Capítulo 21.- Conciencia

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"Shakespeare debió pensar en ella cuando creó su célebre frase, ser o no ser, esa es la incógnita que siempre intenta resolver. Ella es la madre regañona, la que apuñala el cerebro para ser escuchada, ella es la más molestosa y la más ignorada. Todos nacen con ella y todos aprenden a olvidarla. Ella es eterna y la única evidencia del sentido de lo bueno del ser humano, ella es... la conciencia".

       McKengsly parece estar muy divertido. Pasamos de su auto, al avión y ahora estamos ahí en pleno vuelo viéndolo jugar con su laptop. Hay un brillo especial en su mirada, tal vez sea ¿Maldad?

            Honestamente no estoy muy interesada en su plan, yo solo ando con dos corazones en mis ojos pensando en el beso. Miro de refilón a Cupido para ver si se ha decidido a dejar de ser un vago y clavó una flecha en McKengsly, pero Cupido está... ¡Roncando! Esto es inaudito ¡Despierta!

          Oh mísero bueno para nada ¡Despierta!

      Sí Amargura yo sé que aunque despierte no me ayudará ¿Puedes dejar de repetir lo obvio? Sí, también sé que soy insoportable.

       Esta gente de acá, no me tolera, pero viven pegados a mí, como mosquitos a lámpara fluorescente.

             Volviendo al presente ¿Acaso ninguno piensa tocar el tema? ¡Hubo un beso! Y sí, no soy una mojigata, hemos tenido miles de besos, pero este fue un beso de McKengsly ¿Podemos dejarlo pasar así por así?

—¿Piensas en algún momento contarme tu increíble plan?

           Así es Haydee tomemos la iniciativa. Te cerramos la laptop ¿Ahora qué harás, McKengsly? ¿Ah? Respóndenos, respóndenos.

—¿Tu cabeza aún no puede trazarse una idea?

              Odiamos cuando nos mira con esa superioridad, esa sonrisa arrogante y ese balanceo tonto de su cabeza.

—McKengsly estoy cansada. Por primera vez en tu vida no hables en clave. Por cierto... No sé qué clase de poder crees que tienes sobre mí, pero no puedes besarme cuando se te dé la gana.

           ¿Por qué te ríes? Haydee está con igual cara de poker que yo.

—Eso te tiene loca ¿Cierto? Oh Haydee, Haydee, pobre niña, aunque sea disimula un poco tu excesivo deseo por mí.

—Yo no te besé.

—Pero quedaste toda deslumbrada y desorientada ¿Crees que no me di cuenta?

               Conozco a mi Haydee, sé que se muere por dejar marcado sus cinco dedos en la mejilla de Ian, pero porque la conozco sé lo que ese cambio en su mirada trae. Y así es Haydee, nosotras nunca nos dejamos intimidar.

—Me descubriste, jefe —Amo cuando usamos la voz sensual. —Kengsy, Kengsy hace tanto que te deseo, por eso todo mi "odio" por ti. Acabemos ya con esto y hagámoslo.

             Quitamos la mesita con la laptop de sus piernas y ¡Sí! ¡Sí! Me encanta esta posición. Estamos con nuestras rodillas rodeando la cintura de McKengsly, sobre el espacioso asiento de su avión privado. Quiero acción, hoy debe haber acción.

—¿Quién dijo que yo quiero?

—¿Eres gay o algo así? Un hombre nunca rechazaría la propuesta de sexo sin compromiso de una linda chica.

En Horario Laboral. Maldita Competencia. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora