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 - ¿Tienes listas las maletas?- preguntó mi madre desde la puerta de entrada.
- Sí.

Sabía que lo que estábamos haciendo era lo correcto. Irnos de China nos haría bien, nos alejaría de todo lo que había pasado, pero a la vez no quería irme, no quería dejar el lugar donde había pasado mi niñez y tampoco quería abandonar la casa, esa casa donde tantas cosas había vivido con mi padre.
Di un último vistazo a mi habitación y agarré las maletas. El taxi que nos llevaría al aeropuerto nos estaba esperando impacientemente en la puerta de casa.

- ¡Apúrate Mei!

Bajé las escaleras lo más lento que pude, tratando de recordar cada parte de la casa con el más mínimo detalle. Ya no quería irme, ya no me importaban cuantas amenazas nos llegaran por teléfono o por cartas. Yo no quería abandonar la casa. Mi mamá no me había dejado despedirme de mis amigos, estaba furiosa, ella me dijo que no podía decirle a nadie que nos iríamos.

El viaje en avión fue largo y aburrido, por suerte no me tocó sentarme con mi madre. Estaba del lado de la ventana así que no fue tan malo. Me preguntaba cómo haría con el instituto, las clases habían empezado hace ya dos meses. Seguramente sería la rara y lo peor ... me llenarían de preguntas, pero bueno, de eso me arreglaría cuando este allí. Nunca antes había viajado a Corea del Sur, no sé cómo es la gente allí ni tampoco como es el lugar, no conozco a absolutamente nadie.

- El avión esta por aterrizar, no desabrochen sus cinturones hasta que toquemos suelo - avisó una voz por los parlantes.

Las voces se comenzaron a hacer más fuertes por el pequeño pasillo del avión, los que estaban dormidos ya se habían despertados y miraban expectantes por las ventanas.

- ¿No estás emocionada ?- preguntó mi madre desde el asiento trasero- Ya estamos llegando.

- No sabes cuánto... - contesté con sarcasmo- Y la mejor parte es que tengo un montón de amigos aquí.

Mi madre suspiró y no volvió a hablarme hasta que estuvimos abajo. En realidad no me habló hasta que subimos al taxi que nos llevaría a nuestra nueva casa.

- No tienes que preocuparte por el instituto- comentó un tanto nerviosa - estas anotada en uno que queda bastante cerca de la casa.

- Genial - murmuré.
- Empezarás mañana, no puedes atrasarte más.
- ¿¡Mañana!?- puse los ojos como platos- ¡Si no tengo nada!
- Me he encargado de comprarte todo, los libros, las carpetas...

Cuando llegamos dejé mis valijas en la puerta y subí a ver lo que me parecía más importante... mi habitación. Era normal, paredes blancas y las cosas que una habitación tiene que tener. La mochila de la que mi madre había hablado en el taxi estaba arriba de una silla. No quería empezar el instituto... pero no podía atrasarme más de lo que estaba.

Debería comenzar de nuevo.




ERES TODO LO QUE VEO [VIXX-LEO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora