Capítulo 18.- Amistad

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            "Amistad es como un perfecto cono de helado, todos la quieren y nadie se negaría a tenerla. Pero ¡Cuidado!, son muchos los que se disfrazan de ella, la verdadera Amistad no se encuentra a la vuelta de la esquina, ya hace tiempo que aparece solo cuando cree estar segura".

            Con mi Haydee viajamos a muchos lugares, pero nunca a la India ¡podríamos subir el Everest por favor! La condenada está que no se lo cree, pero que no se equivoque vinimos por asuntos de negocios. ¡Piscina! ¿Será que veremos a McKengsly darse un clavado? Muero por ver eso.

            ¿Ustedes que ven? ¿Por qué tienen esas caras? Disfruten del paisaje a pobreza de la India. ¡Verdad! Se me olvidaba que ustedes no saben nada... es que tuve una reunión con mi jefe y... No fue nada agradable. Casi, casi que crearon otra yo, estaban dispuestos a alterar el orden cósmico. Recibí grandes regaños y me dijeron que no podía seguir con esto, pero... acérquense más... yo soy ¡Rebelde! Y claro que nadie va a detenerme. Estuve bajo supervisión y tuve que aguantarme ver las cosas que pasaban con mi Haydee en silencio.

            Así que no se las contaré a ustedes... ¡Ajá! Ruéguenme un poco más. Ya que creo estar a salvo por el día de hoy me tomaré la libertad de retroceder un poquito, luego no digan que no soy buena.

             ¿En dónde quedamos?

            Ah ¡ya lo recuerdo!  

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            Haydee traga saliva y es que no puede creer su suerte.

            —¡Haydee maldita loca! Esta vez te pasaste —Eric grita y quejándose del dolor revira en busca de Haydee y... Ja, ja, ja. Te amo querido, pero mejor te callas por un ratito.

            —Sería bueno que te largaras de aquí —¡Oh, oh! Me derrito, esa mirada, ese tono. Eric se ha quedado mudo y solo atina a sonreír un poco y pasar por sobre Haydee intentando no rozar a el otro que está a punto de matarlo.

            Haydee aún está en el suelo, tomando su mano cortada. Para la suerte de Eric, el ascensor llega de inmediato. Se va, no sin antes sonreírle a Haydee, creo que quiere decirle "¡eso picarona!". Ella lo entiende y arruga la cara.

            —¡Levántate! —Ok, no nos trates así. No tenemos la culpa de que hayas nacido con cara de pasa. Pero ¡qué abuso! No nos ayuda a levantarnos e incluso nos da una leve patada, apurándonos.

            Y ¿Quién le dijo que podía entrar en nuestro apartamento? Aunque es uno de mis sueños hechos realidad

            —¿Qué haces aquí McKengsly? —Pobre Haydee parece la chica de Carrie, con aquella mano echando sangre sin parar y toda su camisa y pantalón manchados.

            El condenado ya se ha sumergido en la pequeña cocina fucsia, abre gaveta tras gaveta.

            —¡Responde! ¿Qué haces aquí? ¿Qué haces ahora?

            —¡Ven! —toma fuertemente la mano de Haydee atrayéndola hacia él ¿Qué piensa hacer? La propia Haydee tiene su ritmo cardiaco acelerado. La mira fijamente, está tan cerca de ella... ¿Qué es eso que está sacando de detrás de su cuerpo?

            —¡Auch! ¡Ay! —grita y de un empujón se aleja. ¿Eso fue alcohol cayendo en nuestra herida? — ¡Maldito seas!

            —Tenía que desinfectar la herida —se burla. Y Haydee lo quiere matar —. Hay que ir a un hospital.

En Horario Laboral. Maldita Competencia. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora