Pequeñas Esperanzas

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Will
Ver el cuerpo de Liz en esa cama y con tantos tubos conectados hacia que algo en mi se oprima, el sentimiento de culpa me atormentaba desde ayer cuando su tía llamó a mi casa para darme la noticia, si hubiera cedido a su petición de irnos ese día; ella no estaría en estado de coma.
-Aquí tienes Will.
Desvíe mi vista de la ventana de la habitación de Liz y mire a Kat que me tendía el café con los labios apretados y los ojos rojos e hinchados. Desde que supimos la noticia no ha dejado de llorar y pasó la noche en la sala de espera junto conmigo, su tía y Jenks.
-Gracias Kat.
Le di un sorbo al café mientras volvía mi vista a Liz, los doctores no nos han dicho nada pero no pierdo las esperanzas de que ella va a despertar.
-¿Sabes a donde iba cuando tuvo el accidente?
La voz de Kat captó mi atención, suspire al recordar el motivo y el sentimiento de culpa volvió a aparecer.
-Iba a verme.
Ella asintió con la cabeza sin quitar la vista de su amiga, ella iba a verme y a pedirme que nos escaparamos, pero no todo resultó como lo planeaba.
Una doctora paso por nuestro lado y entro a la habitación, tomo el pulso de Liz y reviso la vía de respiración artificial, al salir de su habitación ambos la miramos y ella solo nos dedico una sonrisa que no fui capaz de devolver.
-Es mi culpa.
Kat me miro con sorpresa en sus ojos, presione mis labios tratando de controlar mi ira.
-¿Por qué dices eso?
-Porque ella hablaba por teléfono conmigo mientras conducía
Katherine acarició mi brazo y luego presionó mi hombro en un gesto de apoyo.
-Tu no tuviste la culpa, ella tampoco, fue el camión que se pasó de carril.
Negué con la cabeza mientras me giraba para irme de allí.
-No lo entiendes.
Camine apresurado y me aleje de la sala de espera, recorrí todo el Hospital tratando de despejar mi mente y alejar la sensación de presión en mi pecho.
-¡Rápido, hay que llevarla a la sala de operaciones!
Levante mi vista del suelo para ver como numerables doctores llevaban deprisa una camilla con una chica entubada en ella, pero mi respiración comenzó a acelerarse y sentí un nudo en el estómago.
Kat paso corriendo detrás de ellos y la detuve tomándola del brazo.
-Dime que ella no es Liz.
Sus ojos se humedecieron y enseguida salí disparado hacia ella, ¿Qué había pasado? ¿Por qué deben operarla?
Antes de que pudiera entrar con ella y reclamar explicaciones una enfermera me detuvo.
-Lo siento muchacho no puede entrar.
-¿Qué le pasa? ¿Por qué la trajeron aquí?
-Su pulso comenzó a descender y creemos que tiene hemorragia interna.
Lleve mis manos a la cabeza e hice presión, camine en dirección contraria y descargue mi furia contra una columna; estampando mi puño en ella.
-¡Maldita sea!
-¡Will calmate!
Katherine me tomo de ambos brazos y tiro de mi haciendo que me de la vuelta, no pude más, no lo soporte y me aferre a ella en un abrazo para romper en llanto.
-Tranquilo, todo va a salir bien.
Su voz se había quebrado y sollozaba, ya nada estaba bien, no sin Liz a mi lado.
-¿Dónde está Elizabeth?
Mire a su tía sintiendo mis ojos arder y mi rostro encendido.
-Deben operarla, perdió pulso y quizás tuvo una hemorragia.
Llevo ambas manos a su boca y ahogo un sollozo, las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas y Jenks, que estaba a su lado, la tomó de los hombros y la abrazo con fuerza.

Han pasado dos horas desde que Liz entró a la sala de operaciones y nadie a salido a decirnos nada, la situación se ha vuelto incómoda creando un clima tenso. Todos estaban sentados menos yo; que no paraba de caminar de un lado a otro.
-Aquí estoy, lamento la tardanza.
Levante la vista para ver a Thomas que tenia la respiración agitada como si acabará de correr, se sentó junto a Katherine y la abrazo con fuerza.
Sonreí al recordar la primera vez que lo vi, sentado junto a Liz y yo frente a ellos tan celoso que hubiera sido capaz de cualquier cosa. De pronto recordé cada momento con Liz como un película rápida en mi mente, entonces las puertas de la sala se abrieron. Corrí hacia la doctora que vi aquella mañana y hable rápidamente.
-¿Cómo está?
-Estable, pudimos normalizar sus pulsos y por suerte no hay signos o rastros de ninguna hemorragia.
Por primera vez pude respirar con alivio y liberar todo el aire contenido. Camine rumbo a las sillas y me senté, los demás hablaban con la doctora al tiempo que sonreían y se abrazaban entre sí.
-Si quieren pueden entrar a verla.
Apenas oí aquellas palabras me precipite a su habitación, nadie me impidió el paso por lo que me apure más, su rostro aún estaba entubado y dormía tranquilamente (como hace ya algunos días) me senté a su lado y le tome la mano, estaba tan fría que me asusto.
-Hola mi amor, te extraño mucho, sabes, no me he ido del Hospital desde que tu entraste y no pienso hacerlo hasta que salgas conmigo- coloque su mano en mi mejilla y le di innumerables besos, sin poder evitarlo algunas lágrimas comenzaron a correr-Me he vuelto un llorón Liz, no te imaginas lo mucho que te extraño y lo mucho que me odio al no haber aceptado el día que chocaste escapar contigo. Te amo Elizabeth.

Liz
Sus palabras fueron como dagas en mi corazón, verlo tan destrozado y odiandose a sí mismo hacia que me derrumbará, el no poder hacer nada para que sepa que lo escucho y que también lo amo me desespera, a pesar de que lo tome de la mano mientras le hablaba a mi cuerpo él no sintió nada.
Lo vi salir de la habitación con sus ojos rojos e hinchados y eso me destruyó el corazón, mi tía entró detrás de él y se echó a llorar en mi pecho, no pude evitar sonreír con cariño y acariciar su espalda. No paro de repetir que sentía todas las veces que quiso alejarme de mi casa y que si despertaba nos quedaríamos aquí; pero la verdad es que no se si quiero despertar aún, la paz que siento en estos momentos no se compara con nada.
Mi tía se fue y entraron Thomas y Kat, ella lloraba mares mientras besaba todo mi rostro y Thom acariciaba sus brazos, algunas lágrimas cayeron por mis mejillas cuando ella tomó mi mano, apreté con fuerza el puño y Katherine miro sorprendida mi cuerpo.
-¡Me ha tomado de la mano! ¡Ella acaba de apretar mi mano! ¡Thomas ¿lo viste?!
El asintió asombrado ¿Yo le había tomado la mano? Recordé haber apretado el puño y volví a intentarlo.
-¡Lo ha hecho otra vez!
Ambos salieron disparados y volvieron con los demás y una doctora.
-¡Juro que tomo mi mano dos veces!- lo volví a apretar y todos abrieron sus ojos como platos-¡Lo ven!
-Liz, mi niña se me escuchas has algo lo que sea, mueve un dedo si quieres.
Me reí entre dientes y moví mi dedo índice, la tía Carmen comenzó a llorar mientras sonreía de oreja a oreja.
-¿Que significa esto doctora? Acaso ella esta despertando.
-No podría decirles que este despertando del coma pero si les puedo decir que los escucha desde donde sea que este.
-¡Aquí estoy chicos! ¡Estoy a su lado!
Aunque gritara nadie me escuchaba, lo único que podía hacer era mover los dedos y apretar las manos. Mis ojos se posaron en Will que miraba asombrado la escena con ojos grandes y cristalizados.
-Yo también te amo Will y siempre te amaré- estire un solo dedo con la esperanza de que el real se moviera en dirección a él pero lo único que conseguí fue que temblará.
-¡Mi niña nos escucha!- grito entre sollozos mi tía-Vuelve con nosotros Liz, por favor.
Deje de intentar cualquier esfuerzo físico, pues ya me dolía demasiado la cabeza y el cuerpo me pesaba, me senté en el sofá que había en la habitación y cerré los ojos tratando de relajarme.
-La pondré en observación, lo mejor será saber porque puede mover sus dedos y manos pero no puede despertar.
-¿Qué es lo que cree usted?- la voz de mi tía sonaba ahogada, como distante.
Escuche a alguien suspirar y caminar alrededor de algo.
-Lo que creo es que una muy pequeña parte de su cerebro está activa y eso le permite mover sus extremidades, pero lo mejor será tener una respuesta concretan, ahora debo irme.
Los pasos de la doctora se alejaron hasta que no pude seguir escuchándolos pero sabía que todos los demás seguían ahí, esperando algún otro movimiento de mi parte pero yo ya estaba muy cansada y dolorida para hacer algo.
-¿Creen que ella este aquí?- la pregunta de Kat me hizo abrir los ojos, todos la miraron con gesto extraño y ella solo se encongio de hombros-Solo digo que quizás, al estar en coma, su alma esta aquí por eso nos escucha y hace estas cosas.
-Ojala sea como tu dices- sentenció mi tía volviendo la mirada hacia mi.
-¡Así es!- dije poniéndome de pie-¡Estoy aquí con ustedes!
Pero nadie miraba hacia donde yo estaba, no, ellos miraban mi cuerpo lastimado, entubado y conectado a computadoras.
-Aún sigo aquí- susurre.

Por Culpa Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora