XII

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Por otro lado, con todo este rollo me había olvidado que mi madre comenzaba a trabajar. Me repugnaba la idea de que este compartiendo oficina con ese tipo, pero nada podía hacer para que eso no sucediera. No quería seguir pensando en eso y menos cuando la cabeza me daba más vueltas que un barco a la deriva. 

Necesitaba acostarme y dormir, esto me había dejado agotada y todo por una gota de sangre. Tenía que aceptar la propuesta de TaekWoon, le diría que me lleve a casa. No tenía ganas de contestar las preguntas de MinAh y Yura, no quería que nadie me pregunte como me sentía porque la respuesta era obvia. En estos momentos era cuando me gusta estar sola y relajarme, pensar y luego dormirme. Estar conmigo misma, eso era lo que quería.



- ¿Y? - preguntó TaekWoon en busca de una respuesta - ¿Quieres que te lleve?
- Sí - respondí mientras me ponía de pie.



El mareo seguía pero no era tan fuerte como para tener que caminar apoyada en alguien. Por suerte TaekWoon estacionaba su coche en el aparcamiento de la escuela. Nunca había ido allí, es más ni sabía que existía. Me preguntaba porque MinAh no lo estacionaba ahí, ella que siempre se hace tanto problema por conseguir lugar en la calle. Reconocí la camioneta de Taek a bastantes metros de distancia era una de las más grandes que se encontraban en el lugar.

Tomé asiento en el lugar del copiloto y mientras se acomodaba encendí la radio. No me vendría mal un poco de música. Tendría que avisarle a MinAh que me encontraba camino a casa ya que ella me estaría esperando a la salida para llevarme. Apoyé mi cabeza contra el vidrio y cerré los ojos. Dormiría estos minutos de viaje, tal vez era eso lo que necesitaba para sentirme mejor.



- Primero, abróchate el cinturón.



Lo hice sin quejarme, no tenía ganas de discutir. El auto se puso en marcha y salimos camino a mi casa. No sé cuánto tiempo tardamos en llegar porque me dormí al instante, creo que no solo fue la sangre la que me hizo sentir mal si no que también una acumulación de sueño.



- Llegamos - avisó TaekWoon mientras me abría la puerta.


La luz dio en mis ojos y los cerré con fuerza. Desabroché el cinturón y salí. Ya me sentía mejor el dolor de cabeza y el mareo habían cesado. Al parecer esos diez minutos de viaje habían sido suficientes como para que el dolor desapareciera por completo. Caminé hasta la puerta de entrada y abrí la puerta.


- Adiós - dije tratando de no sonar muy fría - Nos vemos luego
- ¿No me invitarás a entrar? - preguntó con una ligera sonrisa.


Y antes de que pudiera contestarle él ya estaba parado en la sala de estar. Por suerte mi madre no se encontraba en casa si no... Estaría muerta. ¿Para qué quería entrar TaekWoon? No podía decirle que no, él se había ofrecido a llevarme a casa lo mínimo que pude haber hecho es eso; invitarlo a entrar.


- ¿Quieres algo de tomar? - le ofrecí mientras me dirigía a la cocina.
- No gracias - contestó -¿Qué quieres comer?

- ¿Cómo qué quiero comer? - pregunté entre risas mientras me servía un vaso con agua.


TaekWoon dio una vuelta por la cocina revisando lo que había en la heladera y la lacena. ¿Qué tramaba? ¿Acaso quería cocinar?


- ¿No tienes hambre?
- Sí, pero...
- ¿Te gusta la pizza? - me interrumpió - Hay suficientes cosas aquí como para hacer una.
- TaekWoon... ¿qué haces? - pregunté mientras veía como sacaba las cosas de la heladera.
- Pensé que te gustaría comer algo hecho por mí, además tengo hambre - dijo esbozando su ligera sonrisa. 

ERES TODO LO QUE VEO [VIXX-LEO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora