La cabeza me duele a niveles inmensurables, los párpados se me han pegado entre ellos y tengo la boca más seca que un desierto. Adoro las noches de borrachera y risas entre amigos, pero odio las mañanas resacosas y despertarme falto de ropa.
Por suerte, hoy he acabado despierto en la cama de mi novia.
Aún recuerdo la primera noche que entré en ese bar por error, guiado por el aburrimiento y la soledad tras una expedición con innumerables bajas. Recuerdo la primera cerveza — de tantas — que tomé esa noche y también recuerdo lo que me dijeron de aquel lugar. Pero sobre todo recuerdo las miradas fustigadas que me echaba aquel chico a mi lado.
Pese a todo, volví a entrar a aquel bar noche tras noche, buscando su negra cabellera para volver a hablar. El capitán Levi me ha abierto todo un nuevo mundo, y todo lo que he de decir es que me han recibido con los brazos abiertos.
Siento sus manos por todas partes desde que he intentado levantarme de la cama y no me ha dejado. Sus labios dejan marcas en mi pecho allá donde nadie puede vérmelo, o casi nadie.
Sitúa sus piernas entre mi cintura y levemente se deja caer, yo debajo, sobre el colchón. Guiado por la pura pasión del momento, no dudo un instante en quitarme la camiseta y seguidamente, la suya. Su pecho sube y baja muy lentamente en comparación con la velocidad de mis latidos y evito evocar los recuerdos que vienen a mi mente sobre las pasadas noches.
Por puro instinto, mi cabeza se encuentra entre el hueco que se forma entre su marcada clavícula y su cuello, inhalando su aroma a la vez que aprovecho para dejar libremente mis dientes en unas suaves mordidas.
Mikasa suelta un ligero gemido al percatarse del notable bulto creciente en mi entrepierna, restregándose contra él para incitarme a más.
Al mirarla a la cara, pura inocencia en todo el cuerpo de una mujer, no puedo evitar sentirme culpable. Puedo verme reflejado en sus ojos azabache, y los sentimientos contrariados vienen a mí. No se merece eso que he hecho, y por supuesto, no se merece que una pequeña parte de mí quiera volver a defraudarla.
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Divagaciones [blog] {historias cortas}
RandomSolo los más valientes y ávidos lectores estarán dispuestos a adentrarse en las más oscuridades profundidades de mi imaginación y con suerte, salir ilesos.