VI:Luz de la luna

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Arco se mira a si mismo algo sorprendido. El color despintado ya no está casi, su pelaje se ve más saludable y hasta sus ojos han tomado más brillo. Es majestuoso, me digo a mí misma sin aliento. Me siento fuera de este mundo, es como si estuviera en un cuento de hadas.

—Así que confiar en la naturaleza me da más vida. — comenta el lobo mirándome.

—Si, la conexión con la naturaleza es muy impresionante. — le respondo como toda una profesional del tema, pero no puedo dejar de admirarlo.

—Tonta. — me llama de forma despectiva moviendo su cola divertido por la forma que lo miro, dañando el momento mágico haciendo que retire todo lo que estaba pensando de él.

—El tonto eres tú. — contesto de forma mediocre, pero recompongo mi forma de ser habitual.

—Hasta me siento más poderoso. — comenta el lobo con más vida, levantándose.

Arco mira los árboles que nos rodean, flamboyanes, y a estos se le caen las hojas, pero al mismo instante que caen florecen otro color amarillas. Doy unos pasos hacia atrás cuando el viento hace que las flores caídas vuelen hacia mi y noto como el suelo también está floreciendo.

—Creí que al decir poderoso era algo más... — trato de completar la oración.

—¿Destructivo? — cuestiona y le contesto asintiendo. —Estas tierras son puras, no dejare que nunca pasen por lo que paso. Pero...

Mis patas se hunden en el suelo, lo miro asustada. Me sigo hundiendo en suelo, trato de subir, pero mi cuerpo pesado no me lo permite. Me concentro a ver si puedo usar mi energía, pero siempre olvido que en esta forma no puedo usarla.

—Arco, no es justo no puedo usar mi energía así. — me quejo mientras ya cuando me llega el tipo de lodo al cuello.

—Oh, significa que si soy más poderoso que tú. — se ríe este moviendo su cola desenfrenadamente.

Le gruño y saco de mis fuerzas no se de dónde y logro subir un poco. Escucho como Arco detiene su risa, para luego sentir como el lodo me empieza a apretar solidificándose y algo me arrastra más abajo. Siento como me desespero, pero no quiero darle la victoria.

—Arco detente. — pide Luz preocupada por mí, pero Arco no se detiene.

—¡Ah! — grito del dolor fallando a mi voluntad, miro a Arco que sus ojos estaban de color marrón, pero al oírme vuelven a la normalidad.

—Lo siento, no medí la fuerza. — se disculpa el lobo preocupado, haciendo que yo salga a la superficie por completo.

Trato de tomar aire con mi hocico abierto, salen algunos chillidos bajos de mí. No se por que tiemblo, si no tuve miedo. Pero mis huesos no paran de temblar, cierro mis ojos tratando de quitar el temblequeo. Maldición este el poder de Arco, no le llego ni a los tobillos.

—Lo lamento Iris, a veces se me sube a la cabeza el poder. — el lobo se me acerca disculpándose por segunda vez.

—Yo... — tomo mi compostura y me levanto. —Soy tu otra mitad. —Arco me mira sin entender. —Recuerda que puedo alcanzarte cuando quiera y cuando sepa como usar mi energía la que será poderosa seré yo. — le digo seria, dejándole saber que no me gusta quedar atrás.

—Oh, vamos chicos. Son uno, no están separados. — trata Luz de poner el ambiente mas alegre.

—Quiero estar ahí cuando lo logres. — me responde Arco acercando su rostro al mío. —También quiero que estés ahí para que veas lo poderoso que soy.

No es un reto... no lo siento así. Es mas bien una promesa de que estaremos ahí siempre, superándonos mutuamente. Escucho como su corazón esta sincronizado al mío, ya que laten a la misma vez.

Alfa Iris: ConexionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora