—¡Nos vemos luego Koro-sensei!
Nagisa se despidió de su profesor y tomó el camino hacia su casa.
Habían estado hablando sobre su elección de carrera y Koro-sensei realmente se alegraba de que no quisiera afilar la cuchilla del asesinato y tomara la decisión de ser profesor. Lo llenaba de orgullo saber que había llegado a ser un ejemplo a seguir. Esperaba que Aguri, donde quiera que estuviese, se encontrara feliz con su trabajo y que sonriera como siempre al ver a sus alumnos crecer.
Con una sonrisa nostálgica vio al peliazul trotar alegremente rumbo a su casa.
Momentos después Karasuma entró a la sala de profesores en busca de sus cosas, intercambio algunas palabras con el pulpo y se retiró. Al salir del edificio hizo una rápida llamada telefónica. Una que, consciente o inconscientemente, desencadenaría una serie de eventos que terminaría en algo desgarrador.
***
—¡Aguri, es hora de comer! —Kaede llamó a su mascota desde la cocina, dónde tenía su plato en la mesa y el plato de Aguri sobre una silla contigua a la suya.
Se sentó y comenzó a comer los panqueques tranquilamente. Era costumbre preparar sus alimentos y comer junto con la gata, está siempre llegaba y comían en silencio, por ello no se percató de su ausencia sino hasta que terminó y miró la silla vacía y el plato lleno. No era normal que no atendiera a su llamado, pero no se preocupó demasiado, estaría fuera paseando o casando un ratón y volvería en un rato.
Pero cuando el cielo empezaba a oscurecer y no había ni rastros del minino, empezó a preocuparse.
Salió a buscarla por los alrededores, sin éxito. Aguri nunca se había alejado demasiado de su casa hasta ese momento, ¿qué la habría llevado a desaparecer así como así, tan repentinamente?
Una horrible sensación la embargó, ¿podría haberle pasado algo? ¿o estaba bien y sólo exageraba? No podía evitar preocuparse.
Por si las dudas tomó su teléfono y marco el número de quien podrá ayudarle en un momento como ese.
—¿Bueno?
La voz de Nagisa se escuchaba tranquila al otro lado de la línea.
—¿Nagisa? Podrías... ¿podrías venir? Aguri desapareció, no la encuentro en ningún lado, esta oscuro. Ella nunca se había ido tanto tiempo, no tengo idea de donde pueda estar y no se me ocurre dónde buscar, ¿y si le pasó algo malo? ¿y si se perdió? ¿y si la atacaron? ¿y si...?
—¡Kaede! —el peliazul la corto al darse cuenta de lo desesperada que estaba—, antes que nada tranquilízate, voy para tu casa y te ayudare a buscarla, no te preocupes la encontraremos.
Después de asegurase de que ella entendía y se calmaba un poco colgó. Todo el buen que había sentido desde la charla con Koro-sensei se esfumó y en su lugar se instaló un terrible presentimiento. Nada bueno sucedería esa noche.
***
Llevaban aproximadamente media hora deambulando por la ciudad buscando a la gata cuando la vieron al final de una callejuela. Miraba en su dirección como llamándolos y en cuanto hicieron amago de dirigirse hacia ella, se dio la vuelta y echo a correr. La siguieron tratando de llevar su ritmo durante un largo rato antes de perderla de vista.
—¿Por qué hace eso? —Kaede estaba al borde de las lágrimas, su querida mascota se escapaba y le rehuía sin razón aparente, ¿qué le pasaba?
Antes de que Nagisa pudiese consolarla sucedieron un par de cosas.
La primera fue un rayo de luz que atravesaba el cielo y se caía sobre era su escuela, la cual, curiosamente, podían ver desde su posición.
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Our love story [PAUSADA]
Hayran KurguKaede Kayano llega a la clase E y conoce a Nagisa Shiota, quien se convertirá en su mejor amigo. Sin embargo, meses después de estar juntos se da cuenta de que ha desarrollado por él sentimientos más allá de la amistad que, cada vez, son más fuertes...