XXXIII: Tentación

2.4K 270 81
                                    

Arco

Me levanto gracias a que estamos aterrizando, volviendo a espetar mis patas en la jaula. Noto que agarran de mi pelaje Iris y... mi madre. Giro mis ojos, pero al aterrizar salto soltando un chillido de sorpresa.

—Tacamos tierra. — avisa mi madre llena de energía, gruño. —Ahora falta que nos bajen.

—Tu puedes ir a donde quieras desde ya. — la contradigo levantándome y estirándome. —Si vas donde conociste a padre, queda algo lejos. — me sacudo y bostezo expresando otro chillido.

—Puedo viajar rápido. — responde con simpleza. —Solo quería compartir un poco con ustedes antes de volver a dormir.

Las puertas se abren y mi madre solo se hace energía para depositarse en mí. Los humanos empiezan a sacar cada cosa del lugar. Buscan a Iris algo preocupados, pero al verla con vida se relajan. Al salir Iris se estira logrando que suenen sus huesos. Toma la jaula y salimos como si nada, nos alejamos de la gente y ahí me mira.

—Aquí ya puedes convertirte en humano si quieres. — no esperé ni un segundo saliendo mis huesos suenan ante mi transformación y mi madre sale en su forma física. Siento como me ofrecen ropa, me visto y observo a Iris que me esta dando la espalda.

—Quiero usar el baño. — le informo, volvemos a entrar al aeropuerto.

Al entrar todos son hombres, humanos, hago lo que todos hacen y me libero. Salgo e Iris me está esperando con todo, tomo la mochila, espero sus direcciones. Me toma de la mano y empezamos a caminar. Mi madre detiene el paso al estar pidiendo un taxi.

—Bueno, creo que Luz puede quedarse un poco con ustedes a lo que deciden tomar una gran decisión. — deposita un beso en su dedo para luego tocar a Luz. —Iré a ver las tierras, gracias por aceptarme un rato. — me agradece. —Tal parece que no necesitas nada mas para ser humano, tienes el cuerpo fuerte de tu padre y sus ojos. — acaricia mi rostro para luego pellizcar mi cachete a lo que gruño. —Cuídense uno al otro. — sin mas se va con el viento.

—No supero lo hermosa que es. — comenta Iris, la miro con seriedad. —¿Qué? — cuestiona.

—Tu eres mas hermosa. — respondo logrando que sus orejas se vuelvan rojas, sonrió de lado.

—¡No me digas esas cosas! — exclama, para un taxi y lo tomamos. —Hacia la universidad del sur por favor. — la mujer asiente y sin mas arranca, tal parece que no es habladora como el del norte.

Pasa el tiempo y tengo de frente una estructura antigua, estructura de dioses decoran el lugar. Si no me equivoco es el perro de la muerte, te espera luego de morir y hacer tu juicio. De verdad existió en el pasado, tomaba su trabajo enserio buscando a los seres para hacer el juicio. Tal parece que aprendió que tarde o temprano terminaran muertos y se enfrentaran a él.

—Quédate aquí, para que sepa que vendré con el dinero. — manda Iris sin antes darme un beso en el cachete ante de irse.

—¡Por una mierda no hagas esas cosas cuando tengo mi guardia baja! — exclamo molesto por lo que me causa, escucho como se ríe mientras corre.

A los minutos Iris viene con una mujer... es una abominación. Tiene energía de muerto y vida en ella, gruño sin comodidad por su presencia. La mujer paga y luego abraza con fuerza a mi otra mitad, tienen ese frescor único de libertad. Salgo del taxi y la mujer me mira sorprendida, tiene un ojo de color verde y el otro rojo de vampiro.

—Arco, quiero presentarte a mi tía paterna es una híbrida nacida naturalmente. Es la hija de la vieja sabia y obviamente hermana de mi padre. — explica, asiento y estiro mi brazo como todos los humanos hacen para saludar al otro.

Alfa Iris: ConexionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora