El frío de las bancas del gimnasio era reconfortante para mi espalda, después de una hora de darle vueltas completas al gimnasio sin parar. La profesora Densel era muy estricta con nosotros y no dejaba que tomes agua hasta que la clase haya terminado, lamentablemente no había podido llegar al bebedero ya que se había formado un descontrol, donde treinta y dos chicas se empujaban para tomar aunque sea una pequeña gota de agua. Así que, en vez de estar a los empujones, decidí recostarme aquí donde nadie se acerca.
-Niña la clase ya terminó, debes salir a cambiarte.
Abrí mis ojos y frente a mi se encontraba la profesora, asentí con la cabeza y me puse de pie, bajé dando saltos en los pequeños escalones y me dirigí a los vestidores de chicas. Al pasar por la puerta del gimnasio pude ver a los chicos esperando su turno para entrar, pero fue algo diferente lo que llamo mi atención, un chico pálido con el pelo oscuro como la noche y ojos café. Estoy completamente segura de no haberlo visto nunca en el Instituto, seguí caminando sin quitar mi vista de él hasta que se dio la vuelta y su mirada se encontró con la mía. Sentí como mis mejillas se sonrojaban y desvíe la mirada, presioné mi paso y entré a los vestidores, tomé mi jeans ajustados, mi blusa turquesa junto con mis zapatillas y bolso. Salí prácticamente corriendo y rogué no tener que cruzarme con él, cuando pase por el gimnasio los muchachos ya estaban jugando un partido de básquetbol, pero el chico que había visto no se encontraba en el partido, respiré aliviada y salí del gimnasio. Caminé por los pasillos desolados con la vista gacha; pero antes de seguir avanzando choque con otro cuerpo, ambos caímos al suelo y proferimos un quejido, me levanté lento y alcé mi vista para pedir disculpas, pero las palabras se me atragantaron y no pude dejarlas salir. El chico con el que había hecho contacto visual estaba de pie frente a mí, con una mano apoyada en la cabeza, me puse en una postura derecha y coloqué algunos mechones de mi cabello detrás de mi oreja.
-Lo siento, no miraba por donde iba- su voz era grave pero suave a la vez-¿Estas bien?
-S... si- genial, estoy tartamudeando.
-Soy Will Kennedy
-Soy Elizabeth Brandon, pero puedes llamarme Liz.
-Es un gusto conocerte Liz ¿Tú eras la que me miraba desde el gimnasio?
Sentí que el corazón se me paraba y la gota gorda me recorrió la espalda completa, junté mis manos y empecé a enredar mis dedos unos con otros. No sé qué decirle, no sé si pedirle disculpas por ser inoportuna o reirme como si fuera un chiste. Will se aclaró la garganta y decidí disculparme.
-Lo siento, es que no te reconocía de aquí y me picó la curiosidad.
-No te preocupes, suele pasar... y sí, soy nuevo, me transfirieron hace un mes.
Levanté mi vista y formé mi mejor sonrisa, Will era una cabeza mas alta que yo y me hizo sentir una hormiga. Él sonrió también haciendo que sus ojos se entrecerraran.
-Fue un placer Liz, pero debo irme a la clase de gimnasia, te veo luego.
-De acuerdo, suerte con el partido.
-Gracias.
Se alejó trotando y yo seguí mi camino rumbo a la cafetería. Una vez que llegué allí, tomé asiento en mi mesa de siempre, a la espera de mi amiga Katherine, la única que tenía en todo el Instituto. La campana sonó y en cuestión de segundos la cafetería se llenó de adolescentes.
-Hola Liz ¿Cómo estuvo la clase de Densel?- Katherine se sentó frente a mí con una magdalena en la mano.
-Corrimos una hora sin parar y luego conocí a un chico, se llama Will Kennedy pero...
-Espera ¿Conociste a un chico?- dijo interrumpiéndome.
-Si, se llama Will Kenn...
-¡Ya oí su nombre! ¿Es lindo? ¿Te gusta? ¿Es fuerte? ¿Es intimidante?
-Katherine, no sé si es lindo, no me gusta, parece que es fuerte y no es intimidante. ¿Puedes dejar de torturarme con tus preguntas?
-Oye, solo quiero saber.
Dejé de escucharla cuando vi a Will acercarse a nuestra mesa con una sonrisa de oreja a oreja, como si se alegrara de verme, mientras llegaba junto a nosotras, le devolví la sonrisa y se sentó a mi lado. Katherine tenía la boca abierta y los ojos como platos. Me aclaré la garganta y ella tomó otra postura.
-Katherine, él es Will Kennedy. Will, ella es Katherine Brown.
Ambos se estrecharon las manos e intercambiaron algunas palabras.
-Así que ya conociste a mi amiga Elizabeth, bien por ti.
Vi a Kat guiñarle un ojo y la asesiné con la mirada, ella se encongió de hombros y le dió un mordisco a su magdalena. Con mi tenedor le di varias vueltas a mi ensalada y comí un trozo de manzana. Will posó su mano en mi hombro y me quedé dura como piedra.
-¿Qué clase tienes ahora?
Mi lengua se trabó y se formó un nudo en mi garganta, Katherine se aclaró la garganta y respondió en mi lugar.
-Tiene Literatura.
-¡Genial! Estaremos juntos. Oye ¿Te importaría si me siento contigo?
-N...no- otra vez tartamudeo, señal de que en cualquier momento no podré mover la lengua.
-¡Que bien! Lo que pasa es que son las primeras personas con las que hablo.
Lo mire incrédula ¿Era tan tímido como yo? No lo imagino sin hablar con nadie, más bien lo imaginaba rodeado de amigos y millones de chicas muertas a su alrededor.
-¡Eso es ridículo!- espetó Katherine.
-Juro que son mis primeras amigas.
-¿Es que no tienes amigos varones?
-La verdad es que no, digamos que no son muy amables los varones al momento de entablar amistades.
Will pasó su brazo por mis hombros y me acercó a él mientras sonreía.
-Así que, ustedes dos son mis nuevas amigas.
Sentí mis mejillas ruborizarse y mi corazón comenzó a palpitar con fuerza, no pensé que Will tendría tanta confianza conmigo, después de todo, acabamos de conocernos. Aunque, admiro su manera de desenvolverse con la gente, en mi caso, siempre me costo relacionarme con otras personas, soy muy introvertida y vergonzosa. La campana sonó y me puse de pie enseguida, avergonzada por lo que acababa de hacer, caminé a trote hacia el salón y tomé mi asiento de siempre, atrás de todo. Los alumnos iban entrando a medida que pasaban los segundos y a lo último fue Will quien entró al salón y recorrió el lugar con la mirada en mi búsqueda. Cuando me vió se acercó sonriendo y tomó asiento a mi lado.El profesor entró y dió inicio a la clase.
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Por Culpa Del Amor
Teen FictionLa vida de Elizabeth Brandon da una vuelta de 180 grados cuando conoce a Will Kennedy, quien será el amor de su vida. Pero este amor tendrá muchas pruebas que superar, y todo se vuelve más complicado cuando Elizabeth descubre que su padre le es infi...