Capitulo 23

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Por fin he conseguido dormir algo y cuando estaba en lo más profundo de mi sueño, mi señora progenitora ha entrado como si fuera su propia habitación y ha abierto la persiana y ha encendido la luz.

- No me seas vaga y levántate tienes que llevar a Will a clase

- Te dije ayer que no tengo coche – gruño tapándome con la almohada la cara

- ¡Eres una idiota! – grita. Como echaba de menos su horrible voz

- Gracias y ahora ¿puedes irte?

- No entiendo qué haces con tu vida, de verdad..., podías haber sido tú

- A ver – resoplo y me siento en la cama enfadada. Ya lo ha conseguido. – son mis amigos y les ayudé

- ¡Tú no tienes amigos!

- ¡Pues aquí sí! ¿vale?

- Imposible

- Me encanta la confianza que tienes en mí – susurro y me levanto de la cama buscando mis malditos calcetines

- No pueden ser amiga de una suicida, ya te pasó en España, nadie se acercaba a ti por miedo a lo que pudieras hacerte. Es que maldito sea el día en que conociste a ese idiota de Dani, solo te ha traído desgracias

- ¡YO YA ERA UNA DESGRACIADA ANTES DE CONOCERLE!

- No me grites – se acerca a mí y la veo que va arreglada como si fuera a una reunión. En eso nos diferenciamos mi "madre" y yo. En su forma de ser de comerse el mundo sin importarle las consecuencias todo lo contrario a mi forma reservada.

- Es que odio que culpes a Dani de algo en donde no tuvo la culpa

- Mira cómo te dejó – su mirada de decepción sigue rompiéndome en mil pedazos a pesar de que ya la he visto mil veces

- Vete de mi habitación

- Lola Martínez Scott – su tono amenazante ya no me causa ningún tipo de miedo

- No quiero pelear contigo de nuevo así que fuera

- Esto no queda así – sale dando un portazo y es cuando me doy el lujo de respirar

Solo son dos días, tengo que aguantar todos sus reproches, malas caras y su mal genio. Dos días y volverá a largarse. La discusión de anoche ya fue suficiente para mí. Ni siquiera le importó que mis amigos estuvieran en un hospital, solo le importaba que mi coche ahora estaba inutilizable hasta nuevo aviso y que por tanto no podría llevar a todos los sitios a Will. ¡Cómo si no lo hubiera hecho cuando llegamos aquí y no teníamos el coche! Y por si fuera poco, se permitió criticar que trabajara en la cafetería. No entiendo a qué viene esta actitud, bueno miento sí la sé, cree que casi me intenté suicidar hace unos días cuando el ataque y todo por culpa de mi querido hermano y su vena sobreprotectora. Cuando bajo a desayunar no están ninguno de los dos así que supongo que ella se lo ha llevado en el coche que ha alquilado. Miro el reloj y me debato entre ir o no a clase, porque ganas no tengo ninguna, solo hay alguien que puede hacer que mi mala leche desaparezca.

- Buenos días – saludo a mi canoso amigo secretario - ¿está?

- Dentro

- Caelen – entro sin tocar y me tiro sobre su sofá

- No esperaba verte tan pronto – se levanta de su silla y camina hasta el sofá de enfrente. Tiene unas ojeras horribles.

- ¿Has dormido?

- Algo

- Mi madre está aquí y es insoportable

- Tus problemas nunca acaban eh

Próximo destino: Inverness (Saga: A New Life #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora