V: Empezando la conexión

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Pongo nuevamente mi pata llena de lodo sobre la pared. He puesto cada día que pasa mi huella para ver si le puedo llegar a Arco. Pero lo veo imposible ya tengo la estatura de un licántropo alfa hasta diría que un poco más. Arco es una cosa de otro mundo y no creo que le pueda llegar.

—Mm creo que debes crecer más. — Luz vuela hacia un lado y se posa en la huella de Arco.

Esto me pone estresada no he hecho nada aquí solo esperar a que Arco y yo nos conectemos. Me preocupa que mi familia este sola con mi tía y que no esté ahí para ellos. Además, que debo de encontrar a los guardianes. Empiezo a gruñir y poso mi pata sobre la huella de Arco.

—No la toques, es mi huella. —manda Arco entrando a la cueva. —Vamos. — me hace una seña para que lo siga. —Quiero aprender rápido.

Se gira y yo muevo mi cola. En realidad, él solo me hace olvidar de los problemas o que tuve una vida humana hace unas semanas. Me hace sentir que tengo vida y que él está ahí para mí o viceversa. Y eso es algo malo para mí... olvidarme de todo solo por él.

Camino hacia fuera de la cueva y observo como baja saltando las rocas. Hace días he estado entrenando a Arco para que entienda a los animales, pero esos días han sido en vano. No ha podido escuchar nada de ellos. Este llega al suelo y me mira haciendo una mueca de que lo siga.

—Ya voy. — digo, parece un cachorro.

Bajo saltando las rocas que hace unas semanas ni podía alcanzar. Siento como Luz me sigue y se mete en mi pelaje. Al llegar donde Arco ya este estaba corriendo hacia el bosque.

—¡Eso es trampa! —grito corriendo a toda velocidad tratando de alcanzarlo, pasamos entre los árboles —Son ellos otra vez. — dice los animales observando como corremos. Pasamos por un lado que este húmedo. —Recojan sus cosas que lo van a mojar. — dice otro animal, ardilla, que vive por el área.

Entramos al territorio del papa de Pecas y todos los lobos salen a observarnos.

—¡Vamos que las clases ya van a empezar! — grita Pecas a su hermano y a su amigo ansiosa. — ¡Nos vamos! — avisa a sus padres, haciendo que salgan a vernos.

—Vayan con cuidado y no sean un peso para ellos. — advierte el alfa preocupado por sus cachorros.

Estos nos siguen un poco alejados ya que no pueden seguir nuestro paso.

—¿Hoy haremos lo mismo? — pregunta Sid que es el lobo que no podía creer que yo era Iris, Pecas y su hermano le gruñen.

—Tenemos que hacer lo mismo hasta que el alfa nos entienda y confíe en la naturaleza. — contesta Pecas, decidida.

Grey asiente y se concentra en acercarse más a nosotros. Grey es el hermano de Pecas, tiene todo para ser un excelente alfa. Todos nosotros hemos crecido bastante, claro menos el viejo de Arco.

—No soy viejo. — comenta Arco al escuchar mis pensamientos, hecho mis orejas hacia atrás. —Siempre hablas sola. — llego a su lado.

—No es nada malo hablar solo, deberías tener miedo de los que están callados. — sí, ahora esa es mi excusa, aunque psicológicamente es la verdad.

Llegamos al lugar en el que "entreno" psicológicamente a Arco. Observo la hermosa cascada que brilla por la luz del sol. Los peces saltan cayendo al final y siguiendo su rumbo. Inhalo y siento como el aire puro entra mis pulmones. Me acerco al agua y tomo de ella.

—Mira qué raro toma agua. — giro mis ojos ya cansada de oír lo mismo todos los días.

Todo porque no uso la lengua para tomar, solo hecho mi hocico en el agua y tomo de ella. Sé que no es nada normal en la vida salvaje, pero no me he podido acostumbrar a usar solo la lengua. Los peces pasan a mi lado como si mi hocico fuera algo entretenido.

Alfa Iris: ConexionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora