Epílogo

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"And so you left without a goodbye."


No tomo la siguiente clase, simplemente tomo mis cosas y salgo del colegio para irme de allí y no volver hasta el día siguiente. Me monto sobre la moto y hago rugir el motor cuando la enciendo, acelero a más no poder para salir de allí rápidamente, mis manos sudan cuando giro y acelero aún más. La mochila sobre mi espalda se despega con el viento y la velocidad, las pequeñas lágrimas es mis ojos se secan rápidamente por el choque de aire en mi rostro.

La perdí, la perdí y ahora comprendo que solo estoy. Por más que ella solo haya sido importante para mí por poco tiempo, y lo sigue siendo, siempre va a ser mi chica invisible. ¿Cuántos intentos por salvarla he tenido? Y sin darme cuenta ella me estaba salvando a mí. Ella y sus sonrisas, besos y abrazos me hacían escapar de la realidad de mi vida, la horrible realidad con la que lidiar, la separación de mis padres.

Si tan sólo ella me diera una oportunidad de demostrarle que puedo sacarla de la zona oscura, que puedo ayudarla a cambiar eso, que puedo hacer que sus muñecas cicatricen, si tan solo ella aceptara ayuda y se dejara de alejar a la gente que la quiere y la cuida.

Llego a casa con los ojos llenos de lágrimas y las manos sudorosas, guardo la moto en el garaje y subo las escaleras corriendo hacia mi habitación, cierro la puerta de golpe tras mis pasos y de repente me encuentro tirando todo por todos lados. Desarmo la cama tirando las colchas por todos lados, pateo la silla con fuerza haciendo que rebote contra la pared dejando un pequeño piquete en la pintura, abro la ventana tirando con fuerza y esta golpea contra el portarretrato que cae rápidamente al suelo haciendo que el vidrio se parta en segundos esparciéndose por todos lados.

Hora de lidiar con mis propios problemas, algo que he estado intentando evitar hace mucho tiempo. Mis ojos arden en lágrimas al pensar que la estoy perdiendo, que no puedo hacer nada para traerla cerca de mí nuevamente.

¡Maldita sea! —Un grito desgarrador hace doler mi garganta cuando me quito las zapatillas golpeándolas contra el armario cerrado.

Me tiro sobre la cama, sin sábanas en el colchón y abrazo mi almohada intentando que al dormir todos mis problemas se escapen de mi mente, de mi vida y que la opresión en mi corazón se deteriore hasta desaparecer.

Solo quiero tenerla a mi lado, solo quiero abrazarla y darle el cariño que nunca tuvo. Solo quiero que sea mi escape cuando las cosas no van bien, cuando quiero tirar todo por la borda, cuando sé que mis sueños no son más que castillos en el aire, que nunca nadie va a quererme por lo que soy y por eso aparento ser alguien más. Solo quiero salvarle la vida del modo que nunca nadie hizo conmigo.

Quiero que ella no esté sola, como yo lo estoy. Quiero ser el chico que ella mire con sus ojos llenos de lágrimas y al que le diga que lo ama, al que le de las gracias por hacerla sonreír.

Quiero ser su salvavidas, quiero ser su héroe, quiero ser el que cause todas sus sonrisas, aunque haya fallado en mi meta, aunque mi misión no se haya cumplido.

Solo una chispa de esperanza crece en mi interior y es la misma que amenaza con apagarse a cada segundo, es esa chispa que lentamente va siendo más y más pequeña. Y cuando se pierde la esperanza, se pierde todo, porque la esperanza es lo último que se pierde.



Te prometí un día que siempre iba a estar ahí en las malas y en las buenas, y aunque no me hables o no me quieras cerca de ti, esa promesa quedara guardada... por siempre.

Invisible [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora