Por un segundo creyó haber encontrado su amor al perderse en el mar azul que eran sus ojos, una superficie que cubría una inmensidad de secretos. Dicen que los ojos son las ventanas del alma, pero aquellos ojos no parecían más que una trampa donde caían los tontos, donde el cayó. Una trampa que paraliza el tiempo pero acelera el pulso con tan solo una mirada.
Pero el tiempo siguió, el cruce de miradas rompió, él siguió su camino mientras ella se perdió en la eternidad de ese segundo.
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Divagaciones [blog] {historias cortas}
RandomSolo los más valientes y ávidos lectores estarán dispuestos a adentrarse en las más oscuridades profundidades de mi imaginación y con suerte, salir ilesos.