Sálvame.

18° capítulo "Costumbres"

Hoy nuevamente volví a dañar mi piel.

Hace tanto tiempo no sentía el frío filo de la navaja sobre mi.

Hace algún tiempo, aproximadamente había comenzado a cortarme. Primero había comenzado en mis brazos; con la llegada del verano, y por otras razones, había dejado de hacerlo.

Me sentía bien, estaba feliz y orgullosa de mi misma, de haber dejado de hacerlo. Pero no iba a durar mucho tiempo sin hacerlo, y ese era mi mayor miedo.

Lamentablemente volví a mis costumbres, y ésta vez, las víctimas fueron mis piernas, quienes de ahora en más, llevarían cicatrices de por vida, y que tal vez, con suerte, nadie sepa de su existencia.

Una vez, me quemé con un cigarrillo en mi mano izquierda. Fue con intención. Aún sigue la marca allí, junto con otras cortadas, impulso de mi saturación.

No lo hacía con el propósito de morir, excepto la que provocó mi intento de suicidio; lo hacía como una manera de liberar mi furia, sin lastimar a nadie más.

Hubo también, veces en la que mis puños quedaban llenos de moretones.

Tal vez nadie me quiera si se enteran que hago estas cosas. Pero hay veces en las que me saturo; y llega a provocar estos actos.

Necesito alguien lo suficiente valiente, que me ayude a salir de esto, siempre supe que yo sola no podría, porque no tengo la voluntad suficiente.

Son contadas las personas que saben de ésto, tal vez dos o tres, como mucho; pero aún así, sus palabras no llegan a ser lo suficientemente fuertes, como para alejarme de mi rabia interna.

No quiero alejar a nadie, pero a la vez, no se como retenerlas.