Cuando volvimos de la visita a mis abuelos, claramente las cosas en casa se habían calmado, y mis padres tuvieron tiempo de hablar y aclarar los problemas. Hasta se veían cariñosos entre si, pero no dudo en que sea todo una película que estén haciendo para que Liza no la pase mal, y yo no dudaría nunca en entregarles un Grammy a ambos.
Mi hermana estaba contentísima de ver que mis padres se llevaban mucho mejor, en cambio Kevin y yo, todo lo contrario. A mi me daba rabia la gran hipocresía que tenían, y no dudo que Kevin opine lo mismo que yo, aunque podía llegar a creer que realmente no le importase nada de lo que estaba ocurriendo, mientras que no lo molesten a él.
Estaba en mi habitación, encerrada como siempre, no tenía ganas de salir, al menos que sea para ir a la plaza que quedaba cerca de casa, a hacer lo de siempre. Y eso fue lo que decidí hacer, para no pasarme todo el día como una anciana aburrida que teje bufandas. Tomé mi mochila, en la que guardé mi libro, una manzana y una botella de agua, me coloqué los auriculares, puse "Don't go" de Bring me the horizon. Bajé las escaleras, y ne dirige hacia la puerta principal.
Mientras caminaba hacia la plaza, observé a una pareja joven, que me hizo recordar a mis padres, cuando todavía eramos ellos dos, Kevin y yo.
Llegué a destino, me dirige hacia mi lugar preferido, una zona bajo la sombra de un gigantesco árbol, saqué mi libro, y comencé a comer la manzana que había llevado.Cuando terminé de leer mi libro, tomé mi móvil para ver que hora era. Eran las 19:15, justo una hora antes que lleguen los hipócritas de mis padres. Supuse que no habría nadie en casa, por lo que me puse en marcha hacia el regreso.
Abrí la puerta principal, subí las escaleras, y noté algo raro en la habitación de Liza, por lo que entre.
- ¿Que haces aquí? - Pregunté algo confundida.
- Te vine a buscar hermosa - Me dijo el muy cara dura. - Hace horas que te estoy esperando - Dijo en un tono "seductor".
- Vete ya Cristian - Dije resaltando mi voz.
- No hasta que consiga lo que quiero- Agregó aproximándose a mi, me tomó de la cintura, e intentó darme un beso, a lo que respondí con una cachetada - No te hagas la inocente que yo se que tu también quieres.
Intentó nuevamente darme un beso, y trató de manosear me. Pude safar de su agarre, le pegué una patada en sus partes íntimas, y corrí lo más que pude hasta mi habitación, antes de que me alcance, y me encerré.
Pasé la cuchilla un par de veces por mi brazo por la impotencia que sentía, y lloré toda la noche hasta quedar dormida.
ESTÁS LEYENDO
Sálvame.
Teen FictionClara, una chica para nada normal, sufre depresión, y decide buscar ayuda en alguien como ella: callada, tímida y sobre todo antisocial.