Espejo

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  Otra vez la misma mirada.

 Esa mirada que te calma y te enamora. 

Te juro que no lo hace aposta.

 Pero en sus ojos me encuentro a mí misma. 

Se parece a ella, piel blanca y fría. 

Sus ojos se miran, y suspira. 

Sabe que tiene que ser fuerte y confío en que pueda sostenerse. 

Su cabello es largo y agrietado; junto con una profunda sonrisa, hace que se miren como si fueran la misma persona. 

Y, de hecho, lo son. 

Es ella misma la que se mira. 

La que habla y la que pone la mano en el espejo. 

No hablaba de que estuviese con otra persona.

Hablaba de ella misma enfrente del espejo.

Todas las mañanas.  

Divagaciones [blog] {historias cortas}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora