Capitulo 2

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LOLA.

El sonido de mi móvil me despierta de un sobresalto. ¿Quién osa despertarme de mi siesta sagrada? Descuelgo sin mirar y maldigo al instante.

- ¿Acaso no sabéis que la siesta en España es sagrada?

- Buenas tardes Lola.

- Hombre, el loquero – suspiro sentándome en la cama e intentando despertarme un poco. Vaya siesta me he pegado sin querer.

- Psicólogo – me corrige y sonrío inevitablemente.

- Es lo mismo, ¿qué quieres y cómo tienes mi número?

- Está en tus datos y lo que quiero es que me expliques lo del otro día.

- No creo que le rompiera ningún hueso a tu amiguito.

- No, pero lo dejaste bastante sorprendido y eso no pasa muy a menudo.

- Vale – realmente me da igual lo que me está diciendo pero bueno, si él es feliz contándomelo... – se lo merecía y de paso tú también, pero me contuve.

- Quería pedirte disculpas, no tuve un comportamiento muy profesional cuando me viste con él, es que...

- Disculpas aceptadas ¿algo más?

- ¿No crees que es tu turno ahora?

- ¿Mi turno?

- De disculparte...

- ¡AH! Perdón, era solo una bromita, no quería inundar tu consulta, ni siquiera fumo ¿sabes? Era por fastidiar y respecto a lo de tu amigo pues... lo medio siento, ¿lo puedes olvidar?

- Todo olvidado, ¿qué te parece si te pasas por la consulta en un rato y hablamos? – qué rápido perdona este chico.

- Imposible.

- ¿Por qué?

- Porque tengo cosas que hacer con mi vida – miro el reloj de la pared y veo que todavía son las cuatro y media.

- Pensaba que decías que tu vida no era interesante...

- Y no lo es, pero bueno mira si quieres mañana por la mañana puedo.

- A las 10:30 tengo un hueco, nos vemos ahí.

- Adiós.

Otra vez tendré que ir a la maldita consulta. Salgo de la habitación maldiciendo y bajo al piso de abajo buscando a mi hermano en el comedor. Lo encuentro tirado viendo un programa basura mientras se hincha a comer cosas no sanas. Se va a poner gordo y no podrá jugar, pero ese es su problema a pesar de que me siento en la obligación de ejercer de hermana mayor.

- Will, ¿otra vez comiendo porquerías? Tienes que entrenar en un rato.

- Lo sé pero... es que están ricas – pone cara de niño bueno y le revuelo el pelo para fastidiarle. No puedo resistirme a él.

- No puedo contigo – niego con la cabeza y ambos nos reímos.

- ¿Quién te ha llamado? ¿Papá y mamá?

- No – me siento a su lado en el sofá y le quito un par de guarrerías mientras se queja – tus progenitores no me han llamado.

Próximo destino: Inverness (Saga: A New Life #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora