Capítulo 31

531 63 0
                                    

"Qué tu sonrisa sea más grande que tus problemas"





Luego de que mi mamá se despide de Laura para cuando se va al médico, mi amiga me dice que ya es hora de irse a casa. Me ofrezco a llevarla a casa una y mil veces, pero insiste en que puede irse caminando hasta la parada del colectivo y de allí se toma uno hasta su casa.

— Sí. —Asiente rodando los ojos.

— ¿Si qué?

Se ríe y aparta la mirada.

— Sí, Ross.

Abre la puerta del frente y termina de colocarse la mochila sobre ambos hombros, colgando en su espalda. Se acomoda el cabello y tira de la capucha para cubrir su cabeza y parte de su frente.

— ¿Quieres devolverme mi espejo?

Niego lentamente con la cabeza. Ella retrocede dos pasos quedando fuera de la casa, rueda los ojos y mete ambas manos en sus bolsillos.

— ¿Por favor?

— Si me prometes que no vas a usarlo.

— Quédatelo.

Se da media vuelta y echa a andar. Me apoyo contra la puerta y la observo hasta que desaparece de mi periferia.

Cierro la puerta con llave, saco mi móvil del bolsillo y le marco a Calum mientras voy escaleras arriba.


*Llamada Telefónica*

— Lynch.

Suspiro al llegar al último escalón.

— Worthy.

Calum bufa.

— No des vueltas, nene de mami. ¿Qué pasó hoy?

— Laura me necesitaba y no me digas nene de mami.

Luego de explicarle a Calum lo que hicimos esta mañana con Laura, él comienza a hacer preguntas depravadas... típico.


~~~~~~~~~~~~~~~~~~


Cuando el reloj marca las siete y media de la noche, me meto al baño. Me doy una ducha rápida y luego me coloco un pantalón de pijama, sin remera de por medio. Me revuelvo el cabello con la toalla para secármelo un poco, dejarlo húmedo pero no chorreando en agua. Mi mamá llega justo cuando voy bajando las escaleras y me pide que prepare la mesa porque viene con comida del negocio de la esquina.

— ¿Y? Cuéntame.

Estamos sentados a la mesa, ella frente a mí. Apoya los codos sobre la superficie de la mesa y junta sus manos, deja caer su barbilla sobre estas y me sonríe.

— ¿De qué?

— De Laura.

Frunzo el ceño y me meto un pedazo de pollo a la boca. Alzo la barbilla buscando una explicación por parte de mi madre.

— ¿Te gusta?

Niego con la cabeza.

— Es una chica tan linda.

Asiento y como otro pedazo de pollo.

— Y… ¿qué han hecho hoy? —Me encojo de hombros. —¿Te han comido la lengua, Ross? —Frunce el ceño y se levanta de la mesa.

Prácticamente, sí. Pero no es algo que tenga que estar hablando con mi mamá, menos en la mesa.

— Hasta mañana. Encárgate de la losa, ya que estás tan poco comunicativo conmigo.

Invisible [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora