicho esto solo atinó a ver la dulce y encantadora sonrisa de Myung Soo le devolvió antes de que las puertas se cerrasen y el ascensor comenzase de nuevo la subida hasta el séptimo piso.

Veinticuatro HorasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora