Luego de todo lo que pasó, mi madre decidió que era mejor que Liza y yo, fuéramos a la casa de mis abuelos a pasar una semana, o por lo menos hasta que no haya tantos problemas en casa, así mis padres pudiesen hablar lo suficiente para buscarle una solución a sus peleas, y mi hermana no deba sufrir por las constantes discusiones que había entre ellos dos.
- ¿Llevas todo lo necesario?- Me dijo mi madre señalando la maleta que había preparado yo misma, con las cosas que necesitaba para aguantar el tiempo que esté en la casa de mis abuelos.
- Si, supongo que si- Le respondí.
- Yo ya preparé la maleta de Liza- Agregó. - Es lo mejor que puedo hacer por el bien de todos-.
Nos llevó en su auto hasta la terminal de ómnibus, donde en un rato nada más, salía el autobús hacia el pueblo en el que viven mis abuelos.
- Espero que se comporten bien con sus abuelos, saben que están viejos, y también espero que se diviertan- Dijo mi madre dándole un beso en la mejilla a mi hermana. - Mucha suerte, manden muchos besos para sus abuelos de mi parte-. Me dio dinero.
- Chau má, nos vemos dentro de unos días- Le dije mientras me despedía.
Me dirige hacia el hombre que recibía los pasajes, llevando a mi hermana de la mano.Fue un viaje de aproximadamente 2 horas, Liza se había quedado dormida ni bien subimos al autobús. Yo escuché música todo el camino, mientras miraba los paisajes.
Nuestros abuelos nos recibieron muy bien, debo admitir que los había extrañado mucho. Sería una semana muy larga, pero estoy completamente de acuerdo con mi mamá, en que era lo mejor que podía hacer por la pequeña Liza, que claramente no debía aguantar todas sus discusiones. Además no me vendrían mal unos días sin hacer los deberes del colegio.
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Sálvame.
Teen FictionClara, una chica para nada normal, sufre depresión, y decide buscar ayuda en alguien como ella: callada, tímida y sobre todo antisocial.